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Gobernación de Montevideo



El gobierno de Montevideo o bien gobierno político y militar de Montevideo fue creado en 1751, poco después de la firma del tratado de Madrid de 1750, mientras era rey de España Fernando VI, con el objetivo de hacer más efectivo el control de la margen izquierda del Río de la Plata por las fuerzas españolas que poco antes se habían asentado definitivamente en ella.

Las constantes amenazas del expansionismo de Portugal en la zona, prácticamente imposible de detener al no haber una población permanente en aquella frontera, como también la posibilidad de ataques de los charrúas y otros pueblos (movidos o no por los portugueses) motivaron a la corona española a crear, en torno a la recientemente fundada ciudad de Montevideo esta jurisdicción. Previamente el mando político estaba a cargo del Cabildo de Montevideo y el militar de comandante de armas de las fuerzas veteranas acantonadas allí.

Al morir el comandante Domingo Santos de Uriarte, el entonces gobernador bonaerense José de Andonaegui puso interinamente en ese puesto al capitán Francisco Gorriti y el 16 de septiembre de 1749 informó al rey proponiéndole la unificación de los dos cargos. El rey accedió, declarando a la ciudad «Plaza de Armas» y «Gobierno Político y Militar», nombrando al mariscal José Joaquín de Viana como primer gobernador de Montevideo. Este llegó al Río de la Plata en el barco Nuestra Señora de la Concepción el 3 de febrero de 1751, desembarcando en Buenos Aires, donde jura el cargo de primer Gobernador de Montevideo ante el capitán general Andonaegui y toma posesión del mismo en sesión solemne que el Cabildo montevideano celebrara el 14 de marzo.[1]

A pesar de ser Montevideo por aquellos días una aldea casi insignificante, primaron las consideraciones militares por sobre cualquiera otras y la ciudad experimentará desde entonces un crecimiento en importancia dentro de los planes españoles de defensa de la región.

A la gobernación creada se le asignó una jurisdicción de control directo que no abarcaba más allá de los 70 kilómetros de distancia (dos días de a caballo), lo que constituía, de hecho, la única zona en la que se podía asegurar un control militar real.

Sus límites correspondían a los establecidos el 24 de diciembre de 1726 por Pedro Millán, poco después de la fundación de Montevideo, comprendían los territorios desde la boca del arroyo Cufré (límite departamental entre Colonia y San José), en el oeste, hasta el cerro Pan de Azúcar, al este, llegando por el norte desde las nacientes de los ríos San José y Santa Lucía siguiendo la línea de la Cuchilla Grande hasta el cerro Ojosmín, que se encuentra en el actual departamento de Flores. Corresponde a los actuales departamentos de Montevideo, Canelones y parte de los de San José, Flores, Florida, Lavalleja y Maldonado. [2]

Límites fijados por Pedro Millán, aprobados por la real cédula del 15 de abril de 1728:

Dado que su jurisdicción era estrecha, el Cabildo de Montevideo se dirigió al rey pidiendo su ampliación en 20 leguas el 31 de agosto de 1769.[3]

El 8 de junio de 1784 el virrey marqués de Loreto colocó bajo las órdenes militares del gobierno de Montevideo el puerto de Maldonado, la fortaleza de Santa Teresa y el fuerte de Santa Tecla.

El 4 de septiembre de 1788 por disposición del virrey marqués de Loreto, fue ampliada por delegación del virrey la jurisdicción del gobernador de Montevideo como subdelegado de Real Hacienda hasta los ríos Negro, Uruguay y de la Plata, incluyendo Colonia del Sacramento, Real de San Carlos, Rosario, Víboras, Vacas, Santo Domingo de Soriano, Maldonado, Pueblo nuevo de S. Carlos, Santa Teresa, Santa Tecla y demás de aquel continente.[4][5]

El virrey Nicolás Antonio de Arredondo retiró esa delegación en 1790.[7]

En 1810 estaban dentro de la jurisdicción de Montevideo las villas de San Juan Bautista (Santa Lucía), Guadalupe (Canelones), San José, las tres con cabildos, y los partidos judiciales de Pando, Las Piedras y Porongos (Trinidad).

Los gobernadores de Montevideo, desde 1751 hasta 1814, fueron:

Durante las negociaciones de paz entre el virrey Elío y el gobierno de Buenos Aires en 1811, el primero exigía que se le entregue toda la Banda Oriental, mientras el segundo solo quería admitir que se respete la autoridad de Elío en los límites de la Gobernación de Montevideo, es decir los trazados por Millán en 1726.

El 23 de junio de 1814, las tropas enviadas por el Gobierno de Buenos Aires (incluyendo orientales) al mando de Carlos María de Alvear entraron en Montevideo, poniendo fin a la dominación española en la ciudad. El Directorio, conducción política de la revolución del Río de la Plata, instituyó el cargo de gobernador intendente de Montevideo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, designando sucesivamente para ocuparlo a:

El 25 de febrero de 1815, las tropas de las Provincias Unidas abandonan Montevideo, que queda en manos de fuerzas libres que respondían a Artigas, quien designó dos gobernadores delegados durante el período de su control efectivo de la Banda Oriental. Estos serían los últimos que detentasen el cargo de gobernador, quienes fueron:

Iniciada la invasión luso-brasileña a la Banda Oriental en julio de 1816, y vencidas las tropas de Artigas, Montevideo cayó sin resistencia en manos de los portugueses, dirigidos por el general Carlos Federico Lecor, barón de la Laguna, el 20 de enero de 1817.



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