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Funeral de Estado



Un funeral de Estado es una ceremonia funeraria pública en honor de figuras políticas como los jefes de estado o del gobierno de una nación, y en ocasiones a otras personas de importancia nacional.[1]​ No debe confundirse un ‘funeral de Estado’ con un funeral católico.[2][3]​1

Estos tienden a ser autorizados o concedidos por la rama ejecutiva de la nación, en caso contrario por la rama legislativa. Muchos países mantienen protocolos que indican el tipo de persona a la que se concede (políticos, militares, realeza), en otros la decisión depende del gobierno, por ejemplo, a personas basadas en mérito.

Por regla general, un funeral de Estado consiste en decretar duelo nacional por tres días, con el Pabellón Nacional a media asta en todos los edificios de administración pública. Suele permitirse la Bandera a media asta en algunas casas particulares, además de edificios públicos, como colegios o Reparticiones de las Fuerzas Armadas.

Si se tratare de algún Militar de Alto Rango, puede permitirse el Disparo de Salvas en la Escuela Matriz (sea del Ejército, la Armada o la Fuerza Aérea) a la que otrora perteneciera el Oficial fallecido.

En el caso de tratarse del deceso de una persona que hubiera ocupado un cargo electo en la administración pública, sin importar en cual de los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo o Judicial) se hubiera desempeñado en su vida o al momento del deceso, se realizará un velorio público y de libre acceso en la sede correspondiente (Congreso Nacional en caso de Diputados y Senadores o la Casa Rosada en caso de Presidentes y expresidentes, por ejemplo), de forma que tanto el círculo íntimo, como también votantes y partidarios puedan darle el último adiós al fallecido.

En Chile, los Funerales de Estado, son funerales donde se reciben honores y homenajes especiales, con la presencia de representantes del Cuerpo Diplomático, autoridades nacionales civiles y eclesiásticas, además de representantes extranjeros.

El Funeral de Estado corresponde exclusivamente a los Presidentes y Expresidentes de la República. que consta de un Duelo Nacional de tres días, según establece el Decreto respectivo, consiste en que el pabellón nacional se mantendrá izado a media asta en la sede de Gobierno y en las oficinas y reparticiones públicas, además de las dependencias de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad. También se suspenden los actos y ceremonias de Gobierno que revistan el carácter de festejo.

No existe un protocolo de funeral de Estado, este es preparado por el Gobierno en conjunto con los familiares, tomando como precedente el funeral anterior añadiéndole los honores militares, tradicionalmente los funerales de Estado cuentan con las siguientes actividades:[4]

El último funeral de estado realizado ha sido en 2016, para el expresidente de la República, Patricio Aylwin quien goberno el país entre 1990 y 1994 quien falleció a los 97 años.

A la muerte de Augusto Pinochet, quien gobernara el país entre 1973 y 1990, en el 2006, el gobierno de Michelle Bachelet, le nego al fallecido dictador un funeral de Estado, recibiendo un funeral por parte del Ejército de Chile como ex Comandante en Jefe del Ejército, con la participación de la Ministra de Defensa Nacional, como representante del Gobierno.[5]

Tras la muerte de Salvador Allende durante Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, no recibió inmediatamente un funeral de Estado si no que sus restos fueron enterrados en el Cementerio Santa Inés de Viña del Mar, sin una placa que lo identificara, en una discreta ceremonia a la que solo pudieron asistir su esposa, una hija y dos sobrinos. Recién 18 años después, tras el fin de la Dictadura Militar, el 4 de septiembre de 1990, por órdenes del presidente Patricio Aylwin, Salvador Allende recibió un nuevo funeral, pero esta vez masivo y con los honores de Estado que le correspondían como exmandatario (exceptuando honores militares)



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