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Grabación análoga



La grabación análoga (del griego, ana "de acuerdo a" y logos "relación") es una técnica usada para la grabación de señales análogas que, de entre muchas posibilidades, permite al audio y video análogo a ser reproducidos después.

Los métodos para grabación análoga son gradar las señales como señales continuas en o sobre el medio La señal debe de ser guardada como una textura física en una grabación de fonógrafo, o como una fluctuación en el campo rígido de una grabación magnética. Esto difiere de la grabación digital en la que las señales son representadas como números discretos.

El fonógrafo fue la primera máquina usada para capturar sonido análogo y fue inventado por el conocido inventor Thomas Edison en 1877. Edison incorporó varios elementos dentro de su fonógrafo que llegarían a ser imprescindibles y que pueden encontrarse en dispositivos de grabación de hoy en día.[1]

Para que un sonido sea grabado por el fonógrafo, tiene que pasar por tres etapas. Primero, el sonido debe de entrar a un componente del dispositivo con forma de cono, llamado diafragma del micrófono. Después, ese sonido causa que el diafragma, que está conectado a una pequeña aguja de metal, vibre. Por último, la aguja vibrará en la misma dirección, causando que la punta grabe patrones distintos en un cilindro, hecho de una capa de metal especial.

Para poder reproducir el sonido grabado en uno de los cilindros metálicos, se revierte el proceso de grabación. Mientras el cilindro gira, la aguja sigue el patrón creado por la sesión previa de grabación. Esto causa que la aguja vibre, y después el diafragma. Esta vibración sale del diafragma, el cual funciona ahora como un dispositivo de amplificación de sonido, así como la campana en los instrumentos de viento. El resultado de esto es una reproducción audible del sonido grabado originalmente.

El fonógrafo de Edison fue el primero de su categoría, pero tuvo ciertos inconvenientes. El mayor de estos, y el que se terminó arreglando primero, vino del contacto físico entre la aguja del fonógrafo y el diafragma metálico. Debido a que la aguja tenía que hacer contacto constantemente con la ranura del diafragma siempre que la grabación fuera reproducida, la ranura se desgastaba. Esto significaba que siempre que la grabación fuera reproducida, esto conllevaba que pudiera desaparecer debido al desgaste. [2]​ Otro problema era la durabilidad de las grabaciones. A diferencia de la música de hoy en día, la cual puede editarse un sinfín de veces, la música capturada por las máquinas del fonógrafo eran grabaciones en vivo de una sola toma. [2]

El último problema con el fonógrafo era la fidelidad. La fidelidad es la relación de semejanza o diferencia que hay entre el sonido original grabado y ese mismo sonido que ha sido reproducido después por algún dispositivo, en este caso el fonógrafo. [2]​ Como debía de esperarse de una primera máquina de grabación de audio, la fidelidad del fonógrafo de Edison era muy baja. La falta de calidad del sonido es el porqué el fonógrafo se usaba para grabar discursos, reuniones y llamadas de teléfono, en lugar de música. [2]

Los fanáticos de los reproductores modernos están ya familiarizados con una de las mejoras del fonógrafo, conocido como el gramófono. El inventor Emile Berliner creó este dispositivo en 1887, diez años después del dispositivo original de Edison.[3]

La principal mejora de Berliner al fonógrafo estaba relacionada con el componente del dispositivo que retenía la información grabada. Los cilindros metálicos usados previamente eran aparatosos y eso los hacía ser difíciles de guardar. [2]​ Tampoco podían ser reproducidos económicamente, lo que hacía que no se tomara en cuenta como una opción viable para la música grabada. [2]

Berliner se dio cuenta de estas desventajas y se sentó a crear una versión mejor del cilindro metálico. Su resultado no fue un cilindro en absoluto, era más un disco plano circular muy parecido a los vinilos modernos. Estos discos no solamente podían guardarse seguramente, sino que también eran fáciles de reproducir. Esta calidad permitía la producción masiva de los discos, lo que fue el primer paso hacia la comercialización de la música grabada. [2]

Desafortunadamente, aunque el gramófono fue una gran mejora del fonógrafo comercial, este aún tenía algunos problemas similares. [2]​ Las posibilidades de producción masiva creadas por los discos planos de Berliner tuvo a las compañías pensando acerca de una industria de grabación musical, pero desde que nada se había hecho para abordar el problema de la fidelidad, la idea tuvo que ser olvidada. Los problemas con la finalidad y descompostura de las grabaciones que empezaron con el fonógrafo eran igual de prominentes que con el gramófono. [2]

