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Fusilados de Soca



Los Fusilados de Soca es el nombre con el cual se conoce al asesinato de cinco personas integrantes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros llevado a cabo por las Fuerzas Conjuntas de Uruguay. Las personas fueron secuestradas en Buenos Aires, el 8 de noviembre de 1974, trasladadas en forma clandestina a Uruguay en el marco de la operativa represiva del Plan Cóndor y fueron fusilados el 20 de diciembre de ese año en la localidad de Soca, ubicada a 50 km de Montevideo, en el departamento de Canelones. El hijo de una de las parejas, secuestrado en este operativo, fue apropiado y entregado a una familia de policías en Argentina.[1]

En la década de 1970 se estableció un plan de coordinación entre las dictaduras del cono sur de América, con apoyo de Estados Unidos, conocido como Plan Cóndor. Esta coordinación implicó, oficial y directamente, el seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorios con tortura, traslados entre países, y desaparición o asesinato de personas consideradas por dichos regímenes como «subversivas del orden instaurado, o contrarias a su política o ideología».[2]​ Dentro de este marco, se secuestró en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1974, a los militantes uruguayos del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), Graciela Estefanell Guidali, Héctor Brum Cornelius y su esposa María de los Ángeles Corbo Aguirregaray (embarazada de seis meses y medio), Floreal García Larrosa con su esposa Mirtha Yolanda Hernández. Julio Abreu, quien estaba participando de un cumpleaños junto a dichas personas, también es detenido.[1]​ El hijo pequeño de Floreal García y Mirtha Yolanda, Amaral García, de tres años de edad, fue secuestrado junto a sus padres y posteriormente apropiado por una pareja de funcionarios de la Secretaría de Inteligencia argentina, quienes lo inscribieron con otro nombre. Es recuperado en 1985.[3]

El único sobreviviente adulto de los asesinatos, Julio Abreu, narró 30 años después de haber sido dejado en libertad, que luego del secuestro, fueron trasladados a tres lugares distintos, donde pasaron varios días, para luego ser drogados y llevados a Uruguay en un vuelo clandestino, denominado actualmente como "Vuelo cero". Este nombre se le dio debido a que sucedió con anterioridad a los traslados clandestinos de lo que se conoce como "Primer vuelo", por el cual trasladaron a los 24 secuestrados el 5 de octubre de 1976 del MLN-T y el PVP, que fueron encarcelados en distintos centros clandestinos de detención y torturas de Montevideo como la Casona de Punta Gorda y el Servicio de Información de Defensa (SID).[4]

Luego de llegar a Uruguay, permanecen secuestrados en la Casona de Punta Gorda donde los tupamaros son sometidos a continuas torturas hasta el día en que los trasladan a las inmediaciones de la ciudad de Soca, ubicada en el Departamento de Canelones,[5]​ donde fueron fusilados el 20 de diciembre de 1974 en un campo cercano a la ruta 70 (llamada "Camino de los fusilados" desde el año 2013).[6]​ Cuatro días más tarde de los asesinatos, Julio Abreu fue liberado en la localidad balnearia de Neptunia, donde vivía su madrina, bajo amenaza de asesinarlo si revelaba el incidente.[1]

Por iniciativa de la Comisión por la Memoria de los Fusilados de Soca, la asociación de ex presos políticos Crysol erigió el primer memorial en el lugar, en diciembre de 2008. En ese momento consistía en un gran mural acompañado por una placa.

El 19 de diciembre de 2009, al cumplirse 35 años de los asesinatos se agregó un monolito por parte de la Junta Departamental de Canelones.[12]

El 15 de diciembre de 2018 se inauguró el nuevo memorial remodelado, integrado con una plataforma de cemento que culmina en cinco estructuras verticales que llevan grabados los nombres de las víctimas. También se agregaron luces que iluminan cada una de las estructuras desde el piso y bancos donde se puede tomar asiento para contemplar el mural.[13]



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