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Gallegos del Campo



Gallegos del Campo es una localidad española del municipio de Figueruela de Arriba, en la provincia de Zamora y la comunidad autónoma de Castilla y León.

El nombre de Gallegos del Campo, como muchos de los gentilicios en la toponimia zamorana[1]​ Asturianos (Asturias), Bercianos (El Bierzo), Navianos (Navia), Limianos (La Limia), Castellanos (Castilla), Faramontanos (Cantabria),… nos refieren muy elocuentemente a las antiguas repoblaciones, como las que tuvieron lugar en tiempos del rey Fernando I, quien trajo pobladores del norte de la península, e incluso de otras partes, como Madrid (Madridanos) o Coria (Coreses).

De este modo, el topónimo Gallegos del Campo nos habla de gentes de Galicia que repoblaron la zona allá por los siglos X y XI, siendo el apellido “del Campo” una mera referencia a la planicie en la cual se encuentra asentada la población.

Ubicada en plena comarca de Aliste, dista escasos kilómetros de la sierra de la Culebra, del río Aliste, y la frontera con Portugal. Limita al norte con Mahíde y Figueruela de Arriba, al este con Pobladura de Aliste, al sur con San Cristóbal de Aliste y El Poyo, y al oeste con Vega de Nuez.

Se enclava a una altura de 820 msnm, con una superficie de 36 km² y a una distancia de 77 km de Zamora. Su principal economía es la agricultura y la ganadería, con pequeñas posesiones de ganado ovino y bovino.

La orografía conforma un terreno de baja calidad para la agricultura aunque con abundantes pastos, localizando una inmensa llanura al norte llamada Campo Aliste y un terreno más quebradizo y de penillanura al sur, con riachuelos, montañas, y abundante y variada vegetación. Regada por el Ruiney, principalmente, y el Ruidanta, cuenta con bellos parajes cada vez más degradados debido en gran parte a la más absoluta falta de gestión medioambiental.

La historia[2][3][4][5][6][7][8]​ de Gallegos del Campo se cimenta desde los restos arqueológicos de la Edad de Hierro y la posterior etapa prerromana y romana, aunque es en el pasado más reciente donde despunta su patrimonio religioso, antropológico y humano, cuyo legado inmaterial es abundante e importantísimo.

Los datos más antiguos que se conocen de la localidad y de su entorno proceden del Bronce Final, unos 1800 años antes de Cristo, documentados en el yacimiento de La Mazada y El Castrillón entre Gallegos y San Cristóbal, situado a 41º, 35', 35' N y 06º, 24', 05' W, a unos 903 m de altura y con una hectárea aproximadamente de extensión se ubica 2 km al sur de Gallegos del Campo sobre una elevada cumbre cuyas laderas descienden con fuerte pendiente sobre los arroyos Valtravieso y Llamiellas. Asentamientos en los que se han encontrado restos de cerámica y escorias, algunos de los cuales están expuestos en el Museo de Zamora.

Otro yacimiento que ha dejado huella es el situado en el alto de San Jorge a 41º, 49', 35' N y 06º, 24', 55' W a unos 860-865 msnm de altura y con 1,3 ha aproximadamente de extensión. El asentamiento se encuentra a menos de 1 km al sudoeste del pueblo, también llamado antiguamente El Castrico (aunque en el pueblo únicamente se le conoce por castro de San Jorge o El Castro). Su aspecto, más que el de un castro, es el de uno de esos poblados romanos que abundan en la región, y que parece conservar un cierto sabor castreño, aunque su emplazamiento es menos escabroso y de mayor aptitud agrícola. Los materiales que se han podido ver son molinos de mano circulares y cerámicas romanas, entre ellas algunos fragmentos mal conservados de sigillata, tal vez tardía, así como tégulas y ladrillos.

En lo que hoy es la comarca de Aliste y en poblados como Gallegos del Campo se documentan grupos autóctonos dentro del grupo étnico de los astures, ocupando también una amplia zona que llegaría hasta aquí, dividiéndose en augustanos, trasmontanos y, más localizados, los zoelas, que se situarían en la zona más meridional, al sur de la sierra de la Culebra.

De la presencia romana hay innumerables huellas y así, los castros prerromanos serán ocupados posteriormente por los invasores romanos. Prueba de ello son las numerosas tumbas descubiertas y restos de huesos, así como la perfecta conservación en la entrada al cementerio, de la parte superior de una estela funeraria. El hallazgo más importante, un hallazgo casual, bajo los cimientos de lo que fue la Ermita de San Jorge, donde hoy se sitúa el cementerio, fue un miliario, que conserva una inscripción analizada y transcrita por Rosario García, directora del Museo de Zamora y José Antonio Albasolo de la Universidad de Valladolid que, junto a otras inscripciones en piedras sueltas que hoy se encuentran insertadas en la nueva ermita, conforman algunos de los más valiosos restos arqueológicos de la presencia romana.

Asimismo, se tiene constancia de un camino romano que atraviesa el Campo Aliste por Gallegos del Campo, la Vía Veniatia. Tiene relación con el alto de la Imena en Figueruela, un castro de similares características a los de Gallegos, ya que parece un poblado romano que se quiere identificar con la “mansio” de Veniatia de los itinerarios, en la vía de Astorga a Braga, siendo esta la Vía XVII del Itinerario de Antonino, que al entrar en Portugal tendría otra mansio cercana al término de Nuez, esta Compléutica.

