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Guerra de Afganistán (2015-presente)



• La seguridad y el control de Afganistán queda en manos de las fuerzas del Gobierno afgano
• La OTAN crea las FICOE y continua realizando operaciones antiterroristas
• El ISIS se establece en el este y sur de Afganistán comenzando a reclutar combatientes
• Asesinato de Mohammad Omar y Akhtar Mohamed Mansur
• Desde 2015 el Gobierno afgano pierde terreno ante talibanes y grupos insurgentes, llegando a controlar solo el 57 por ciento de su territorio
• Intento fallido de los talibanes de conquistar Kunduz
• Estados Unidos detiene su retiro y prolonga la presencia en Afganistán
• Los talibanes controlan más de 70 distritos de Afganistán
• Los talibanes se dividen en dos grupos rivales
• Retirada del Estado Islámico de la provincia de Kunar a finales de marzo de 2016
• En junio de 2018 se logra un cese al fuego de tres días entre el gobierno de Afganistán y talibanes por el mes de Ramadán
• Intenciones de retirada parcial de las tropas estadounidenses (Afirmado y negado por funcionarios estadounidenses en diciembre de 2018)
• Conversaciones entre Estados Unidos con talibanes, principio de acuerdo de paz cancelado y conversaciones continuadas
• Supuesta derrota del ISIS en Afganistán
• En febrero de 2020 Estados Unidos y talibanes llegan a un acuerdo de reducción de la violencia y de retirada de las fuerzas extranjeras
• Conclusión de la Operación Centinela de la Libertad
• Acuerdo para iniciar una transición a la paz
• Intercambio de prisioneros de guerra entre las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos y los talibanes
• El gobierno de Afganistán muestra disconformidad con el tratado y no lo respeta, debido a ello talibanes continúan con la violencia.
• Inicio de la retirada total de las fuerzas internacionales.
• Inicio del proceso de liberación de prisioneros tanto del gobierno afgano como de los talibanes.
• Tregua de tres días por el fin del Ramadán.
• Diálogos para llegar a un acuerdo de paz entre el gobierno afgano y los talibanes.

Apoyo Decidido

Flag of Jihad.svg Al Qaeda

Hezb-e-Islami Gulbuddin (hasta 2016)
Tehrik-i-Taliban Pakistan
Jaish-e-Mohammed
Lashkar-e-Taiba
Unión de Yihad Islámica
Partido Islámico del Turkestán

Apoyados por:[cita requerida]
Bandera de Rusia Rusia
(según Estados Unidos y negado por Rusia)[5][6]
[7][8]

Bandera de Afganistán Mohammad Yaqoob
Bandera de Afganistán Abdul Rahim  [15]
Bandera de Afganistán Mawlawi Nasratullah [16]Bandera de Afganistán Mawlawi Sahar  [17]
Bandera de Afganistán Mullah Ahmad  [18]
Bandera de Afganistán Abdul Ghani Baradar

Flag of al-Qaeda.svg Qari Yasin  (Al Qaeda)[19]

Abdul Rahman  [25]
Abu Saad Arhabi  [26][27] Abu Obaidulá Mutawakil

3.404 civiles muertos y 6.989 heridos (en 2019 según la ONU)[39][40]

Comunistas contra muyahidines – Facciones muyahidines luchando entre sí – OTAN contra talibanes (1) – OTAN contra talibanes (2)

La guerra de Afganistán (2015-presente) es la continuación del conflicto bélico librado en ese país luego de la invasión llevada a cabo por los Estados Unidos y sus aliados el 7 de octubre de 2001. La guerra fue declarada por los Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, con el objetivo de desmantelar a la red terrorista Al Qaeda y volver a Afganistán un país seguro mediante la eliminación de los talibanes del poder.[42][43]​ Después de 2001, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se vio involucrada en la guerra, eventualmente ejecutó operaciones de combate, bajo la dirección de comandantes estadounidenses. El 28 de diciembre de 2014, la OTAN puso fin oficialmente a las operaciones de combate en Afganistán y le transfirió la plena responsabilidad de la seguridad al gobierno afgano a través de una ceremonia en Kabul, marcando el inicio de la nueva fase del conflicto.[44][45]

La planeada retirada parcial de las tropas estadounidenses de Afganistán, así como de las tropas de la OTAN, y el traslado de los roles de combate de las fuerzas de la misma a las fuerzas de seguridad afganas que se produjo entre 2011 y 2014 inició un nuevo conflicto en la zona. Un acuerdo bilateral de seguridad fue firmado entre los EE. UU. y Afganistán. Este acuerdo decía que Afganistán permitiría que las tropas de la OTAN permanecieran después de la fecha de retiro.[46]​ La presencia de tropas de la OTAN ascendió a aproximadamente a 13 000 tropas incluyendo 9800 estadounidenses, así como de 26 000 contratistas militares.[47][48][49]​ El tamaño relativamente pequeño de la presencia estadounidense es la razón por la cual no ha sido activo en la ejecución de los ataques aéreos, ni ha proporcionado apoyo aéreo cercano a las fuerzas afganas, sin contar las misiones CAS, Americanas de ataques aéreos que se estima acabaron con la vida de 1800-2200 militantes de ISIS y el talibán desde el 1 de enero de 2015, así como de 75 a 120 civiles.[50]​ El nuevo conflicto desde la perspectiva del Gobierno de los Estados Unidos bajo nombre clave de Operación Centinela de la Libertad (2015-2020).[51]

El 21 de agosto de 2017 el presidente estadounidense Donald Trump anunció que los EE. UU. seguirán implicados en la guerra, con un aumento no especificado de tropas y sin plazos fijos para su retirada, aunque se conoció que 4000 soldados más llegaron a ese país asiático, contando así con un total de 14 000 soldados estadounidenses y en total 16 000 soldados de todas las fuerzas de ocupación extranjeras (incluyendo los 14 000 efectivos estadounidenses). Trump estableció una estrategia para la guerra que prefiere mantener en secreto algunos de sus aspectos, como el número de soldados o los plazos de la operación militar, porque considera que a su juicio da ventaja al enemigo.[52]​Además el presidente Trump anunció la eliminación de fechas para una posible retirada y una postura más cortante con Pakistán.[53]

En julio de 2015 los talibanes hicieron un contacto inicial con el Gobierno afgano en Pakistán con el objetivo de llegar a un acuerdo de paz, pero el proceso quedó suspendido pocos días después al conocerse la muerte del fundador del movimiento insurgente, el mulá Mohammad Omar, dos años antes.[54]​ Tres años después, en junio de 2018 ambas partes llegaron a un acuerdo y mantuvieron un cese al fuego de tres días por el mes de Ramadan. El acuerdo fue observado por ambas partes y los combatientes talibanes acabaron uniéndose a las celebraciones de las fuerzas gubernamentales y civiles. Este acuerdo es el primero que se llega a poner en marcha desde el comienzo de la guerra en 2001.

Más allá de la situación delicada y de violencia, el gobierno de Afganistán ha hecho peticiones de paz al movimiento talibán al mismo tiempo que talibanes han pedido diálogo (solo con el Gobierno estadounidense) para llegar a un acuerdo y en 2018 se logró poner en marcha una tregua de tres días con talibanes.

En febrero de 2020 se llegó a un acuerdo de reducción de la violencia que se cumplió por ambas partes, ello dio paso a un acuerdo de retirada de las fuerzas extranjeras de un periodo de 135 días de unos 8.600 efectivos estadounidenses, a la retirada de todas las fuerzas estadounidenses, es decir cerca de 14.000 efectivos en un periodo de 14 meses solo si los talibanes cumplen con las condiciones que los Estados Unidos le plantearon.

