Hodierna de Trípoli o de Jerusalén (c. 1110 - c. 1164) fue condesa de Trípoli a través de su matrimonio en 1135 con el conde Raimundo II de Trípoli. Era la tercera hija del rey Balduino II de Jerusalén con Morfia de Melitene. Sus hermanas fueron la reina Melisenda de Jerusalén, la princesa Alicia de Antioquía y la abadesa Ioveta de Betania.
Las cuatro hermanas habían tenido una estrecha relación, y es posible que Hodierna hubiera pedido a Melisenda que organizara el asesinato en 1148 de Alfonso Jordán de Tolosa, hijo de Raimundo IV de Tolosa, cuando este reclamó la posesión del Condado de Trípoli. Hodierna apoyó a su hermana en el conflicto contra su hijo Balduino III de Jerusalén y, cuando Melisenda acabó por ser derrotada en 1152 le fue concedido un pequeño feudo en Nablus, las dos hermanas influenciaron la elección del Patriarca Latino de Jerusalén.
Durante esa época, Hodierna se encontraba en conflicto con Raimundo II de Trípoli, que se resentía por su carácter independiente y pretendía que su esposa se mantuviera en reclusión. Había inclusivo rumores de que su hija Melisenda de Trípoli (bautizada con el nombre de la reina de Jerusalén) era hija de una relación adúltera. Melisenda de Jerusalén y Balduino III tuvieron que intervenir políticamente en Trípoli en 1152. Hodierna y Raimundo acordaron una reconciliación, pero fue decidido que la condesa debería volver a Jerusalén con su hermana por un corto período. Pero poco después de que salieran de Trípoli, Raimundo fue muerto por la Orden de los Asesinos.
Hodierna volvió inmediatamente a sus dominios para asumir la regencia del condado en nombre de su hijo Raimundo III de Trípoli, aún un niño. Balduino III garantizó el apoyo de los nobles del condado y Hodierna acordó en ceder el castillo de Tartous a los Caballeros Templarios, para que se defendieran de los ataques de Nur ad-Din, que había invadido estas tierras al tomar conocimiento de la muerte de Raimundo II.
La condesa de Trípoli permaneció al lado de la reina Melisenda cuando esta murió en 1161. Balduino III de Jerusalén, ahora sin la influencia de su madre, tomó el control personal de Nablus, intercambiado por el Señorío de Transjordania con Felipe de Milly. Hodierna acordó con esta transacción en nombre de su hija Melisenda, que debería casarse con el emperador bizantino Manuel I Comneno. El acuerdo matrimonial parecía confirmado y la joven Melisenda fue hasta referida como la futura emperatriz. Sin embargo, cuando Manuel supo de su supuesta ilegitimidad, se casó con María de Antioquía.
Hodierna murió en fecha desconocida, probablemente en la década de 1160.
Según la Vida del trovador Jaufré Rudel de Blaye, la leyenda de la belleza de Hodierna traída a Francia por peregrinos, le inspiró canciones de amor de lonh (amor distante). Según la historia, el trovador participó en la Segunda Cruzada para poder verla, pero se enfermó y fue llevado moribundo a tierra. Se cuenta que, al saber de esto, Hodierna salió de su castillo y Rudel murió en sus brazos. Esta historia romántica pero improbable parece derivar de la naturaleza enigmática de los versos de Rudel y de su supuesta muerte en la cruzada. Edmond Rostand usó esta leyenda como base para su drama en verso La Princesse Lointaine (1895), pero intercambió el personaje femenino de Hodierna por su hija Melisenda de Trípoli.
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