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Helen Mack



Helen Beatriz Mack Chang conocida como Helen Mack (Retalhuleu, 19 de enero de 1952) es una ejecutiva empresarial, activista en defensa de los Derechos Humanos de Guatemala y una de las figuras de la política más respetadas de su país.[1]​ Alzó su voz en pleno conflicto armado para defender el legado de su hermana, la antropóloga Myrna Mack, asesinada en 1990. También denunció el sufrimiento de las poblaciones indígenas desplazadas por la guerra, especialmente la etnia Ixil. Es reconocida internacionalmente como figura clave en la lucha contra la impunidad en Guatemala. En 1992 fue distinguida con el premio Nobel alternativo de la Paz. En 1993 creó la Fundación Myrna Mack con el objetivo de buscar justicia por el asesinato de su hermana y de miles de ciudadanos que perdieron la vida a manos de los militares durante la guerra civil.

Nació en el Barrio San Nicolás en el departamento de Retalhuleu en el suroeste de Guatemala de ascendencia maya y china. Estudió administración de empresas y era una ejecutiva dedicada a la asesoría empresarial cuando el 11 de septiembre de 1990 un comando del Estado Mayor Presidencial asesinó a su hermana Myrna Mack. Desde entonces inició una larga batalla contra la impunidad y la denegación de justicia y contra las estructuras estatales que encubren las violaciones de Derechos Humanos.[2]​ Comenzó a prepararse en derecho y a conocer las leyes. Entre 1990 y 1993 se dedicó ella sola al caso.[3]​ En 1992 recibió el Premio Sustento Bien Ganado, conocido como el "premio Nobel alternativo" y con el dinero del premio creó 1993 la Fundación Myrna Mack.[4]

El caso de Myrna se presentó ante 12 jueces diferentes que recibieron amenazas o fueron corrompidos, pero después de superar muchos obstáculos el sargento mayor del Ejército de Guatemala, Noel de Jesús Beteta Álvarez, fue condenado a 21 años de prisión como responsable material del asesinato.[5]​ El militar aseguró haber actuado bajo las órdenes del coronel Juan Valencia Osorio y del general Édgar Coyoy.[6]​ La orden de captura para Beteta fue ordenada el 3 de julio de 1991. El exmilitar fue capturado en Los Ángeles (Estados Unidos) y puesto a la orden de la justicia guatemalteca el 4 de diciembre de 1991. El proceso judicial donde se le condenó como culpable culminó el 12 de febrero de 1993.

Ni el acoso, la persecución ni las amenazas de muerte frenaron a Helen Mack que continuó luchando para llevar ante la justicia a quienes dieron la orden de asesinar a su hermana. En 2002 fueron acusados y llevados a juicio tres militares de alto rango, el general Edgar Godoy Gaitán y los coroneles Juan Valencia Osorio y Guillermo Oliva Carrera. El tribunal condenó en rebeldía a 30 años de prisión al Coronel Juan Valencia Osorio y absolvió a los otros dos militares por falta de pruebas. La fiscalía apeló la decisión y el 20 de enero de 2004 confirmó la condena del Coronel Valencia como "autor intelectual" del asesinato.[7]

Helen Mack ha participado en la elaboración de estrategias jurídicas y asesora a víctimas y familiares de víctimas en casos planteados ante los órganos de justicia local, entre los cuales se cuentan: el caso de Oliberta Calel, menor de edad, violada y asesinada en Quiché y María Tuyuc, indígena, víctima de discriminación racial, la masacre de Panzós, cometida en 1978, los procesos que buscan esclarecer y sancionar el genocidio en Guatemala y los procesos iniciados ante los órganos de justicia local por los asesinatos de Antonio Pop, Ricardo de León Régil y Florentín Gudiel, entre otros.

En la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 1998 fue perita sobre la administración de justicia en Guatemala, en el Caso Bámaca Velásquez,[8]​ y en 2003 asesoró el caso planteado ante el Sistema Interamericano contra el Estado de Guatemala, por su responsabilidad en la desaparición forzada de Luis de León.

En 2004 asesoró en un inicio el caso planteado contra el Estado de Guatemala, por su responsabilidad en el asesinato del investigador policial José Miguel Mérida Escobar y fue peticionaria en el caso planteado contra el Estado de Guatemala ante el Sistema Interamericano por su responsabilidad en 29 casos de desaparición forzosa.

Desde esa posición, Helen Mack ha fomentado propuestas técnicas y estrategias políticas para mejorar la administración de justicia y democratizarla y ha impulsado con intensidad la reforma del sector seguridad, la reconversión del Ejército, la eliminación del Estado Mayor Presidencial y la transformación de los organismos de inteligencia.

En 1993, Helen Mack creó la Fundación Myrna Mack, en memoria de su hermana asesinada y desde entonces preside su Junta Directiva.

La institución fue financiada en un principio con los fondos provenientes del Right Livelihood Award, conocido como el premio Nobel Alternativo de la Paz otorgado a Helen en diciembre de 1992.[4]

El trabajo institucional inicial estuvo orientado a estudiar el caso Myrna Mack, con el fin de determinar cuáles eran los mecanismos que obstruían el avance del proceso judicial. Fue así como surgió la necesidad de expandir el estudio al funcionamiento del ejército y los aparatos de seguridad e inteligencia, adicionalmente a las investigaciones que ya se realizaban en el ámbito de la administración de justicia. La Fundación Myrna Mack se convirtió así en una institución dedicada a luchar contra la impunidad en Guatemala; a promover la transformación de los aparatos de seguridad e inteligencia, la consolidación democrática y el proceso de pacificación.

Por sus aportes a la justicia, la lucha contra la impunidad y la defensa de los derechos humanos, la Fundación Myrna Mack recibió, en 2007, el Premio Rey de España en la categoría de Derechos Humanos.[4]

Helen Mack también es fundadora de la Comisión Nacional de Apoyo y Seguimiento al Fortalecimiento de la Justicia en Guatemala, creada en 1997 por mandato del Acuerdo sobre Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática.

En 1996 unió esfuerzos con el obispo auxiliar Juan Gerardi Conedera, coordinador de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala y Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz, entre otras personalidades y organizaciones nacionales, para fundar la Alianza contra la Impunidad.

En 1999, Helen Mack inició pláticas con dirigentes de las organizaciones Familiares y Amigos contra la Delincuencia y el Secuestro (FADS) y Madres Angustiadas, con el fin de promover la búsqueda de transparencia, ética y excelencia profesional en la elección de autoridades y funcionarios en el sector justicia. Así nació el Movimiento Pro Justicia. Y en 2001 fundó, junto a dirigentes de 23 organizaciones de distinta procedencia sectorial, la instancia llamada Foro Guatemala.

Ha sido Presidenta de la Fundación Soros - Guatemala (2004-2008), integrante de la junta directiva del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), Miembro de la junta directiva de la Fundación para el Debido Proceso Legal, miembro de la asamblea de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), miembro de la directiva de Fund for Global Human Rights, Integrante de la asamblea del Grupo Barómetro y Fundadora de la instancia multisectorial Foro Guatemala.

Es la tía de Lucrecia Hernández Mack médica y política que en 2016 se convirtió en la primera mujer al frente del Ministerio de Salud de Guatemala.[9]

Tiene numerosos reconocimientos internacionales en universidades de Estados Unidos y Europa.



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