Desde el fin de la misión aliada extranjera de combate (ISAF-OTAN) en diciembre de 2014, y desde 2015 Kabul ha ido perdiendo terreno ante los insurgentes hasta controlar apenas un 57 % del país.[55]

El 28 de febrero de 2020 el El Pentágono anunció que se desarrollará un «evento significativo»,[56]​ el 29 de febrero en Doha (Catar), el Gobierno de los Estados Unidos y los talibanes firmaron un tratado que iniciaba una transición, con acuerdos entre ambas partes, entre los cuales se encuentra el intercambio de prisioneros de guerra,[57]​ aunque dicho tratado fue criticado por el gobierno de la República Islámica de Afganistán, por crearlo sin su consentimiento.[58]​Debido al desacuerdo de la postura de la liberación de prisioneros por parte del presidente Ashraf Ghani (expresando que no fue consultado en el tratado) talibanes continúan su ofensiva y rompen el tratado anunciando que solo procederán atacando a las fuerzas de seguridad afganas. Desde el 2 de marzo de 2020 talibanes atacan a las fuerzas afganas con la postura (de las fuerzas de seguridad gubernamentales) de solo mantener una posición de defensa. A fines de marzo del mismo año y sin poder resolver la situación del canje y liberación de los prisioneros, las fuerzas gubernamentales afganas deciden atacar a las fuerzas talibanas.[59]

En noviembre de 2012, Estados Unidos consideró quedarse más tiempo en Afganistán.[60][61]​ El 27 de mayo de 2014, el presidente Barack Obama anunció que EE. UU. y las operaciones de combate en Afganistán terminarían en diciembre de 2014. Una fuerza residual de 9800 efectivos debían permanecer en el país para la capacitación de las fuerzas de seguridad Afganas y el apoyo a operaciones antiterroristas contra los restos de Al Qaeda. Esta fuerza se consolidó en la Base Aérea de Bagram y en Kabul. Obama también anunció que todas las fuerzas de EE. UU., con la excepción de las tropas de su embajada, que serían retiradas de Afganistán a finales de 2016.[62]​ Estos planes se han confirmado con la firma del Acuerdo de Seguridad Bilateral entre Estados Unidos y Afganistán el 30 de septiembre de 2014.[63]

Las Fuerzas de Tarea Conjunta de Operaciones Especiales son el remanente de las tropas de Estados Unidos y la OTAN, que tienen órdenes de luchar y ayudar a las fuerzas afganas contra el remanente de Al Qaeda. En palabras de los Estados Unidos, el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas estaría totalmente operativo en 2015, y degradaría a los talibanes, Al Qaida, y el Haqqani Redes con el fin de evitar que establezcan operativamente importantes refugios que amenazan la estabilidad y la soberanía del Gobierno de la República Islámica de Afganistán y los Estados Unidos.[64]​ Este grupo de trabajo es similar a las anteriores fuerzas como la Task Force 373.

El Talibán comenzó un resurgimiento debido a varios factores. A finales de 2014, los Estados Unidos y la OTAN terminaron con sus misiones de combate y la retirada de la mayoría de las fuerzas extranjeras de Afganistán redujo el riesgo de que los talibanes enfrentaran bombardeos y allanamientos. En junio de 2014, las fuerzas armadas pakistaníes de la Operación Zarb-e-Azb lanzaron ataques en el Norte de Waziristán y desplazaron a miles de uzbekos, árabes y pakistaníes principalmente, y se logró un gran golpe contra los talibanes, pero el grupo no dejó sus operaciones y se volvió más hostil. La comunidad internacional perdió interés y desvío su atención a la crisis en otras partes del mundo, tales como Siria, Irak y Ucrania. Las fuerzas de seguridad afganas carecen de ciertas capacidades y equipos, especialmente de aire, de alimentación y de reconocimiento. También existe la lucha política interna en el gobierno central de Kabul, y la aparente debilidad en materia de gobernabilidad en los distintos niveles, es aprovechado también por los talibanes.[65]

El 22 de junio de 2015, los talibanes detonaron un coche bomba a las afueras de la Asamblea Nacional, en Kabul: un militante talibán había logrado pasar la seguridad del complejo y aparcar un coche bomba a la entrada del edificio, haciéndolo explotar. Después de la explosión, combatientes talibanes atacaron el edificio con rifles de asalto y lanzagranadas.[66][67]​ Seis talibanes insurgentes, armados con rifles AK-47 y lanzagranadas, tomaron posiciones en un sitio de construcción cercano. Los Miembros del Parlamento fueron evacuados mientras las fuerzas de seguridad luchaban contra los insurgentes. El enfrentamiento duró dos horas. El portavoz afgano del interior, Sediq Sediqqi, dijo que los atacantes fueron abatidos por la policía y ningún parlamentario fue herido.[68]​ La misión de la ONU en Afganistán, declaró que una mujer y un niño murieron en el ataque, y cuarenta civiles fueron heridos.[69]

En julio de 2015 los talibanes hicieron un contacto inicial con el Gobierno afgano en Pakistán con el objetivo de llegar a un acuerdo de paz, pero el proceso quedó suspendido pocos días después al conocerse la muerte del fundador del movimiento insurgente, el mulá Omar, dos años antes.[70]

Funcionarios chinos declararon que la inestabilidad en Afganistán representa un peligro para la parte oeste de China,[71]​ así como para la seguridad del Corredor Económico Chino-Pakistaní.[72]​ China y Pakistán se han involucrado en las negociaciones entre el gobierno afgano y los talibanes.[71][73][74][75][76]​ El grupo de negociadores, compuesto por funcionarios afganos, norteamericanos, chinos y pakistaníes. ha estado invitando a los talibanes a participar en conversaciones de paz desde enero de 2016, pero la verdad es que el Talibán está más ocupado en la lucha entre él y el gobierno. Una reunión entre representantes de ambos lados tendría lugar a principios de marzo, pero los talibanes dijeron que no iban a participar.[77][78][79][80][81]​ El atentado al parlamento en Kabul ha vuelto la situación intolerable: en abril de 2016, el presidente Ashraf Ghani dijo que sería imposible tratar de negociar con el Talibán, ya que la organización se había vuelto más radical. El líder de los talibanes, Haibatullah Akhundzada, respondió a la declaración diciendo que un acuerdo de paz podría ser posible si el gobierno afgano renunciaba a sus alianzas extranjeras.[82]

Fuertes combates se produjeron en la provincia de Kunduz, sitio de los grandes enfrentamientos desde 2009. En mayo, los vuelos que se dirigían al norte de Kunduz fueron suspendidos debido a las semanas de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad afganas y los talibanes fuera de la ciudad. Durante los combates, los insurgentes que luchaban contra los talibanes se fortalecieron y recuperaron posiciones. En junio, los talibanes intensificaron los ataques que hacían en todo el norte de la ciudad de Kunduz, como parte de una gran ofensiva en un intento de capturar la ciudad. Decenas de miles de personas han sido desplazadas internamente en Afganistán por los combates. El gobierno recuperó el distrito de Char Dara después de aproximadamente un mes de lucha.[83]

A finales de septiembre, las fuerzas de los talibanes lanzaron un ataque en Kunduz, apoderándose de varias aldeas periféricas, entraron en la ciudad. Los talibanes irrumpieron en el hospital regional y se enfrentaron con las fuerzas de seguridad en la universidad cercana. En cuatro distritos se podían escuchar y ver los combates contra los talibanes Chardara hacia el oeste, Aliabad hacia el sur-oeste, Khanabad hacia el este y el Imam Saheb hacia el norte. De acuerdo a informes de inteligencia, los talibanes se habían tomado Zakhel y Ali Khel, que eran dos pueblos en la carretera que conecta la ciudad de Kabul y Mazar-e-Sharif a través del distrito de Aliabad. Según informes de los talibanes, en el sur-oeste de Kunduz había ciudadanos que decidieron tomar las armas y ayudarlos. Combatientes talibanes bloquearon la ruta hacia el aeropuerto de Kunduz para evitar que los civiles huyeran de la ciudad.[84]​ Un testigo informó que la sede de la Dirección Nacional de Seguridad, fue prendida en fuego.[85]​ Kunduz fue recapturado por el gobierno afgano con ayuda de las fuerzas estadounidenses, el 14 de octubre de 2015.

El 21 de diciembre de 2015 el distrito de Sangin fue tomado por fuerzas de los talibanes en la provincia de Helmand. Las autoridades anunciaron que las fuerzas afganas decidieron retirarse estratégicamente para no recibir más bajas entre los suyos, mientras tanto se calcula la posibilidad de que la provincia de Helmand caiga en manos de los talibanes. Luego de la toma de solo tres partes del distrito de Sangin tropas británicas fueron desplegadas para solo asesorar a las fuerzas afganas en la lucha contra el talibán además del apoyo de bombardeos de parte de la aviación estadounidense. Tras varios días de luchas el 24 de diciembre del mismo mes el distrito fue recuperado.