La siguiente gran mejora en la grabación del audio análogo vino con la llegada del telegráfono, que fue creado por el inventor Danés Valdemar Poulsen entre 1898 y 1900. Esta máquina era muy diferente del gramófono y del fonógrafo, ya que en lugar de grabar el sonido mecánicamente, grababa usando un proceso llamado electromagnetismo. [2][4][5]

Poulsen fue capaz de transmitir una señal eléctrica, parecida a la emitida en un teléfono o en una radio, y después capturarla en un elemento magnetizable, en este caso un cable de acero, que era enrollado alrededor de un tambor de bajo. [2]

El telegráfono de Poulsen también tenía problemas. Primero, los carretes del cable de acero eran muy pesados, pesando alrededor de 18 kg cada uno. Segundo, la escasez del acero hizo que aumentara el precio de la grabación; un minuto de grabación costaba un dólar, y el precio aumentaba porque se necesitaban muchas grabaciones para poder capturar la mejor interpretación. Además, el cable de acero podía ser peligroso, un riesgo comparable con una sierra de banda. [2]

Así como los dispositivos de grabación que vinieron antes de él, las grabaciones del telegráfono eran casi imposibles de editar. En lugar de cortar y empalmar múltiples tomas juntas, así como podría hacerse con unas tijeras o con una computadora en futuros dispositivos de grabación, esta máquina requería de un soplete y un soldador para poder modificarse. [2]

En 1935, el inventor Fritz Pfleumer tomó la idea de la grabación electromagnética y la llevó al siguiente nivel. [2]​ En lugar de usar material pesado, costoso y peligroso, como el cable de acero de Poulsen, Pfleumer se dio cuenta de que se podían poner por capas tiras de papel con partículas de hierro. El hierro permitiría magnetizar el papel de la misma forma que el cable de acero, pero eliminaría la mayoría de los defectos. El magnetófono operaba con un proceso casi idéntico al del telegráfono. Una grabadora, llamada la cabeza de grabación, pasaba sobre la tira de papel electromagnética creando patrones de diversas polaridades magnéticas dentro de ella que podían ser reproducidas después. La reproducción se logra usando el proceso invertido de la grabación. El papel pre magnetizado, que ahora se conoce como cinta, pasa sobre una bobina, creando cambios en el flujo magnético. Estos cambios eran traducidos en una corriente eléctrica, que cuando se amplificaba producía una réplica de los sonidos previamente grabados. [2]

La cinta de grabación tenía varias ventajas, pero la más importante era que permitía el desarrollo de la multipista. La multipista ocurre cuando múltiples tomas de una ejecución, que fueron grabadas en momentos distintos, se juntan para formar una sola. Este método se usa actualmente en todos los estudios, para poder grabar todos los instrumentos de una canción por separado y tener las mejores tomas posibles de todos los músicos. [2]

Un carrete de cinta podía contener mucha más información de grabación que los medios anteriores. Por ejemplo, los discos de Berliner sostenían sólo pocos minutos de grabación, significando que cada disco usualmente contenía una sola canción o múltiples clips. Por otro lado, los carretes de cinta de Pfleumer podían retener hasta treinta minutos de sonido. Esta habilidad es lo que eventualmente llevó al concepto de un "album" de música o colección de múltiples canciones. [2]

El magnetófono original también tuvo sus problemas. Específicamente, el problema de la baja fidelidad encontrado en dispositivos anteriores aún tenía que resolverse. Aun cuando inventores y audiencias no experimentaban lo que era la alta fidelidad de grabación, ellos sabían que el sonido que estaban escuchando de las grabaciones tenía que mejorar antes de que cualquier industria musical quisiera salir a la luz. [2]

La respuesta al recurrente problema de la baja fidelidad resultó ser por el simple echo de que los inventores no usaban las correctas corrientes eléctricas. [2]​ Mientras que todas las formas de grabación musical electromagnética estaban usando algo llamado corriente continua, ellos tenían que intentar otra forma de corriente eléctrica, llamada corriente alterna. [2]​ Resulta que la corriente alterna contiene frecuencias mayores que su contraparte, la corriente continua, y esas frecuencias mayores fueron las que estaban faltando en la grabación electromagnética hasta ahora. Estas frecuencias altas "sacudían" las partículas magnéticas en la cinta de la forma necesaria, creando la primera grabación de sonido de alta fidelidad. [2]​ Interesantemente, este proceso llamado como AC Bias se descubrió en 1940 por dos inventores de diferentes partes del mundo, que fueron inadvertidos del descubrimiento del otro. [2]



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