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Frumencio de Aksum



Frumencio de Axum, conocido como San Frumencio (ge'ez ፍሬምናጦስ frēmnāṭōs) (fallecido en 383), fue el primer obispo de Axum y se le atribuye la conversión al cristianismo del reino de Aksum.[1]​ Era un griego sirio- fenicio nacido en Tiro, Líbano.

De acuerdo con el historiador del siglo IV Rufino de Aquilea (x.9), quien cita a Edesio, el hermano de Frumencio, como su autoridad, cuando era niño (circa 316) Frumencio y Edeso acompañaron a su tío Metropio en un viaje a Etiopía. Cuando su barco paró en uno de los puertos del mar Rojo, las personas de las proximidades masacraron a toda la tripulación con la excepción de los dos muchachos, que fueron llevados como esclavos al Rey de Axum. Los chicos ganaron pronto el favor del rey, quien los elevó a cargos de confianza y poco después de su muerte les concedió la libertad. La reina viuda, no obstante, los retuvo en la corte para asistirla en la educación del joven heredero, Ezana, y la administración del reino durante la menor edad del príncipe. Decidieron quedarse y utilizaron su influencia para extender el cristianismo, animando a los mercaderes cristianos presentes en el reino a practicar abiertamente su religión. Posteriormente también convirtieron a algunos de los nativos.[1]

Al llegar la mayoría de edad de Ezana, Edesio volvió a Tiro, donde permaneció siendo ordenado sacerdote. Frumencio por otra parte, anhelando la conversión de Etiopía, acompañó a Edesio a Alejandría, donde pidió a Atanasio, patriarca de Alejandría, que enviara un obispo y algunos sacerdotes a Etiopía. Este, por cuenta propia (en Epistola ad Constantinum), pensó que Frumencio era la persona más adecuada para la misión y le consagró obispo, según la tradición en el año 328, o de acuerdo con otros, entre 340-346. Frumencio volvió a Etiopía, erigió su sede episcopal en Axum, bautizó al Rey Ezana, que mientras tanto accedía al trono, construyó muchas iglesias y extendió el cristianismo en Etiopía. El pueblo llama a Frumencio por las advocaciones de Kesate Birhan (Revelador de la luz) y Abba Salama (Padre de la paz), y se convirtió en el primer Abuna — título que recibe el cabeza de la iglesia ortodoxa etíope. Existe una carta del emperador Constancio II al rey Ezana y su hermano Saizanas, en la que le pide en vano la sustitución del obispo arriano Teófilo por Frumencio.



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