El 23 de marzo de 2017 los talibanes tomaron el distrito de Sangin en la provincia de Helmand. Sin ningún tipo de resistencia y para evitar bajas civiles, las fuerzas gubernamentales y los empleados administrativos realizaron una retirada táctica y abandonaron la sede del distrito y las instalaciones gubernamentales de Sangin, indicó el portavoz gubernamental. Ocho de los 14 distritos de la provincia están bajo el control o la influencia de los talibanes, tras el fin de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, según Estados Unidos.[86]

El 5 de agosto de 2017 y luego de dos días de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad afganas los talibanes lograron tomar el control del área estratégica Mirzawalang en el distrito de Sayad en la provincia de Sari Pul. Atacaron en tres direcciones diferentes y asesinaron a al menos siete efectivos de seguridad. En el ataque al menos 10 combatientes talibanes, incluyendo dos dirigentes de grupos murieron como resultado de los enfrentamientos. Hace varios meses, el grupo tomó control de otros distritos en la misma provincia, desde donde se organizaron e iniciaron sus ataques.[87]

A finales de julio de 2017, los combatientes talibanes asaltaron y tomaron el distrito de Jani Khel, en la provincia de Paktia. Su caída marcó la tercera victoria consecutiva de los islamistas en solo cuatro días.[88]

En el año 2015, los talibanes comenzaron una ofensiva en la provincia de Helmand, tomando partes de la provincia. En junio de 2015, los talibanes habían tomado el control de Dishu y Bagharm, matando a 5588 miembros de las fuerzas del gobierno afgano, (3720 de ellos eran policías).[89]​ A finales de julio, los talibanes habían invadido el distrito Nawzad,[90]​ y el 26 de agosto tomaron el control de Musa Qala.[91]​ El 18 de diciembre de 2015, los talibanes y fuerzas de seguridad afganas se disputaron el control de Nahr-i-Sarraj, Sangin, Kajaki, Nad Ali y Khanashin (las fuerzas de seguridad afganas afirman que en el distrito de Khanashin lograron abatir a 42 combatientes talibanes, después, las fuerzas talibanas se retiraron). Washir y Garmsir y Nawa-i-Barak no sufrieron de la misma suerte, los combates por su control continuaron.[92]

En octubre de 2015, las fuerzas talibanas habían intentado tomar Lashkar Gah; la capital de la provincia de Helmand. 215 unidades del ejército afgano lanzaron una contraofensiva contra los talibanes en noviembre,[93]​ pero la contraofensiva fue repelida, las fuerzas de los talibanes seguían dentro de la ciudad, atrincheradas. En diciembre de 2015, la ofensiva talibana en Helmand se centró en la ciudad de Sangin, que cayó en manos de los talibanes el 21 de diciembre, después de los feroces enfrentamientos que mataron a más de 90 soldados del gobierno afgano en dos días. Se informó que 30 miembros de las FTCOE junto a 60 miembros de las fuerzas especiales de Estados Unidos se unieron al ejército afgano en la batalla para recuperar partes de Sangin de las manos de los talibanes, además, las tropas de Estados Unidos eran cerca de 300 unidades, y un pequeño número de tropas británicas en Helmand asesoraban al ejército afgano en la zona. Partes de la ciudad lograron ser recuperadas por las fuerzas afganas.[94][95]

Alrededor del 23 de diciembre, las fuerzas de la policía afgana y el ejército que sumaban aproximadamente 200 fueron sitiados dentro de la jefatura de policía de Sangin, las fuerzas afganas lograron repeler el ataque talibán.[96][97][98][99]​ El 27 de diciembre de 2015, los talibanes controlaban los distritos de Musa Qala, Nawzad, Baghran y Disho, y algunos distritos de Sangin, Marja, Khanishin, Nad Ali y Kajaki. Según Mohammad Karim Attal, el jefe del Consejo Provincial de Helmand, los talibanes se han enfrentado en esos distritos a miembros de la resistencia anti-talibán. Altos comandantes estadounidenses dijeron que las tropas afganas en la provincia carecen de líderes efectivos, así como de armas y municiones para hacer frente a los ataques talibanes. Algunos soldados afganos en Helmand han estado luchando en duras condiciones durante años sin un descanso para ver a su familia. El ejército afgano en la zona contaba con una moral baja, y cada vez aumentaban los casos de deserción. A principios de febrero de 2016, los talibanes renovaron sus asalto en Sangin, después de ser rechazados previamente en diciembre de 2015, los talibanes lanzaron una serie de feroces ataques contra fuerzas del gobierno afgano a principios de mes. Como resultado, Estados Unidos decidió enviar a 800 soldados del 2º batallón del regimiento de infantería 87 y la 10ª División de montaña, para ayudar al ejército afgano en la provincia de Helmand, particularmente alrededor de Sangin, también se sumaron a las fuerzas de las FTCOE que ya habían sido enviadas con anterioridad a la zona.[100]

El 23 de febrero de 2016, la CNN anunció que soldados del Gobierno de Afganistán habían recuperado Nawzad y los distritos de Musa Qala en la provincia de Helmand el 20 y 21 de febrero, esto fue confirmado por un alto mando del ejército afgano. El diputado local, Mohammad Karim Atal, dijo a CNN que los soldados afganos habían pagado un alto precio en bajas para recuperar esos distritos que habían sido tomados por los talibanes solamente pocos meses atrás, la mala organización de esos distritos fue la culpable de que cayera en manos talibanas.[101]

El 14 de marzo de 2016, cayó el distrito de Khanneshin, en la provincia de Helmand, en manos de los talibanes, mientras tanto, las tropas afganas empezaron su retirada hacia zonas urbanas en Helmand. A principios de abril de 2016, 600 tropas afganas lanzaron una ofensiva importante, retomando las zonas ocupadas por el talibán de Sangin y el área alrededor de él. Un ataque del ejército afgano para retomar la ciudad de Khanisheen fue repelido por los talibanes; en la zona los desertores del ejército afgano abundan.[102]

El 5 de enero de 2016 durante una operación antiterrorista entre fuerzas estadounidense y afganas en la provincia de Helmand en las cercanías de la ciudad de Marjah un soldado estadounidense murió y otros dos fueron heridos, por ello fueron enviados dos helicópteros de rescate pero el primero fue alcanzado por metralla durante el vuelo, por lo que regresó a la base, mientras que el segundo resultó dañado al aterrizar y tuvo que ser abandonado en la zona. En junio de 2016, Barack Obama, autorizó ampliar el papel que desempeñan las fuerzas estadounidenses desplegadas en Afganistán, con lo cual las fuerzas estadounidenses podrán acompañar a las fuerzas convencionales afganas —solo podían ir junto a las «especiales»— en su lucha contra los insurgentes talibán.

En agosto de 2016 los talibanes avanzaron en la provincia de Helmand y 100 mil civiles aproximadamente abandonaron sus hogares y se han refugiado en la capital Lashkargah o en zonas más seguras de sus distritos, los civiles son de los distritos de Nadali y Nawa principalmente.[103]

El 15 de mayo de 2018 los talibanes lanzaron una ofensiva contra la capital de la provincia de Farah (oeste) logrando tomarla, pero luego de enfrentamientos contra las fuerzas afganas, fueron expulsados dichos insurgentes, logrando así recuperarla el gobierno afgano luego de combates de sus fuerzas de seguridad.

Menos de tres meses después, es decir el 10 de agosto de 2018, los talibanes lanzaron otra ofensiva sobre la ciudad de Gazni (capital de la provincia homónima). En la ofensiva, el movimiento insurgente logró tomar la capital también, pero nuevamente se enfrentaron contra las fuerzas afganas que fueron apoyadas por la aviación estadounidense y de la OTAN (con bombardeos) y fuerzas especiales norteamericanas que operaban desde tierra en conjunto a las afganas. Al final luego de cuatro días de combate, afganos junto a las fuerzas aéreas (y especiales norteamericanas) de la coalición extranjera lograron echar a los talibanes de dicha ciudad. Por su parte, el portavoz de los talibanes, Zabihulá Mujahid, explicó en un comunicado que el ataque se inscribe en el marco de la ofensiva de primavera lanzada a principios de mayo.

