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Gran revuelta ilírica



La gran revuelta ilírica fue un levantamiento que afectó Dalmacia y Panonia entre los años 6 y 9, donde se enfrentaron las poblaciones locales de Iliria y el Imperio romano. El conflicto acabaría con la victoria imperial y la reconquista del territorio.

Década y media después que él mismo conquistara a los dálmatas y panonios,[1]​ en el año 6 Tiberio Julio César, hijastro del emperador César Augusto, comenzara su campaña contra los marcomanos, aumentando los impuestos y llevándose al gobernador de Dalmacia y Panonia, Marco Valerio Mesala Mesalino, con la mayoría de sus soldados.[2]​ A esto se unió el hecho que los romanos intentaron realizar una leva de hombres jóvenes.[3]

Según Veleyo Patérculo, los rebeldes dominaban un territorio poblado por 800.000 personas, de las que un cuarto eran guerreros a pie además de 9.000 montados.[4]​ Historiadores modernos aceptan el número de jinetes, pero reducen los infantes a 90.000 o 100.000 como límite máximo en caso que los rebeldes movilizaran a dos tercios de sus hombres adultos, lo que de por si es poco probable.[5]

Se sabe que en total los romanos desplegaron en la zona 15 legiones con sus correspondientes fuerzas auxiliares.[6]​ En Siscia Tiberio tenía diez legiones, entre las que estaban la IX Hispana, la XIII Gemina, la XIV Gemina, la XV Apollinaris y la XX Valeria Victrix, setenta cohortes de infantería, catorce alas de caballería, más de 10 000 veteranos, numerosas cohortes de voluntariorum, «voluntarios», y una flota de encargada del transporte y patrullaje costero.[7]​ En Sirmio Cecina tenía cinco legiones, la IV Scythica, la V Macedonica, la VII Claudia, la VIII Augusta y la XI Claudia, y los numerosos infantes y jinetes aportados por los tracios.[8]

La guerra comenzó con el levantamiento de Bato I, miembro de la tribu dálmata de los daesitiatae, «desiciates», quien fácilmente venció a las primeras fuerzas imperiales enviadas en su contra y extendió su movimiento por Dalmacia.[3]​ Luego los breucios, de Panonia, liderados por Bato el Breucio marcharon contra Sirmio. Sin embargo, el gobernador de Moesia, Aulo Cecina Severo, los venció en el río Dravus (Drava) a un coste altísimo que lo obligó a convocar a sus aliados.[9]​ Entre tanto, Bato I intentó tomar Salona pero una piedra lo hirió gravemente, debiendo retirarse, no sin antes enviar a sus guerreros a saquear la costa hasta Apolonia de Iliria, y poco después consiguió derrotar una fuerza romana.[10]

Cuando le llegaron la noticias a Tiberio, el general decidió retirarse de Germania y mientras marchaba con el grueso de su ejército, envió a Mesala por delante[11]​ porque Italia estaba indefensa.[4]​ Este último consiguió vencer a 20.000 dálmatas con apenas la mitad de la XX legión.[12]​ Bato I le presentó batalla campal a Mesala, logrando vencer a la vanguardia romana pero poco después las fuerzas imperiales le emboscaron y forzaron a unirse con Bato II en el monte Almus, monte Fruška Gora, cerca de Sirmio.[13]​ Ahí se atrincheraron, temerosos de enfrentar a las legiones en campo abierto.[14]​ Esto fue aprovechado por Cecina y Marco Plaucio Silvano para rodearlos con cinco legiones y auxiliares y caballería tracia.[8]​ Patérculo dice que la caballería del rey tracio Rhoemetalces, aliado de Roma, fue expulsada por los defensores, que estuvieron a punto de romper las líneas romanas,[15]​ pero los legionarios supieron reaccionar a tiempo, contener la embestida y fragmentar las filas enemigas.[16]​ En cambio, Casio que fue Rhoemetalces quien venció y que Cecina apareció después, pero los rebeldes lo forzaron a retirarse.[17]

Por entonces sármatas y dacios invadieron Moesia y Cecina debió retirarse para encarar la nueva amenaza. Entre tanto, Tiberio y Mesala se demoraron demasiado en sus preparativos en Siscia, lo que fue aprovechado por los dálmatas para animar a más panonios a sublevarse.[18]​ Se dedicaron a lanzar fugaces incursiones de saqueo contra territorio leal a Roma usando su ligero armamento y mejor conocimiento del terreno.[19]​ Ese invierno también atacaron Macedonia.[20]​ Masacraron a los comerciantes y vencieron a los ciudadanos romanos, además de exterminar una guarnición aislada del resto del ejército y formada por veteranos.[21]​ Otro grupo de sublevados quedó guarneciendo sus tierras y un contingente quiso avanzar sobre Italia, siguiendo la ruta de Nauporto y Tergeste.[22]​ Los panonios habían desarrollado muy rápido sus planes de guerra por su conocimiento de las tácticas romanas y cultivo de la cultura.[23]

