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Gekkonidae



Los gecónidos (Gekkonidae) son una familia de saurópsidos (reptiles) escamosos, que incluye especies de gecos tamaño pequeño a mediano que se encuentran en climas templados y tropicales de todo el mundo.

En Europa, las más conocidas son las salamanquesas que penetran frecuentemente en las casas y están rodeadas de cierto folclore; el nombre popular salamanquesas se generaliza con frecuencia a toda la familia animal. La designación gecos procede del inglés gecko, que es una generalización de Gekko, el género tipo de la familia. Gekko a su vez proviene de una palabra malaya homófona, que es una onomatopeya que reproduce el grito de una especie indonesia.

En las Islas Canarias son conocidos con el nombre de perenquén, y en las zonas de España y Francia de habla catalana se les llama dragó.

La familia contiene unas 961 especies agrupadas en los siguientes géneros:[1]

Los gecos tienen varios rasgos peculiares que los distinguen claramente de otros lagartos. Son únicos por su vocalización, ya que emiten sonidos chirriantes en sus interacciones con otros gecos. Son de hábitos nocturnos, con ojos enormes y dotados de pupilas verticales lobuladas que permiten un extraordinario margen de variación en su abertura. Muchas especies tienen almohadillas adhesivas en las plantas de los pies que les permiten escalar superficies lisas verticales e incluso transitar por los techos con facilidad. Estas habilidades son bien conocidas entre las personas que viven en climas templados, donde varias especies de gecos suelen pasar al interior de las casas. Estas especies (por ejemplo la salamanquesa) forman parte del mobiliario y raramente se las molesta, dado que se alimentan de insectos.

Se ha prestado mucha atención a las patas de los gecos, ya que se adhieren a muchos tipos de superficie sin necesidad de líquidos o de tensión superficial. Recientes estudios de las setae (pelillos) de las plantas de los pies de los gecos han demostrado que las fuerzas atractivas que mantienen al geco adherido a las superficies son las fuerzas de Van der Waals.

El color de la mayoría de los gecos varía entre tonos marrón y gris oscuro. Algunas especies pueden cambiar de color para camuflarse con el entorno o cuando se estresan. Sin embargo hay otros que tienen colores brillantes.

Los gecónidos son lagartos generalmente nocturnos y arborícolas. Como la mayoría de los lagartos, comen insectos. Los gecos son los únicos escamosos cuyos huevos poseen cáscara dura.[2]​ Algunas especies son partenogenéticas, es decir, las hembras pueden reproducirse sin copular con un macho. Esto aumenta la capacidad del geco de extenderse a nuevas islas. Muchos gecos viven en grupos y emiten chillidos y parloteos para comunicarse.

Un caso notable es el del geco Ptychozoon, que tiene membranas de piel en las patas y en los lados del cuerpo que actúan como paracaídas para suavizar sus descensos, cuando se lanza de un árbol a otro.

Muchas especies de geco son usadas como mascotas.



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