El saldo del combate que duro al menos cuatro días fue de al menos 325 personas muertas, entre ellas 195 talibanes, un centenar de miembros de las fuerzas de seguridad afganas y 30 civiles muertos.[104][105][106]

A principios de noviembre del mismo año los Talibanes atacaron nuevamente el centro de la provincia de Gazni y entablaron combates con las fuerzas afganas. El Gobierno de Afganistán envió refuerzos a la provincia para hacer frente a las ofensivas lanzadas por los talibanes contra varios distritos, que dejó un saldo de 100 insurgentes muertos y cerca de 30 soldados afganos muertos.[107]

Por otra parte y debido a los ataques de los Talibanes en la provincia de Farah a principios de noviembre de 2018, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, instó al Talibán a que deje de matar a sus compatriotas, en una exhortación apenas horas después de que los insurgentes atacaron a soldados de una fuerza de frontera en la provincia occidental de Farah y mataron a unos 20 militares afganos.[108]

El 11 de noviembre de 2015 se informó que habían explotado las luchas internas entre diferentes facciones de talibanes en la provincia de Zabul. Combatientes leales al nuevo líder del talibán, Akhtar Mansoor, luchaban contra facciones talibanas lideradas por Mullah Mansoor Dadullah. A pesar de que la facción de Dadullah contaba con el apoyo de combatientes extranjeros de ISIS, como uzbekos y chechenos, se informó de que los partidarios talibanes de Mansoor tenían la superioridad. Según Ghulam Jilani Farahi, director provincial de la seguridad en Zabul, fueron asesinados más de 100 militantes de ambos bandos desde que estallaron los combates.[109]

Las luchas internas continuaron en 2016, pues el 10 de marzo de 2016, funcionarios dijeron que los talibanes se enfrentaron contra otro grupo talibán, dirigido por Muhammad Rasul, en el distrito Shindand de Herat, dejando como resultado 100 militantes muertos. La lucha interna de los talibanes hace también que las conversaciones de paz tampoco puedan ser llevadas a cabo.[77][110]

Como resultado de las luchas internas, Mansour inició una guerra interna dentro de su facción para mantenerse a la cabeza de la organización; Sirajuddin Haqqani, jefe de la red Haqqani fue seleccionado para convertirse en el líder adjunto de los talibanes en el verano de 2015. Sirajuddin y otros líderes Haqqani ordenan cada vez más operaciones, especialmente ataques terroristas en centros urbanos, y cuentan con una sofisticada red internacional de recaudación de fondos, Sirajuddin se autodice gobernador de los talibanes, y empezó a unirlos. Como resultado, la red Haqqani se encuentra estrechamente integrada con los talibanes en un nivel de liderazgo y está creciendo en influencia dentro de la insurgencia. Anteriormente los Haqqani eran autónomos. Hay preocupación de que la lucha se vuelva más letal e intensa. Las tensiones entre Pakistán, EE. UU. y Afganistán aumentaron, EE. UU. y Afganistán acusan a Pakistán de brindar apoyo a los diversos grupos talibanes.

En enero de 2016, el gobierno estadounidense envió una directiva al Pentágono, en la que otorgaba nueva autoridad legal a los militares estadounidenses en sus ofensivas contra ISIS, después, el Departamento de Estado otorgó la designación de ISIS en Afganistán y Pakistán como una organización de terroristas extranjeros. La división afgana de ISIS fue formada en enero de 2015, y juró lealtad a Abu Bakr al-Baghdadi.[111]​ Principalmente esta división de ISIS inicio con solo 60 o 70 militantes, en su mayoría estos militantes, provenían de localidades cerca de la frontera con Pakistán, ahora el número de integrantes en esta división se incrementó entre 1000 y 3000 militantes,[112]​ principalmente desertores de las fuerzas afganas, talibanas y pakistaníes. ISIS generalmente tiene presencia en la provincia de Nangarhar, pero también tiene/tenía presencia en la provincia de Kunar.[113][112]

Durante tres semanas en ese mes, el ejército estadounidense llevaba a cabo al menos una docena de operaciones, incluyendo incursiones y ataques aéreos, muchos de lo scuales eran realizados en la región de Tora Bora, de la provincia de Nangarhar. Los comandantes estadounidenses en Afganistán dijeron que creían que entre 90 y 100 militantes de miembros de ISIS habían sido asesinados en dichas operaciones.[114]​ El 1 de febrero de 2016, ataques aéreos de Estados Unidos en la provincia de Nangarhar dejaron 29 militantes de ISIS muertos, y golpearon la estación de radio de FM del grupo terrorista. El 11 de febrero, ABC news informó que el ejército estadounidense había llevado a cabo 20 ataques aéreos contra ISIS en el este de Afganistán durante las tres semanas anteriores.[115]

El 21 de febrero, The Wall Street Journal informó de que, a poco más de una semana antes, las fuerzas afganas, apoyadas por ataques aéreos de Estados Unidos, lanzaron una operación apodada "Águila 18", contra las fuerzas de ISIS, en la provincia de Nangarhar. El ejército afgano, respaldado por la policía y los grupos paramilitares en el distrito Achin, lograron sacar a los militantes de ISIS de su fortaleza, EE. UU. lanzaba ataques aéreos a diario contra la fortaleza, matando a varios militantes afiliados a ISIS y debilitando su control en el distrito. Dos soldados afganos resultaron heridos en la operación, pero los militantes de ISIS se retiraron de Achin y de otros distritos; la operación está actualmente en curso. El 22 de febrero, las fuerzas de seguridad afganas mataron a 18 militantes del Estado Islámico, mientras que un adicional de 25 militantes de ISIS fueron asesinados en un ataque con drones en la zona de Pekha Khwar Achin, del distrito de la provincia de Nangarhar, mientras estos 25 militantes se reunían para atacar puestos de seguridad afganos Quedaron destruidas una gran cantidad de armas y municiones pertenecientes a la organización terrorista. El 6 de marzo de 2016, el presidente Ashraf Ghani de Afganistán anunció en el Parlamento afgano que había sido derrotado el Estado Islámico en la parte oriental del país. Las fuerzas afganas afirmaron la victoria de la operación el día 21 en los distritos de Achin y Shinwar en la provincia de Nangarhar, y que al menos 200 militantes de ISIS murieron. La operación fue ayudada por civiles locales que montaron puestos de control para ayudar a mantener la seguridad en sus aldeas, y suplieron más adelante a las fuerzas afganas. El 15 de marzo de 2016, un funcionario confirmó que los militantes del Estado Islámico se habían trasladado a la provincia de Chahar Dara en el distrito de Kunduz en la provincia de Kunar. A principios de abril de 2016, se informó que las fuerzas estadounidenses y afganas habían matado a 1979 militantes de militantes de ISIS, otros 736 resultaron heridos y 965 fueron detenidos entre abril de 2015 y marzo de 2016. Algunos militantes de ISIS han intentado huir a la provincia de Ghazni y Nuristán. Durante este periodo de tiempo se aumentaron las deserciones entre militantes de ISIS, talibanes y militares del gobierno afgano.[116][110]

A finales de junio de 2016, militantes de ISIS atacaron puestos de control policial en la zona de Kot, de la provincia de Nangarhar. Fuertes enfrentamientos entre militantes de ISIS y las fuerzas del gobierno han cobrado decenas de vidas en el este de Afganistán. Se ha informado que 36 militantes de ISIS murieron en los enfrentamientos. Las fuerzas de seguridad afganas tuvieron bajas de al menos una docena, varios civiles han resultado muertos y 18 resultaron heridos. Los ataques más recientes indican que el grupo sigue siendo una potente amenaza para el gobierno afgano.[117][118]

La ofensiva de primavera inició el 11 de abril a las 5 a. m. (hora local), fue denominada Operación Omar en honor al fundador del grupo Mohammad Omar. En su primer ataque este grupo se reivindicó la autoría de un atentado contra el ejército afgano en el que murieron 12 reclutaʂ. Asimismo anunciaron una mejora en la gestión en las zonas que gobiernan para asegurar un mejor nivel de vida para su población y realizarán campañas para intentar reclutar más adeptos a su causa. Este anuncia parece aclarar también que el grupo se ha alineado detrás de nuevo líder Akhtar Mohamed Mansur y dejado atrás parte de las disputas internas. Asimismo dejan notar su "éxito" en la lucha contra el Estado Islámico mencionado que varios seguidores de este grupo se han unido a la causa Talibán en la Provincia de Nangarhar. El 12 de abril de 2016, los talibanes anunciaron que lanzarían una ofensiva llamada Operación Omari. Las fuerzas afganas han estado luchando contra los talibanes en el noroeste de Kunduz, como parte de los intentos talibanes de recuperar la ciudad. El 14 de abril, cientos de talibanes y otros insurgentes intentados tomar Kunduz, sin embargo las fuerzas afganas repelieron la agresión. Según el jefe de policía de la provincia de Kunduz, supuestamente murieron 40 talibanes, y entre 8 y 60 resultaron heridos, mientras que las fuerzas afganas tuvieron cuatro muertos y seis heridos. Aviones de vigilancia estadounidenses apoyaron a las fuerzas afganas mientras trataban de hacer retroceder a los talibanes; también ha habido combates en por lo menos seis otros distritos, donde otros 28 combatientes talibanes fueron asesinados, y otros 28 quedaron heridos.[119][120][121]​ El 18 de julio de 2016, por lo menos 100 combatientes talibanes atacaron el distrito Qalai Zal, en la provincia de Kunduz, en un intento de tomar el distrito, pero las fuerzas afganas empujaron a los talibanes hacia atrás. Ocho talibanes —incluyendo un comandante— fueron asesinados, mientras que un miembro de la fuerza de seguridad afganas murió y otros tres resultaron heridos.[122]