Tras la presencia romana en la zona hay un largo vacío y desconocimiento por falta de datos hasta la presencia musulmana, de la que en el pueblo apenas hay vestigios. A pesar de esto, en la comarca se documenta su estancia en restos arqueológicos y en la propia toponimia, ya que el nombre de pueblos como Mahíde, Dómez, Samir de los Caños o Alcañices son de origen árabe o mozárabe.

Con la presencia árabe en la zona, se produce la llamada despoblación del valle del Duero afectando también a estos lares. Es con el avance cristiano, allá por el s. IX, cuando se fundan y crecen los nuevos poblados emplazados en el lugar en el que hoy los conocemos, quedando integrado Gallegos en el Reino de León, cuyos monarcas habrían acometido la repoblación de la localidad dentro del proceso repoblador llevado a cabo en Aliste.[9]​ Así, el emplazamiento original de Gallegos se remonta en torno al s. X, con las sucesivas modificaciones a lo largo de los siglos. Es tremendamente difícil datar hechos por falta de fuentes hasta el s. XV-XVI, donde ya aparecen documentos que sitúan el pueblo, la iglesia y demás.

Tras la independencia de Portugal del reino leonés, en 1143, Gallegos del Campo habría sufrido por su situación geográfica los conflictos entre los reinos leonés y portugués por el control de la frontera, quedando estabilizada la situación en Aliste a inicios del siglo XIII,[10]​ hecho reforzado por la firma del Tratado de Alcañices en 1297.

A partir del s. XIII, las órdenes religiosas se expanden por toda la península y en Aliste se instalan los Caballeros Templarios tras la cesión a éstos de las villas de Alcañices y Alba de Aliste por parte del rey Alfonso IX de León. Tras la desaparición de esta Orden en el siglo XIV, finalmente Alcañices se convierte en cabeza de marquesado y Gallegos, como el resto de pueblos, afronta el pago de tributos al marqués, datos económicos y pecuniarios que aparecen recogidos en los documentos conservados.

Durante la Edad Moderna, Gallegos estuvo integrado en el partido de Alcañices de la provincia de Zamora, tal y como reflejaba en 1773 Tomás López en Mapa de la Provincia de Zamora. Así, al reestructurarse las provincias y crearse las actuales en 1833, la localidad se mantuvo en la provincia zamorana, dentro de la Región Leonesa,[11]​ integrándose en 1834 en el partido judicial de Alcañices,[12]​ dependencia que se prolongó hasta 1983, cuando fue suprimido el mismo e integrado en el Partido Judicial de Zamora.[13]

Finalmente, en torno a 1850, el antiguo municipio de Gallegos del Campo se integró en el de Figueruela de Arriba.[14]

La población actual, según dato del INE[15]​ 2017, es de 93 habitantes, de ellos 48 varones y 45 mujeres. En verano y otros periodos vacacionales la población puede llegar incluso a triplicarse.

Entre el Censo de 1857 y el anterior, este municipio desaparece porque se integra en el municipio de Figueruela de Arriba. En aquella fecha (año 1842), Gallegos del Campo disponía de 216 habitantes de población de derecho distribuidos en 54 hogares.

La economía de Gallegos del Campo se basa desde antaño en economía de subsistencia, con apenas venta o comercio exterior. Son las unidades familiares las que producen los alimentos para su posterior consumo, tanto propio, como para el ganado. Se poseen pequeños minifundios con cultivo de cereales y de pasto para ganado vacuno u ovino, y algo de porcino y aves de corral en corrales particulares. Asimismo, existen algunas parcelas para huertos de hortalizas y verduras, frutales y vides. Actualmente, debido a la avanzada edad de un gran porcentaje de la población, las pensiones son el único ingreso, dejando para las personas más jóvenes diversos trabajos desempeñados en ámbitos rurales, y las subvenciones obtenidas por el ganado.

Frutales, manzanas, uvas, castañas y nueces.

Rosca, aro de unos 20 cm. de diámetro y 5 de grosor, de masa de pan dulce, con huevos y esencia de anís, hecha al horno. Bolla, Hogaza o torta de pan con pedazos de chorizo y tocino en su interior que, al cocer al horno, desprenden su unto a la miga. En otros lugares conocida como hornazo.

Se puede decir que las palabras y expresiones que todavía hoy se utilizan de manera habitual, principalmente en boca de personas mayores, habitantes naturales y establecidos en el pueblo corresponden al dialecto alistano,[21]​ perteneciente a un extenso dominio lingüístico territorial que abarca el noroeste peninsular, el cual es conocido como asturleonés o leonés, que se extendería, a grandes rasgos, desde Asturias hasta el norte de Cáceres pasando por León, Zamora y Salamanca (antiguamente Región de León), más la zona mirandesa de Portugal; una lengua que evoluciona directamente del latín de manera diferente al castellano y que, por lo tanto, se compone de una serie de rasgos propios comunes a todo el dominio, pero que tiene una serie de variedades regionales y comarcales como es el caso del alistano. Así otra variedad dialectal del leonés es el sanabrés o el sayagués de comarcas limítrofes con Aliste, con muchos rasgos comunes y otros más específicos.

Rasgos principales:



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