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Haloperidol



El haloperidol es un fármaco antipsicótico típico con acción farmacológica de tipo neuroléptico,[2]​ que forma parte de las butirofenonas. Se trata de uno de los primeros medicamentos que se usaron en el siglo XX para el tratamiento de esquizofrenia y otras enfermedades mentales.

El haloperidol fue descubierto en 1958 por Paul Janssen.[3]​ Fue sintetizado de petidina (meperidine)[4]​ en los Laboratorios belgas de Janssen Pharmaceutica y presentado al primero de los ensayos clínicos, en Bélgica, ese mismo año.[5][6]

Es un bloqueador no selectivo de los receptores de dopamina en el cerebro, la dopamina además de aumentar su actividad en trastornos psicóticos, involucra la vía motora extrapiramidal; tardíamente se puede desarrollar por el constante bloqueo de estos receptores una hipersensibilidad que explica la discinesia tardía en tratamientos a largo plazo.

Tmax, oral: de 3 a 6 horas

Biodisponibilidad oral: 86.1%

Proteína vinculante: más del 90%

Vd: 1260 L

hígado: extenso

Haloperidol reducido en hidroximetabolito: activo

Excreción fecal: 15%

Distancia total del cuerpo: 29,3 L / h

Biodisponibilidad, IM: 60% a 70%

Proteína vinculante: más del 90%

Vd: 9,5 a 21,7 l / kg [28] o 1260 l

Hígado: extenso

Haloperiodol reducido en hidroximetabolito: Activo

Sustrato de CYP2D6 y CYP3A4

Excreción fecal: 15%

Distancia total del cuerpo: 29.3 L / h

La vida media de eliminación: 10 a 37 horas

Se utiliza para tratar la esquizofrenia, estados psicóticos agudos, algunos estados de agitación psicomotriz, estados maniacos, trastorno de pánico, tartamudez y ansiedad. Se usa en el tratamiento de la corea de Huntington, de hecho, es el neuroléptico más usado (dosis 6-9 mg/día). También puede ser utilizada en dosis bajas, en las personas de edad avanzada con síndromes demenciales asociados a agitación psicomotriz o delirios.

Como todos los antipsicóticos en general, presenta frecuentemente efectos secundarios adversos. Asociados al bloqueo de los receptores de dopamina presenta con cierta frecuencia extrapiramidalismo (trastornos motores como temblor en reposo, y rigidez similar al Parkinson) según dosis, que se pueden manejar con anticolinérgicos. Presenta además otros efectos motores más tardíos como acatisia (inquietud al permanecer acostado o sentado), discinesia tardía (movimientos anormales de las manos y la boca) de manejo más complicado; puede disminuir el umbral convulsivo. Produce somnolencia severa.[2]

El síndrome neuroléptico maligno es una reacción adversa grave, con hipertermia, hipertonía muscular generalizada, alteraciones respiratorias y otras alteraciones disautonómicas que pueden llevar a la muerte al paciente.

El síndrome depresivo es frecuente observarlo cuando se utilizan dosis moderadas-altas por períodos prolongados.

Discinesia tardía: puede aparecer en pacientes que se encuentren bajo tratamiento largo plazo, o después de suspender el mismo el síndrome se caracteriza por movimientos rítmicos involuntarios de la lengua, cara, boca o mandíbula.

Otros efectos sobre el SNC: se han reportado ocasionalmente otros efectos incluyendo: depresión, sedación, agitación, mareo, insomnio, cefalea, confusión, vértigo, convulsiones tipo gran mal y exacerbación aparente de síntomas psicóticos.

Síntomas gastrointestinales: se han reportado náusea, vómito y pérdida del apetito así como cambios de peso.

Efectos endocrinos: los efectos hormonales de los fármacos neurolépticos antipsicóticos incluyen hiperprolactinemia, que puede causar galactorrea, ginecomastia, oligo o amenorrea.

Efectos cardiovasculares: se han reportado taquicardia e hipotensión ocasionales, prolongación del intervalo QT y arritmias ventriculares.

Varios: ha habido reportes ocasionales de disminución leve y transitoria de los eritrocitos, se han reportado raramente agranulocitosis y trombocitopenia

Se han reportado casos aislados de anormalidades del funcionamiento hepático o de hepatitis.

Excepcionalmente hay reacciones de hipersensibilidad como erupción cutánea, urticaria, y anafilaxis.

Otros efectos secundarios reportados ocasionalmente son: constipación, visión borrosa, boca seca, retención urinaria, priapismo, disfunción eréctil, edema periférico, diaforesis, salivación y pirosis, así como alteraciones en la regulación de la temperatura corporal.

Efectos sobre la habilidad en el manejo de automóvil y uso de equipo: puede presentarse cierto grado de sedación o algún trastorno en el estado de alerta.

Está contraindicada su administración en los siguientes casos:

Reacción alérgica o de hipersensibilidad a cualquiera de sus componentes, depresión del sistema nervioso central por alcohol o por otros fármacos depresores, enfermedad de Parkinson, lesión de los ganglios basales, en adultos mayores con demencia,[7]​en demencia con cuerpos de Lewy. El haloperidol se clasifica dentro de la categoría C de riesgo en el embarazo, y solo debe usarse durante el embarazo si los beneficios para la madre superan el posible riesgo para el feto. Las mujeres que reciben haloperidol no deben amamantar.[2]



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