Los talibanes ejecutaron a por lo menos 10 personas, algunos de los cuales eran, según se informa, soldados del ejército afgano fuera de servicio el 31 de mayo de 2016 tras el secuestro de unos autobuses y autos con hasta 220 personas a bordo en un puesto de control en la carretera Kunduz-Takhar. La mayoría de los pasajeros fueron liberados después de ser interrogados por los insurgentes talibanes, sin embargo, por lo menos 18 personas todavía permanecieron como rehenes. El 7 de junio de 2016, en la provincia de Ghazni, 12 miembros de las fuerzas de seguridad afganas murieron, incluyendo siete policías, tres soldados y dos oficiales de la Dirección Nacional de seguridad. Al día siguiente, talibanes en la provincia norteña de Kunduz pararon un autobús en una carretera cerca de la capital provincial y secuestraron a 40 pasajeros, el segundo secuestro en la provincia en menos de dos semanas.[123]

El 1 de junio de 2016, insurgentes talibanes irrumpieron en un tribunal de la ciudad afgana de Ghazni; se enfrentaron con la policía por al menos una hora en un ataque en el que 10 personas, incluyendo cinco militantes talibanes, murieron, según informes de la policía. El ataque se produjo días después de que los talibanes prometieran buscar venganza contra el gobierno afgano por la ejecución de seis prisioneros talibanes el mes anterior. Otro ataque de represalia por la ejecución de presos por el gobierno afgano llegó el 5 de junio de 2016, dejando al menos 5 personas muertas y por lo menos 19 heridos en un tribunal de Apelaciones en Alam Pul-e en la provincia de Logar. Entre los cinco muertos en el ataque estaba el recién nombrado jefe de la corte de Apelaciones. Ese mismo día un miembro del Parlamento afgano, Shir Wali Wardak, fue asesinado por una bomba plantada cerca de su residencia en Kabul, mientras otras 11 personas resultaron heridas por la explosión. Ningún grupo se reivindicó el ataque.[124]

En junio de 2016, el presidente Obama aprobó una política para dar a la Estados Unidos mayor capacidad militar para apoyas a las fuerzas afganas que luchaban contra los talibanes. La decisión también permite un mayor uso del poderío aéreo de Estados Unidos, particularmente en las misiones CAS. El comandante de Estados Unidos en Afganistán, el general John Nicholson, ahora será capaz de decidir cuándo es apropiado para las tropas americanas acompañar a las fuerzas afganas convencionales en el campo. Un alto funcionario de defensa de Estados Unidos dijo que los poderes ampliados solo deben ser empleados si es conveniente. Los anteriores límites en las acciones del ejército de Estados Unidos en Afganistán hacían más poderosas las acciones de los insurgentes; esta abolición de las restricciones hacen que se puedan tomar decisiones en los momentos cuando se necesita la intervención de EE. UU. en combates entre las fuerzas afganas y los talibanes, lo ayudaría para evitar más reveses de las tropas afganas. Los talibanes están reenfocando su atención principalmente en las provincias de Helmand, Kandahar y Uruzgan, según funcionarios militares estadounidenses y afganos, aunque los insurgentes también han alcanzado otros países. Los talibanes todavía tienen una gran presencia en la región con unos 25 000 combatientes que se enfrentan a 30 000 fuerzas de seguridad afganas que luchan para sofocar el resurgimiento del grupo. El 24 de junio, se informó que, en la semana anterior, el ejército estadounidense lanzó sus primeros ataques aéreos contra los talibanes desde el cambio de la política de los Estados Unidos. En julio de 2016, el presidente Obama anunció que planea el despliegue de 8400 soldados de Estados Unidos en Afganistán cuando termine su mandato, en lugar de reducir el número de efectivos a 5500 para finales de este año, reflejando que es muy difícil que Afganistán se sostenga solo sin ayuda de EE. UU.,[122][125]​ mientras tanto el Reino Unido enviara 50 militares adicionales a Afganistán: 21 se unirán a la misión de lucha contra el terrorismo, 15 participaran en un desarrollo del liderazgo en la Academia de entrenamiento de oficiales del ejército afgano y 13 se unirán a la misión de apoyo firme, estas se unirán a las tropas británicas que ya estaban el país. Reino Unido había dicho que retiraría sus tropas, pero ahora habrá extendió su misión hasta 2017.[125]

El 30 de junio de 2016, dos atacantes suicidas atacaron un convoy de la policía afgana que llevaba cadetes recientemente graduados en las afueras de la capital, Kabul. Mataron a 40 cadetes e hirieron a 40 más. El incidente ocurrió 10 días después de un ataque contra un autobús que transportaba guardias nepalíes, quienes trabajaban para la embajada canadiense en Kabul. Murieron 14 personas.[126][127]

A partir de julio de 2016, por lo menos el 20 % de Afganistán sigue en manos de los talibanes. Sin embargo, las fuerzas de seguridad afganas significativamente han aumentado sus capacidades y hace logros importantes en la ofensiva.[128]

El 22 de mayo de 2016, el Gobierno de Afganistán confirmó la muerte del Mulá Mansur, luego de un ataque con drones del Ejército de Estados Unidos ocurrido el 20 de mayo de 2016, fue ejecutada mientras las Fuerzas de Tarea Conjunta de Operaciones Especiales se movilizaba en una remota área del sur de Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán. El mulá Haibatulá Ajundzada fue escogido como sucesor de Mansur y anuncio al igual que el fallecido mula Mansur que la violencia solo se detendrá cuando la ocupación extranjera se retire del país.

El 23 de julio de 2016 un atentado reivindicado por el ISIS tuvo lugar durante una manifestación de la minoría hazara perteneciente a la rama chií del islam en la plaza de Deh Mazang, en Kabul. La explosión de dos artefactos explosivos mata al menos 80 personas.[129]

El 13 de abril de 2017 la Fuerza Aérea de los Estados Unidos lanzó un bombardeo sobre el distrito de Achin en la provincia de Nangarhar en Afganistán, contra los túneles del Estado Islámico y el grupo fundamentalista Jorasan empleando por primera vez en la historia la GBU-43 conocida como la bomba de mayor poder destructivo no atómica de la historia identificada también como la «madre de todas las bombas».

El bombardeo estaba diseñado para minimizar el riesgo para las fuerzas afganas estadounidenses que realizan operaciones sobre el terreno en esa zona, y maximizar la destrucción de combatientes e instalaciones del EI-Jorasán con el objeto de reducir los obstáculos y mantener el ritmo de la ofensiva contra el EI-Jorasán, la cual además los yihadistas han estado trabajando en defensas subterráneas y búnkers.[130]

El 21 de abril de 2017, mientras soldados de las fuerzas afganas salían de una mezquita de rezar fueron sorprendidos por comandos talibanes (vestidos con uniformes del ejército afgano) en un ataque que dejó al menos 135 muertos y 64 heridos.

El 28 de abril del mismo año, los talibanes anunciaron en un comunicado el inicio de su ofensiva de primavera, que llevará el nombre de Operación Mansuri en homenaje a su antiguo líder, el mulá Ajtar Mansur, y estará centrada contra las fuerzas extranjeras.[131]

El 31 de mayo de 2017 al menos 90 personas murieron y otras 463 resultaron heridas por la explosión de un camión bomba dentro de la zona diplomática de la capital de Afganistán donde se halla la sede de la presidencia afgana y las embajadas de Francia, Alemania, Japón, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, India y Bulgaria. Fue el atentando terrorista más mortífero de los últimos 15 años hasta la fecha en Kabul atribuido por la red Haqqani.[132]

El comienzo de 2018 resultó ser un año bastante mortífero en Afganistán debido a varios atentados que se cobraron la vida de cientos de personas en el país asiático. La noche del 20 de enero hasta la madrugada del 21 de enero de 2018, milicianos talibanes atacaran el lujoso Hotel InterContinental de Kabul, donde mataron a 22 personas, incluidos 14 extranjeros, y libraron una batalla de 13 horas con las fuerzas de seguridad. El 27 de enero de 2018 una ambulancia cargada con explosivos dejó un saldo de 103 muertos y 235 heridos en Kabul.[133]​Además otras oleadas de atentados que dejaron decenas de muertos se produjeron luego de estos atentados mortíferos.

