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Giraldo de Cabrera



Giraldo III de Cabrera (muerto c. 1161), vizconde de Áger y primer vizconde de Cabrera (1145-1161), fue un noble y trovador, hijo del conde Ponce Giraldo de Cabrera y de su primera esposa, Sancha Núñez.

Noble trovador, hijo de los condes Ponce Giraldo de Cabrera y su primera esposa, Sancha Núñez. La primera vez que aparece en la documentación fue el 20 de noviembre de 1145 cuando confirmó, junto a su madre Sancha, el acta fundacional de la Canónica de Santa María de Roca-rossa como Geraldus de Cabrera, Gerundensis ac Urgellensis vicecomes ySanctia mater eius, respectivamente. [1]​ El 1149 tomó parte en la conquista de Lérida, junto con Ramón Berenguer IV y el conde de Urgel Ermengol VI.

Contrajo matrimonio alrededor de 1150 con Berenguela de Queralt, fallecida en 1156, el año que otorgó testamento.[2]​ Giraldo habrá fallecido alrededor de 1161 y antes del 1 de enero de 1162 cuando su padre donó a la abadía de Samos varias propiedades en la región de Sarria en Galicia pro anima carissimi filii mei Giraldi Poncii que in ipso monasterio Samonensi tumulatus requiescit (por el alma de mi queridísimo hijo Giraldo Ponce que está enterrado en el monasterio de Samos).[2]

Solo se conoce un poema de este autor, escrito en lengua provenzal hacia 1160, Ensenhamen, nombre genérico con el que se denominan largos poemas de contenido didáctico y crítico, y que podemos considerar una modalidad del sirventés. Constituye un documento de gran importancia por el conjunto de noticias que da sobre los juglares y sobre todo porque nos muestra el panorama literario de Cataluña como no lo hace cualquier otro documento de la época.

El poema está dirigido a su juglar Cabra para instruirlo, consta de 216 versos (2 versos de cuatro sílabas rimando entre ellos, seguidos de un verso de ocho sílabas con rima). Los 24 primeros versos tratan de las diversas actividades de los juglares, y el resto señalan, de forma desordenada, aquellos temas literarios que los juglares deberían de conocer y transmitir:

Temáticamente se puede dividir en dos partes: en la primera (24 versos), Giraldo de Cabrera reprocha al juglar Cabra que no haga correctamente algunas actividades propias de su oficio; en la segunda, mucho más extensa, le reprocha que no conozca y transmita determinada literatura, de manera que, en esta parte, el poema se convierte en una lista -sin orden cronológico- de la literatura que se conocía en la época, desde la más antigua, los clásicos griegos y latinos, a la más moderna, los trovadores contemporáneos. La última estrofa reprocha más carencias profesionales del juglar y lo despide.



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