Francis Boeniger fue un director de fotografía de nacionalidad suiza que mantuvo una prolongada actividad en Argentina. Después de haber trabajado en Europa emigró a Argentina, donde colaboró en Film Revista Valle, el primer noticiero semanal argentino, producido entre 1921 y 1930 por Federico Valle.
A comienzos de la década de 1930 los Estudios Lumiton, que habían construido en Buenos Aires nuevas y modernas instalaciones especialmente diseñadas para producir filmes y dotadas de los últimos adelantos técnicos, trajeron de Europa para hacerse cargo de la fotografía, a John Alton, quien realizó un aporte muy importante en la primera película del nuevo estudio, Los tres berretines (1933), filme en cuyos créditos no figura el nombre de su director Enrique Telémaco Susini, ni del guionista, ni del personal técnico, sino la leyenda “Versión cinematográfica, fotografía, sonido y laboratorio, Lumiton”. Este filme lanzó a Luis Sandrini al estrellato.
Con Los tres berretines, Alton comenzó en el campo de la fotografía argentina una importante labor formativa. Su estilo difería del que había conocido Daniel Tinayre cuando era ayudante en la Paramount Pictures Corporation en París; apartándose de la idea predominante en esa época de que la fotografía debía ser de foco perfecto, incisiva, cruda, Alton tenía preferencia por el uso de difusores y contraluces que luego difundiera el director Josef von Sternberg; sus enseñanzas en Argentina permitieron ir dejando de lado la llamada “luz argentina” consistente en una iluminación sin origen definido que se limitaba a alumbrar el decorado para que la acción quedara registrada fotográficamente pero sin poner nada en la película.
Lumiton le encomendó entonces la dirección de El hijo de papá (1933), que fue tal desastre que Sandrini, que la protagonizaba, compró todas las copias y las hizo desaparecer. La siguiente película, Puerta cerrada, la codirigió con Luis Saslavsky. De ella escribiría lo siguiente el crítico Domingo Di Nubila:
En 1936 Alton dejó Lumiton y pasó a Argentina Sono Film para colaborar en Amalia y allí se vinculó con los directores de fotografía Antonio Merayo y Alberto Etchebehere, que se habían iniciado filmando con el Film Revista de Federico Valle y experimentando lo concerniente a la fotografía y que incluso habían inventado el sistema de sobreimprimir los títulos en las películas extranjeras. Por su parte Boeniger, que había trabajado en UFA y admirado la estética de avanzada del cine alemán, el más importante de la época, se incorporó a Argentina Sono Film y dirigió entre otros filmes la fotografía de Monte criollo (1935) en la que por primera vez en el cine local se combinaba el expresionismo con el art decó. Un ejemplo del arte de Boeninger es la percecusión final de Mercado de Abasto (1955) que dirigiera Lucas Demare dentro del mercado con los bajos contraluces dirigidos entre las columnas donde se esconde el protagonista.
En 1943 Boeniger ganó el Premio Cóndor Académico a la Mejor fotografía otorgado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina por la película Tres hombres del río (1943).
Intervino en las siguientes películas:
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