El 28 de febrero de 2018 el Gobierno de Afganistán llamó a la organización talibán para iniciar conversaciones de paz sin precondiciones, que contempla un acuerdo de alto el fuego, la liberación de insurgentes que se encuentran encarcelados en el país, además de considerar al movimiento talibán como un grupo político que pueda participar de la vida política del país a cambio de que los insurgentes reconozcan la legitimidad de la Constitución afgana, y que se comprometan a respetar el imperio de la ley así como ha dejar la lucha armada, entre otras peticiones y consideraciones. Este plan de paz todavía no ha sido respondido por los talibanes pero en 2015 se intentó llegar a un intento de paz con la organización yihadista aunque el resultado fue negativo para el gobierno afgano luego de conocerse la muerte del fundador del movimiento insurgente, el mulá Omar, dos años antes. Este anuncio se produjo después de que el 26 de febrero la formación insurgente lanzara una propuesta directa de diálogo a EE. UU. en el primer mensaje de este tipo que mandan abiertamente tras años negándose a conversar con el Gobierno afgano y Washington, además los yihadistas afirmaron que Estados Unidos demostraba que no busca el final de la guerra en el país y no es creíble un proceso de paz. Luego de que esta propuesta de diálogo la hicieran los talibanes el mismo presidente Donald Trump decidió rechazarla.[134][135]

En junio tanto talibanes como afganos llegaron a un acuerdo y mantuvieron un cese al fuego de tres días por el mes de Ramadan. El acuerdo fue observado por ambas partes y los combatientes talibanes acabaron uniéndose a las celebraciones de las fuerzas gubernamentales y civiles. El 28 de julio los Talibanes afirmaron que sostuvieron una conversación directa con la vicesecretaria adjunta del departamento de Estado de Estados Unidos, Alice Wells en Qatar,[136]​ que se podría considerar una discusión preliminar sobre las futuras conversaciones de paz en Afganistán, pero el departamento de Estado de EE.UU. se negó a comentar sobre la reunión con la insurgencia afgana.[137][138][139]

El 12 de octubre de 2018 representantes de los talibanes se reunieron en Qatar con el emisario estadounidense para la paz en Afganistán, Zalmai Khalilzad, nuevamente aun si precisar por parte estadounidense de que trataba la reunión. Esta es la primera reunión oficialmente confirmada entre las dos partes (EE. UU. y talibanes) y la segunda en concretarse luego de la reunión pasada en el mismo año con la representante estadounidense, Alice Wells, en Catar.[140]​ Según algunas fuentes la reunión fue un intento decisivo de lograr un final negociado que logre la paz a la guerra.[141]

El 14, 15 y 16 de noviembre del mismo año una delegación de alto nivel del Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) se reunieron nuevamente con una delegación de alto nivel de Estados Unidos en Catar (encabezada por el representante especial para los esfuerzos de Paz, Zalmay Khalilzad, del lado estadounidense) y hablaron sobre una solución pacífica a la guerra, indicó el portavoz insurgente Zabihullah Mujahid en un comunicado. Las reuniones no terminaron en ningún acuerdo.[142][143]

El 18 de octubre de 2018 un guardaespaldas perteneciente a la escolta de las autoridades afganas en la provincia de Kandahar abrió fuego contra tres líderes provinciales principales en un ataque interno en una conferencia de seguridad, entre ellos el gobernador Zalmay Wesay, quien resultó herido, mientras que el jefe de policía Abdul Razeq y el comandante local del servicio de inteligencia fueron asesinados. Por otra parte dos estadounidenses, el brigadier general del Ejército de los Estados Unidos, Jeffrey Smiley, a cargo de la misión de asesores de la OTAN en Afganistán, sufrió al menos una herida de bala en el ataque junto a un ciudadano estadounidense y a un contratista de la OTAN. El general y comandante de la misión Apoyo Decidido en Afganistán Austin S. Miller y además el principal comandante de Estados Unidos en dicho país, también estuvo en la reunión, pero resultó ileso. Se discute si él fue objeto de los asaltantes. Los talibanes se responsabilizaron por el ataque y dijeron que habían atacado tanto a Miller como a Razeq, el jefe de policía de Kandahar, que tenía una reputación temible como un opositor implacable de los insurgentes en el sur de Afganistán.[144][145][146]​ El presidente afgano Ashraf Ghani nombró al hermano del fallecido, Abdul Razeq, Tadin Jan como su sucesor.

El 20 de diciembre de 2018 una fuente informó que el presidente de los Estados Unidos Donald Trump tomo la decisión de retirar la mitad de los efectivos estadounidenses estacionados allí en Afganistán en un plazo de meses (es decir de los 14 mil retiraría 7 mil) la decisión se tomó un día después que Trump expreso sacar a todas las fuerzas de Siria (anunciando que su misión de derrotar al ISIS de Siria fue cumplida). Por su parte el secretario de Defensa, James Mattis renunció argumentando que sus puntos de vista no estaban alineados con los del presidente. Este cambio de estrategia se produce en un momento en que Estados Unidos impulsa un acuerdo de paz con los talibanes.[147][148]​Esta postura de retirada fue desmentida por un vocero de la Casa Blanca y por el General Austin S. Miller, comandante de las fuerzas extranjeras en Afganistán, pero al mismo tiempo afirmada por otros funcionarios gubernamentales estadounidenses.[cita requerida]

A principios de enero de 2019 Estados Unidos, el Gobierno afgano y los talibanes llevaron a cabo un principio de acuerdo que implica la retirada total de las fuerzas extranjeras de Afganistán. El primer paso sería una declaración de alto el fuego, seguida de la renuncia de los talibanes a toda relación con organizaciones terroristas como Al Qaeda y el Estado Islámico y, por fin, la retirada de las tropas de EE.UU. y de la OTAN en un período de transición de 18 meses.[149]

A fines de febrero del mismo año se dio a conocer, según una información publicada por el diario New York Times, un nuevo plan de El Pentágono de retirada de las tropas estadounidenses y del resto de la coalición extranjera que expresa que todas las tropas estadounidenses se retirarán de Afganistán durante un periodo de tres a cinco años. Según el plan, que actualmente se está discutiendo con los aliados europeos de EE.UU., el resto de la fuerza internacional saldrá de Afganistán en ese mismo periodo del tiempo, además se propone en los próximos meses reducir a la mitad el contingente estadounidense en Afganistán, que actualmente cuenta con 14.000 tropas.[150]​Por su parte los talibanes negaron que se les haya ofrecido dicha propuesta.[151]

A fines de julio de 2019 el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo que el Presidente estadounidense Donald Trump le ordenó reducir el número de soldados estadounidenses en Afganistán para antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020. Por otro lado Zalmay Khalilzad, enviado especial de Estados Unidos para la paz en Afganistán, ha sostenido varias rondas con negociadores del Talibán afgano este año. Este expreso que los afganos están más cerca de alcanzar la paz que nunca antes pero la realidad es que la violencia en el país continúa sin cesar con ataque de los talibanes a las fuerzas de seguridad afganas, a la poblaciones civiles y a las fuerzas extranjeras, incluidas las estadounidenses. A esto se le suma los ataques del la agrupación extremista Estado Islámico a las fuerzas afganas y poblaciones civiles.[152]

A principios de septiembre de 2019 y menos de una semana después de que Estados Unidos se dispusiera a firmar un acuerdo de paz con el grupo Talibán en Camp David, el presidente Donald Trump dio por canceladas intespectivamente las negociaciones que buscaban ponerle punto final al conflicto con ese grupo armado debido al ataque perpetrado el jueves 5 de septiembre por parte de estos en el que resultaron muertas 12 personas, entre ellos un soldado estadounidense y uno rumano.[153][154]​En diciembre de 2019, se trató de reabrir el proceso de diálogo para un acuerdo de paz, pero otro ataque contra la Base Aérea de Bagram dio cancelada la iniciativa.

A principios de noviembre de 2019 el ministro del Interior interino de Afganistán, Massoud Andarabi, anunció la victoria plena sobre el grupo terrorista ISIS. La supuesta derrota física se presume que fue debido a la escalada de bombardeos que realizaron las fuerzas afganas en conjunto con las de la coalición internacional.[155][156]​A pesar de la declaración de victoria, los militantes yihadistas del ISIS continuaron atacando en Afganistán.

