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François Poullain de La Barre



François Poullain de La Barre, (París,1647-Ginebra,1725) fue un escritor, sacerdote, precursor del feminismo, y filósofo cartesiano francés.

Nació en el seno de una familia burguesa. Se formó desde niño para la carrera eclesiástica a la cual su padre lo había destinado. En 1663, con 16 años de edad, obtuvo el grado de maestría. Tres años después, en la Universidad de la Sorbona, alcanzó el grado de bachiller en teología e inició los de doctorado en Teología.

Participó en los debates intelectuales de su época, tanto los que se desarrollaban dentro de la Universidad como los que, por diversas razones, eran cuestiones excluidas de la Universidad, leídas y discutidas en las calles y los salones parisinos de la época, espacios de libertad y emancipatorios. Así fue como entró en contacto con las nuevas corrientes cartesianas y gasendistas, llegando a convertirse a la nueva filosofía, hasta el punto de abandonar sus estudios de doctorado.

Fue ordenado sacerdote católico pero en 1688 se convirtió al calvinismo, siendo, por ello, repudiado por su familia. Fue perseguido y, después de la revocación del edicto de Nantes en 1685, tuvo que huir, hecho que le valió no sólo el repudio familiar sino además el ser perseguido y finalmente tener que huir a Ginebra. Acogido como ciudadano en Suiza, allí se casó, tuvo dos hijos, y se dedicó hasta el fin de sus días a la enseñanza.

La cuestión de la libertad religiosa fue central en la vida de Poullain y marcó su trayectoria vital e intelectual. El otro gran tema, por influencia del preciosismo, fue la polémica sobre la naturaleza y situación de las mujeres.

En los salones literarios entra en contacto con el movimiento Preciosista y su querellas de las mujeres. Las aristócratas cultas cuestionaban la autoridad marital, pedían el acceso al mundo intelectual, a las Academias, apoyaban el desarrollo de la lengua francesa, etc. Promovieron la consolidación del francés como lengua moderna y viva frente a las lenguas muertas que excluían del saber, por no ser conocidas, a la mayoría de la población, especialmente la femenina.

En París publicó en 1672 Rapports de la langue Latine avec la Françoise, pour traduire élégamment et sans peine (Las relaciones entre la lengua latina y el francés) haciendo una defensa del francés como lengua moderna.

En 1673, hace aparecer anónimamente De l’égalité des deux sexes, discours physique et moral où l’on voit l’importance de se défaire des préjugez donde demuestra que el trato desigual que sufren las mujeres no tiene un fundamento natural, sino que procede de un prejuicio cultural. En opinión de Celia Amorós esta obra es:

En otra de sus obras, siempre anónimas, De l’éducation des dames pour la conduite de l’esprit dans les sciences et dans les mœurs, Poullain de La Barre prosigue la reflexión sobre la educación de las mujeres. Paullain preconiza que las mujeres reciban una verdadera educación que les abra las puertas de todas las carreras, incluidas las científicas.

Unos años más tarde, en su obra De l’excellence des hommes contre l’égalité des sexes, defiende con ironía el punto de vista sexista que prevalecía en su época. Ridiculizando los argumentos patriarcales espera llegar a un mayor número de personas.

Bayle ha enunciado la hipótesis de que Poullain habría refutado su propia teoría porque se sentía amenazado. Pero los argumentos antifeministas que ponen en duda la sinceridad de esta refutación, llegan al absurdo. Además, el lugar de Poullain de La Barre en la historia del feminismo, varía considerablemente de un autor a otro.

En 1670 escribe y publica en Ginebra La Doctrine des protestants sur la liberté de lire l'Ecriture Sainte referido al libre y público examen de conciencia.

En la Genealogía del feminismo que sitúa en la Ilustración el origen teórico del Feminismo, se considera que la Primera ola del feminismo comienza con la obra de Poullain de la Barre De la igualdad de los dos sexos. En este libro la mujer pasa a ser un sujeto epistemológico. Este filósofo es la senda perdida entre Descartes y Rousseau.[1]

Su discurso no es el memorial de agravios, tampoco es un discurso de la excelencia. Es un género de vindicación que se produce a partir del momento en el que las ideas del Barroco y las de la filosofía cartesiana, fundamentaron un concepto de igualdad válido contra el Antiguo Régimen y los privilegios de sangre que, sin embargo, excluía a las mujeres. Hasta que esa idea de igualdad no se predicó respecto del hombre no se pudo vindicar para la mujer.

Poullain vivió en la misma época y se formó en las mismas corrientes filosóficas que la de quienes, frente a la hermenéutica feminista, se dice que «sus opiniones sobre la mujer estaban condicionadas por la situación de estas en su época, y era imposible percibir para ellos las cosas de otro modo.» Sin embargo, François Poullain de la Barre sí tuvo otra perspectiva:



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