Entre tanto, Sirmio era mantenida bajo poder imperial por Rhoemetalces y su hermano Rhascyporis, quienes realizaron expediciones contra los refugios rebeldes en las montañas.[24]

Para el año 7, Augusto estaba molesto por la tardanza de Tiberio y envió al cuestor Julio César Germánico, hijo adoptivo y sobrino biológico de Tiberio, con refuerzos para que comenzara sus operaciones.[25]​ El emperador hizo esfuerzos enormes para mantener en orden al capital, azotada por la hambruna, mientras no desatendía los asuntos económicos y las necesidades de la guerra.[26]

Mientras Germánico se unía al ejército de Tiberio, Cecina avanzó desde Macedonia y ambos Batos decidieron emboscarlo en las marismas Volcee. Los legionarios que salían de su campamento fueron forzados a volver a entrar, pero los rebeldes resultaron incapaces de asaltarlo.[27]​ El ejército en Siscia era enorme, diez legiones más auxiliares.[28]​ Tras esto, el Imperio dividió sus fuerzas en destacamentos que arrasaron las tierras enemigas simultáneamente. Se sabe que Germánico venció a los dálmatas mazaei[29]​ y destacó repetidamente en misiones difíciles.[30]​ Las guarniciones se establecieron en varios puntos estratégicos mientras Tiberio pasaba el invierno en Siscia.[31]

En el año 8, el hambre estaba obligando a los insurrectos a comer raíces y pasto, por lo que querían negociar. Sin embargo, las facciones más radicales, temiendo el castigo romano, bloquearon todo intento.[32]​ En cambio, en la capital la hambruna cesó y Augusto realizó juegos en honor a Tiberio y Germánico.[33]​ El emperador fue a Ariminum para negociar con algunos jefes dálmatas y panonios pero la guerra siguió.[34]​ Según Dion Casio, fue entonces que Bato II asesinó a un líder rival llamado Pinnes, ganando el control de su tribu pero Bato I lo capturó.[35]​ Al parecer el panonio, temiendo se traicionado, le había pedido rehenes a las tribus aliadas y el otro, al enterarse, lo acechó, emboscó, capturó y ejecutó.[36]​ En cambio, Patérculo dice que Bato II fue capturado por los romanos y Pinnes y miles de sus seguidores entregaron sus armas a orillas del Batino. Así, al acabar el verano toda Panonia se rendía y los rebeldes quedaban confinados a Dalmacia.[37]

Ya en otoño, Tiberio volvió a Siscia, dejando a cargo al legado Marco Emilio Lépido.[38]​ Los panonios siguieron luchando y Silvano aprovechó de atacar y vencer a los breucos mientras otras tribus se rendían. Ante esto, Bato I dio por perdida Panonia y ocupó los pasos montañosos que llevaban al interior de Dalmacia.[39]​ Lépido salió de sus cuarteles en cuanto comenzó el verano y se dedicó a destruir cultivos, quemar villas y matar a sus habitantes, volviendo a sus bases con abundante botín.[40]​ Eventualmente Silvano también devastó el país y llevó a las tribus a someterse.[41]​ Los últimos en rendirse fueron los perustas y desiadates, bien atrincherados en sus fortalezas en las montañas, rindiéndose sólo cuando sus guerreros fueron exterminados por las legiones.[42]​ Como nuevo gobernador de Dalmacia fue nombrado Cayo Vibio Póstumo, militar muy destacado en la guerra.[43]

La rebelión dejó una ola de bandolerismo que afectó fuertemente por largas décadas la región.[41]​ Su territorio boscoso era perfecto para los ataques de saqueo en pequeñas partidas.[44]​ Entre tanto, en la capital imperial hubo varios días de festejos, pero a la quinta jornada llegó la noticia de un desastre ocurrido en Germania.[45]​ Aunque por sus victorias recibió el cognomen de Pannonicus, Tiberio no celebró un triunfo por el luto que vivía el Imperio por el desastre.[46]​ Pasó los siguientes dos años en Germania, castigando a las tribus pero sin recuperar el territorio, volviendo a celebrar su triunfo donde se exhibió a Bato II.[47]



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