En febrero de 2020, Estados Unidos y talibanes llegaron a un acuerdo sobre la reducción de la violencia, este duro una semana y comenzó el 22 de febrero del mismo año en el que hubo una reducción de violencia, debido a ello se firmó un documento en Doha con talibanes para el retiro de las tropas estadounidenses de 8.600 efectivos en 135 días y de todas las tropas en 14 meses. Estados Unidos retiraría sus tropas, pero solo si los talibanes cumplen ciertas condiciones de no seguir con sus ofensivas y otras cuestiones como de no convertir a Afganistán en lugar de terrorismo además de que se comprometan a que no se lleven a cabo ataques dentro y fuera del país asiático.[157][158]​ El objetivo del alto el fuego firmado el 29 de febrero se expresa en la reducción de la violencia y si es cumplido ello daría paso a un acuerdo de paz que ponga fin a la guerra en Afganistán. Además el tratado para la retirada de las fuerzas estadounidenses y extranjeras también contempla el diálogo entre el gobierno afgano y talibanes, algo que talibanes no querían debido a que consideran al gobierno afgano como títere de Estados Unidos.[159][160]

El 29 de febrero Estados Unidos y los talibanes firmaron en Doha (Catar) un tratado, en donde expresaban diferentes puntos que cada uno debía cumplir para iniciar una transición no violenta,[161]​ el gobierno de Afganistán y más específicamente su presidente Ashraf Ghani Ahmadzai mostró su disconformidad.[162]​ Entre las cláusulas se presenta la retirada casi completa de las tropas estadounidenses en 14 meses, así como la ruptura del Talibán con Al Qaeda y Estado Islámico.[163][164]​ El mismo presidente estadounidense Donald Trump informó que se reunirá «en un futuro no muy lejano».[165]

El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani respondió que ellos no prometieron a nadie liberar a 5.000 talibanes, a lo que los talibanes reponden con un ataque a 43 posiciones del gobierno, solo e 3 de Marzo, lo que llevó a EE. UU. a bombardear a los talibanes.[166]

Los talibanes llevaron a cabo ataques luego de la negativa del Presidente afgano Ashraf Ghani al no respetar un punto clave en las negociaciones que trataba sobre la liberación de 5.000 presos talibanes por 1.000 soldados afganos capturados, según Ghani el gobierno afgano no fue consultado sobre ello, de esta manera los talibanes accedieron a la violencia y lo expresaron a través de declaración de su portavoz Zabihullah Mujahid, en esta declaración (del día 2 de marzo del mismo año) expresaron su postura de atacar solo a las fuerzas de seguridad afganas pero no a las fuerzas extranjeras. Por su parte Estados Unidos respondió a la violencia de talibanes con un ataque de su fuerza aérea contra posiciones ofensivas de talibanes contra un puesto de las fuerzas de seguridad afganas el día 4 de marzo del mismo año.[167][168]

A principios de abril se anunció el primer proceso de liberación de 100 talibanes, un día después de que los talibanes rompieran las negociaciones en la materia con Kabul (debido a que consideran que el gobierno afgano libera solo a presos que el gobierno considera irrelevantes y no quiere liberar también a los que tienen peor antecedentes) y procedieron a retirar a su equipo negociador..[169]​ Posteriormente el gobierno afgano liberó la segunda tanda de 100 prisioneros de guerra talibanes como primer paso para iniciar el diálogo de paz que ya ha sido interrumpido por actos de violencia entre talibanes y fuerzas gubernamentales.

Por otra parte los talibanes hacen lo mismo liberando a una tanda de 20 prisioneros uniformados afganos.[170]

Luego del acuerdo firmado por talibanes y EE.UU en febrero de 2020, a principios de marzo de 2020 las primeras fuerzas estadounidenses empezaron a retirase de Afganistán como parte del acuerdo y en parte también debido al brote de coronavirus en ese país asiático.[171]

El 9 de abril cohetes impactaron en la Base Aérea Militar estadounidense de Bagram luego que fueran disparados por militantes del Estado Islámico, el ataque no dejó víctimas.[172]

A finales de mayo, los talibanes sorprendieron al decretar unilateralmente un alto el fuego de tres días para que sus conciudadanos pudieran "celebrar en paz y comodidad" el Aíd al Fitr, que marca el final del Ramadán. Pero el 3 y 4 de junio las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo el primer bombardeo (sobre talibanes que estaban atacando posiciones de las fuerzas gubernamentales afganas en las provincias de Kandahar y Farah) desde el fin de la tregua del Aid al Firt.[173][174]

El 12 de septiembre de 2020, tanto representantes del gobierno afgano, como del movimiento talibán, se reunieron en Doha (luego de la liberación total de prisioneros reclamados de ambos bandos, incluidos los más peligroso del movimiento talibán) e iniciaron un proceso de diálogos sobre un alto el fuego duradero y una paz definitiva. Este proceso es apoyado por el Secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo y el enviado especial de EE.UU. para Afganistán, Zalmay Khalilzad. Por otra parte el vocero de los talibanes, Abdul Ghani Baradar, expreso que el movimiento insurgente desea un Afganistán con un "sistema islámico y que todo el mundo tome en cuenta el islam en las negociaciones, y que el islam no sea sacrificado a intereses personales".[175][176]

A principios de octubre de 2020, los talibanes lanzaron una ofensiva en la provincia de Helmand atacando sobre todo su capital Lashkargah. Por otro lado el Ejército de Afganistán lanzó una contraofensiva con apoyo aéreo de los bombardeos de la aviación de Estados Unidos contra los talibán en la provincia de Helmand (sur), en respuesta al ataque a gran escala desencadenado por los insurgentes. Por su parte, el jefe de las fuerzas militares de Estados Unidos y aliados en Afganistán, Scott Miller, denunció que los talibán no están cumpliendo el acuerdo de paz y les exigió que detengan su ofensiva en Helmand y admitió que los bombardeos de sus fuerzas no cometieron ninguna violación del acuerdo de paz de febrero como expresaron los talibanes.[177]

El 5 de enero la delegación del Gobierno de Afganistán viajó a la capital de Qatar, Doha, para la segunda ronda de conversaciones de paz con los talibán, en medio del repunte de la violencia y el cruce de acusaciones entre las partes por este recrudecimiento del conflicto.

Por su parte los talibanes denunciaron bombardeos estadounidenses sobre posiciones no militares, y atacando a sus combatientes, y amenazaron con responder si no cesan los ataques aéreos.[178]

Debido a la continuación de la violencia y la acusación de incumplimiento con el tratado de paz de febrero de 2020 por talibanes, (según el gobierno afgano), en enero de 2021, el Presidente afgano, Ashraf Ghani, este último le pidió a Estados Unidos que extendiera su misión militar más allá de la fecha de salida de las tropas estadounidenses.

Por su parte los talibanes amenazaron con tomar acciones contra las fuerzas estadounidenses y aliadas, si estas últimas no cumplen con el plazo de retirada en mayo de 2021.[179]

En marzo del mismo año representantes del gobierno afgano y rebeldes del Talibán se reunieron en Moscú en una conferencia auspiciada por Rusia, con el objetivo de llevar la paz a Afganistán.

Fue un encuentro de una sola jornada y la primera de tres conferencias internacionales previo a la posible retirada de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN para el plazo fijado de 1 de mayo. De este dialogo participaron también el emisario estadounidense Zalmay Khalilzad, además del director del Consejo de Reconciliación para Afganistán Abdullah Abdullah y el cofundador del Talibán Mula Abdul Ghani Baradar. Participaron además representantes de Pakistán, Irán, India y China.

Zamir Kabulov, enviado de Rusia para Afganistán, expresó que los participantes afganos en las conversaciones mostraron voluntad para negociar la paz y añadió que habrá más reuniones en Moscú.[180]

El 31 de marzo un ataque con proyectiles fue llevado a cabo por parte talibán contra un base donde hay fuerzas internacionales en la provincia de Jost (este) lo que supondría una violación del tratado de paz de febrero del año 2020. El ataque se saldo sin víctimas para las fuerzas extranjeras.

El 8 de agosto otro ataque por parte talibán se llevo a cabo en una base aérea en Kandahar, que alberga fuerzas de la coalición internacional, sin ningún tipo de daño o víctima que afectase al contingente de la coalición extranjera. Este ataque fue condenado por los Estados Unidos, y se efectuó en un momento donde el presidente estadounidense Joe Biden se muestra preocupado por la decisión sobre si retirar o no a las fuerzas militares de su país.[181][182]

El 17 de abril se dio a conocer que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN (como Alemania y Reino Unido) y otros aliados se retiraran del país asiático para cerca de la fecha del 11 de septiembre del mismo año, fecha en la cual se distancia algunos meses de la fecha del 1 de mayo como plazo para la retirada como la anterior administración del Presidente Trump había acordado en el acuerdo de paz del 29 de febrero de 2020.[183]

El 1 de mayo y fuera del plan establecido en el acuerdo de paz de febrero de 2020 firmado entre Estados Unidos y los talibán bajo la administración Trump, comenzó la retirada de soldados estadounidenses y de sus aliados de la OTAN y demás aliados extranjeros, con un extra de un contingente de fuerzas especiales estadounidenses Army Rangers y equipos de artillería y aviación por si fuera necesaria para responder a los posibles ataques de la insurgencia taliban. Este nuevo plazo de retirada que comenzó el 1 de mayo fue fijado por el Presidente Biden y culminaría cerca de la fecha del 11 de septiembre de 2021. Por su parte los talibanes descontentos con este incumplimento de este acuerdo se manifestaron en una postura de un acuerdo para atacar a las fuerzas internacionales, aunque no lo llevaron a cabo.[184]

Luego del comienzo de la retirada del 1 de mayo de las fuerzas internacionales, los talibanes lanzaron ofensivas simultáneas en varias provincias de Afganistán, la milicia ha lanzado operaciones similares en Baghlan, incluso llegando a tomar un distrito de esta provincia, y en otras siete provincias afganas, incluidas Ghazni (en el sureste) y Kandahar y Helmand (en el sur).[185]

Por otro lado se llevó a cabo una tregua de tres días por el motivo del Ramadán pero luego de ello la violencia continuó.[186]

Tras el fin de la misión de combate de la OTAN en diciembre de 2014, y desde 2015 los talibanes y otros grupos insurgentes dominan casi un tercio del territorio, según datos de Washington y el gobierno afgano controla apenas un 57 por ciento de su territorio.

