La Historia verdadera de la conquista de la Nueva España es una obra de Bernal Díaz del Castillo, que fue uno de los soldados participantes en la mayoría de las jornadas de la conquista de México en el siglo XVI.
Los biógrafos de Díaz del Castillo coinciden en que 1568 fue la fecha de la conclusión del manuscrito. Una copia manuscrita llegó a España en 1575 ( 7 años después) (en el siglo XVI era habitual la circulación manuscrita de las obras), la cual sirvió de base a la primera edición impresa, que fue publicada póstuma en 1632; de ella existen dos ediciones diferentes en la que consta el año 1632 en portada, pero solo una fue impresa "verdaderamente" en ese año, aunque con dos variantes de estado (que no de edición); la segunda es una falsificación o edición contrahecha que imita la primera variante de estado y fue hecha a finales del siglo XVII o principios del XVIII, aunque muchos siguen considerándola primera edición.
La auténtica primera lleva una portada calcográfica de Juan de Courbes y sus dos variantes o estados, según fundamenta el estudio tipobibliográfico exhaustivo de Carlos Fernández González, se distinguen en que una cuenta con un capítulo final que no tiene la otra y corrige dos erratas tipográficas (en la signatura Ii3 y en el año de apostilla marginal en el f. 251v), además de otros rasgos diversos.
Es una obra de estilo cautivador desde las primeras líneas. Nos narra el proceso de la conquista de México de una manera ruda, aunque sencilla, ágil y directa. Cada página es un retrato pintoresco plagado de detalles. Leer su libro es transportarse al pasado y vivir al lado de un soldado todos los sucesos de la conquista: descripciones de lugares, relatos de personajes, anécdotas, críticas agudas y angustiantes relaciones de fatiga y peligros enfrentados.
Cada uno de los doscientos catorce capítulos se convierten en una vivencia para el lector. Como muestra de la sencillez de su estilo, Bernal narra un asombroso fragmento de cuando los españoles entraron por primera vez a la ciudad de México:
Si estamos interesados en saber lo que comía Moctezuma, podemos recurrir a la Historia Verdadera:
Su obra también ofrece información sobre los enfrentamientos entre indios y soldados españoles en medio de la conquista:
Sobre Michoacán, Díaz del Castillo hace de Olid y sobre el juicio sobre el Cazonci entablado por Nuño de Guzmán.
Sin embargo, no fue precisamente el hecho de dar a conocer las hazañas de los españoles en un libro de aventuras lo que motivó a escribir su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, cuarenta años más tarde. El verdadero móvil fue el de nunca sentirse bien retribuido en premios (tierras e indios) y recompensas a sus múltiples méritos. Su Historia Verdadera es una desmesurada relación de méritos en la conquista de la Nueva España. Hace hincapié en la poca gloria que dejó Hernán Cortés a los soldados, artífices de la conquista.
Es frecuente encontrar en la Historia verdadera comentarios sobre el cronista real Francisco López de Gómara y su Historia general de las Indias. Bernal le acusa de hablar a sabor de su paladar, alabando a Cortés, callando y encubriendo las hazañas de los soldados. Su argumento era que escribían historias quienes no se hallaron presentes en la Nueva España y sin tener relación en lo realmente acontecido. A este respecto, nuestro cronista escribe:
Caída la ciudad de México-Tenochtitlan, Bernal Díaz se fue a residir a Coatzacoalcos. En 1541 (cuando se fundaba la ciudad de Valladolid, hoy Morelia) resolvió ir a Santiago de Guatemala, lugar donde murió en el año 1584, contando más de ochenta y cuatro años de edad.
Con lo anterior mencionado, podemos responder a nuestra pregunta inicial: Díaz del Castillo escribió la "Historia verdadera" como prueba de sus servicios a la Corona, para así exigir recompensas. Era una respuesta a las crónicas que enaltecían a Cortés dándole toda la gloria, reduciendo a nada el esfuerzo del soldado español.
Sin embargo, Bernal no deja de tener sus críticos. W. Arens, autor del libro El mito del comehombres, no deja de recordarnos que nunca tomó notas y nunca aprendió a hablar las lenguas indígenas y, no obstante, es capaz de describirnos diálogos enteros de los indígenas desde el primer día que pisaron el continente. Sin embargo, tal como Bernal lo escribió, conocía la lengua indígena de Cuba, y la conquista se hizo con la presencia casi constante de 'lenguas' que traducían los idiomas locales, además de usar el lenguaje universal de las manos. Algunos de estos diálogos tienen una gran semejanza con pasajes de las aventuras de Hans Staden, un libro muy popular en su época y que relata las penurias de un mercenario alemán en la costa atlántica del Brasil hacia 1550. Algunos de sus relatos se contraponen con las versiones indígenas, y otros, como su descripción del tzompantli del Templo Mayor, son físicamente imposibles. Bernal reporta haber contado 100 000 cráneos, pero en las reconstrucciones del tzompantli no caben más de 1800.
Christian Duverger, antropólogo francés que se ha especializado en historia de Mesoamérica, va más lejos en su libro publicado en 2012, Crónica de la eternidad, atribuyendo la autoría de la obra de Bernal Díaz al propio conquistador de México, Hernán Cortés. Sin embargo, la tesis de Duverger ha sido refutada, entre otros, por el académico español Guillermo Serés, quien defiende la autoría de Bernal Díaz de la obra que siempre se le ha atribuido.
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