El Estado Islámico intervino en Afganistán en 2015 en creando su base principal en la provincia de Nangarhar, al lado de Pakistán e importante por la comunicación con este último país. En junio del 2016, el gobierno de Kabul dio por derrotado al ISIS en gran parte de las áreas en las que permanecía activo pero el ISIS continuo accionando violentamente, como el ataque ordenado por del líder del ISIS en Afganistán, Abdul Hasib, que en marzo de 2017 causó más de medio centenar de muertos en un hospital militar de Kabul, además de secuestros de niñas y decapitaciones de ancianos o el ataque suicida contra una manifestación de la minoría chiita hazara que causó más de 80 muertos y de 300 heridos en 2016. En mayo de 2017, Abdul Hasib seria asesinado en una operación conjunta entre las fuerzas de Estados Unidos y Afganistán. En abril de 2017 Afganistán indicó que cerca de 400 terroristas aún permanecen en el país.[187]

Luego del utilizar Estados Unidos la GBU-43 llamada también como «la madre todas las bombas», autorizado por el presidente Donald Trump, la cual supuso un duro golpe para el Daesh que terminó perdiendo a más de 200 miembros en acciones de las tropas afganas y extranjeras.

Es contradictorio que el gobierno afgano haya asegurado a principios de abril de 2017 que el Estado Islámico apenas contaba con 400 yihadistas, tras haber eliminado a 2500 en 2016.[188][189]

En junio de 2020, los medios estadounidenses informaron que los servicios de inteligencia habían determinado que Rusia había ofrecido recompensas para matar soldados estadounidenses en Afganistán. Estos no fueron desmentidos por las jerarquías del gobierno y algunos indicaron que estaban basados en informaciones no determinantes y se convirtió en un asunto político luego de que el presidente Trump negara haber sido informado al respecto. En agosto, se llevó a cabo la acusación también a Irán de estar detrás de la paga para asesinar a soldados de la coalición internacional extranjera en Afganistán.[190]

La política de los Estados Unidos hizo un llamado para que los afganos se unieran al Ejército Nacional Afgano. El llamado fue recibido con aprecio, y en octubre de 2010 ya había 134 000 soldados afganos. En 2011, el Ejército Afgano había llegado a la cifra final de 171 000 soldados.[191]​ Este aumento en las fuerzas afganas permitió a los Estados Unidos retirar algunas de sus fuerzas en julio del mismo año.[192][193]

En 2010, el Ejército Nacional Afgano había sido limitado en capacidad de lucha,[194]​ incluso la mejor unidad afgana carecía de la formación, la disciplina y de los refuerzos adecuados. En la Provincia de Baghlan, los soldados se encontraban atrincherados en zanjas, en lugar de salir a luchar. Algunos soldados son sospechosos de colaborar con los talibanes. «Ellos no tienen lo básico, y se les ha dado una gran responsabilidad,» dijo el capitán Michael Bell, quien fue uno de los encargados del proyecto para entrenar soldados afganos. «Corrí alrededor de una hora tratando de llegar a disparar, para no ser despedido,» fueron las palabras de un soldado afgano después de un combate. Nueve de cada diez soldados en el Ejército Nacional Afgano son analfabetos.[195]

A principios de 2015, Felipe Munch, un analista de Afganistán escribió en internet: «... la evidencia disponible sugiere que muchos de los altos miembros de las fuerzas de seguridad afganas, en particular, utilizan sus cargos para enriquecerse a sí mismos. Dentro de las fuerzas de seguridad afganas no hay lealtades, tampoco hay acceso a recursos y hay facciones dentro del ejército que buscan ganar su control total.» Todo esto significa que las fuerzas de seguridad afganas no funcionan como oficialmente deberían, más bien, parece que la economía política de las fuerzas de seguridad afganas les impide trabajar como las organizaciones modernas (el requisito previo por el cual se decidió apoyar a los afganos). Afganistán es muy informal, el gobierno de Afganistán debe cobrar impuestos pero no lo hace, tampoco tiene ingresos por mano de obra o por inversiones.

El Gobierno afgano y altos mandos del ejército han sido acusados de desviar recursos del país y meterlos en cuentas bancarias en el extranjero. Esas acusaciones no han podido ser confirmadas por ningún banco o medio de comunicación.[196]

La Policía Nacional Afgana proporciona apoyo al Ejército Afgano. La policía de Afganistán está compuesta en su mayoría por analfabetos. Aproximadamente el 17 % de ellos dieron positivo en la prueba de drogas ilegales en 2010.[197]​ Son acusados también de exigir sobornos. Los intentos de construir una creíble fuerza policiaca afgana están siendo todo un fracaso, según un funcionario de la OTAN.[198]​ Una cuarta parte de los oficiales fuman, eso hace que la construcción de la policía afgana sea más difícil de lograr.

Un informe del Pentágono declara que la defensa nacional de Afganistán es 27 % más baja desde el comienzo de 2015 hasta mediados de noviembre, en comparación con el mismo periodo de 2014.[199]​ En enero de 2016, un oficial de policía en la provincia de Uruzgan le disparó a 10 compañeros de la misma organización.[200]​ El 11 de febrero de 2016, un policía afgano le disparó a cuatro de sus compañeros y los dejó heridos, más tarde, otro policía mató a siete compañeros en la provincia de Kandahar; este ataque fue el último en una cadena de ataques internos. El martes, 8 de marzo de 2016, un vídeo que fue viral muestra a hombres armados y con uniformes de la policía torturando a un presunto terrorista suicida en el Distrito de Panjwayi, en la provincia de Kandahar. A pesar de algunos avances, la tortura y los malos tratos de los detenidos siguen siendo moneda corriente en las cárceles afganas. De acuerdo a un informe de las Naciones Unidas, un tercio de todos los prisioneros fueron encontrados con marcas de torturas.[201]​ El 21 de mayo de 2016, tres agentes de la policía fueron asesinados a tiros por sus colegas en un puesto de control en la volátil provincia de Uruzgan. El incidente fue seguido de otro en la capital, Kabul, donde un guardia afgano disparó a dos cascos azules de Nepal, matando a uno e hiriendo a otro. En el sur de la provincia de Zabul, ocho policías fueron asesinados a tiros por otros oficiales.[202]

Las dos mayores milicias anti-Talibán, son principalmente Jamiat-e Islami y el Junbish-i-Mili. Jamiat-e Islami está activo desde la Guerra contra los soviéticos en Afganistán, y también participó en la Guerra Civil Afgana.[203]​ Junbish-i-Mili también estuvo involucrado en la guerra civil en Afganistán. Ambos grupos eran miembros de la Alianza del Norte que era anti-Talibán.

Junbish-i-Mili es dirigido por el exgeneral y actual vicepresidente, Abdul Rashid Dostum. Atta Muhammad Nur, el gobernador de la provincia de Balkh, sirve como un líder prominente dentro del Jamiat-e Islami, y ha sido el responsable de la movilización de los combatientes de Jamiat para combatir a los talibanes en el norte de Afganistán. Él es aliado de Dostum y formaron una coalición para luchar contra los talibanes en el norte.[204][205]​ Sin embargo, la rivalidad entre los dos grupos en repetidas ocasiones ha estallado en enfrentamientos entre ellos, también los comandantes locales de Jamiat-e Islami y Junbish-i-Milli han sido acusados de asesinatos, robos a mano armada, el acaparamiento de tierras, extorsión y el cobro de exacciones ilegales, entre otras actividades para el aprovechamiento de sus respectivas organizaciones.[206]



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