Las personas LGBTI en Jamaica afrontan un alto grado de oposición social, violencia y sanciones legales. El sexo entre hombres es ilegal y está castigado con hasta diez años de cárcel.
Algunas voces internacionales, incluido el Parlamento Europeo, se han alzado contra lo que ellos ven como homofobia jamaiquina. El 12 de abril de 2006, la revista Time difundió un artículo titulado «¿El lugar más homofóbico del mundo?».
Los líderes sociales de Jamaica acusan a los grupos internacionales de inmiscuirse en asuntos internos. Defienden las leyes contra la homosexualidad como sostén de los valores cristianos.
Según el activista británico Peter Tatchell, la homofobia no formaba parte de la cultura jamaiquina. Fue impuesta al pueblo en el siglo XIX por los colonizadores británicos y sus misioneros cristianos.
Según una encuesta sobre orientación sexual y derechos humanos en América publicada en diciembre de 2003:
En el Caribe, Jamaica es con diferencia el lugar más peligroso para las minorías sexuales, con frecuentes, y a menudo mortales, ataques contra gays alentados por una cultura popular que idolatra a los cantantes de reggae y dancehall, cuyas letras hacen un llamamiento a la quema y asesinato de gays. Las leyes draconianas en contra de la actividad sexual entre personas del mismo sexo continúan teniendo mucha fuerza, no solamente en Jamaica, sino también en la mayor parte del Caribe anglófono.
Según Amnistía Internacional, «la comunidad de gais y lesbianas en Jamaica afronta un prejuicio extremo», y «los homosexuales de Jamaica, o los que son sospechosos de serlo, son víctimas a diario de tratamiento como enfermos, de acoso policial e incluso de tortura».
El código penal jamaiquino prohible el sexo entre hombres, al igual que en muchas partes del Caribe anglófono y evangélico. El artículo 76 de la Ley de Delitos contra la Persona prohíbe «el abominable crimen de la sodomía (sexo anal)», con penas que ascienden hasta los diez años en prisión con obligación de realizar trabajos forzados. El artículo 77 estipula condenas de hasta siete años en prisión por «intento de sodomía» (sic).
El artículo 79 prohíbe «cualquier acto de escándalo público» entre hombres, ya sea en público o en privado, con condenas de hasta dos años de cárcel, con o sin trabajos forzados. El «escándalo público» no está definido, pero se interpreta como cualquier conducta homosexual entre adultos varones que lo consienten en privado, o incluso el simple acto de tomarse de la mano.
Ninguno de los dos partidos políticos principales de Jamaica expresó algún apoyo oficial a los derechos de los homosexuales. El Partido Nacional del Pueblo (Peoples National Party), en el poder en 2006, ve las críticas internacionales a sus derechos humanos como un inmiscuimiento, afirmando incluso que la homofobia no es un problema serio y que los derechos de los homosexuales van en contra de los valores sociales conservadores del pueblo jamaiquino.
El Partido Laborista Jamaiquino (Jamaican Labour Party) ha evitado el tema del mismo modo, a pesar de que en 2004, el ministro de justicia, Oswald Hardider, planteó que sentía que la ley de Jamaica debería seguir el consejo del Informe Wolfenden (Informe del Comité Departamental de los Ataques Homosexuales y la Prostitución, publicado en el Reino Unido en 1957) y descriminalizar la homosexualidad y la prostitución si se produce entre adultos que lo consienten en privado. Ninguno de los otros partidos menores ha respaldado los derechos de los homosexuales.
En abril de 2006, el Sunday Herald publicó un titular en primera página que rezaba «¡Maricas no!», en el que el líder de la oposición Bruce Golding aseguraba que «los homosexuales no iban a obtener ningún consuelo en ninguno de los gabinetes formados por él». El comunicado fue apoyado por varios sacerdotes y un líder sindical. Durante las elecciones de 2001, el partido de Golding usó como canción de campaña la homofóbica Chi chi man (del grupo de dancehall TOK), que celebra que se quemen y asesinen personas homosexuales.
En diciembre de 2011, la primera ministra de Jamaica, Portia Simpson-Miller, manifestó que el gobierno debería proteger a las personas contra la discriminación sobre la base de su orientación sexual, y que había que revisar las leyes que penalizan los actos sexuales homosexuales.
De acuerdo con el Observatorio de los Derechos Humanos (2004, la «violencia física y verbal, que pasó de las palizas a brutales ataques armados con el fin del asesinato, es generalizada. Para muchos, no hay ningún remanso de paz para tal abuso. Los hombres que tienen sexo con hombres, y las mujeres que lo tienen con mujeres denuncian haberse visto forzados a abandonar sus casas y sus pueblos debido a vecinos que amenazaban con matarles si decidían quedarse, forzándolos a abandonar sus pertenencias y a que muchos acaben viviendo como sin techos».
Por añadidura, «la policía está apoyando activamente la violencia homófoba, es inefectiva a la hora de investigar denuncias de abuso, y arresta y detiene a hombres simplemente por sus conductas supuestamente homosexuales».
En un asesinato motivado por el odio hacia los homosexuales, «varios testigos presenciales [dicen] que la policía participó en ese abuso que al final llevó a que la multitud matara, primero golpeando al hombre con palos y luego instando a otros a pegarle porque era homosexual». Amnistía Internacional está también de acuerdo: «Los gais y lesbianas han sido golpeados, lastimados, quemados, apaleados y disparados debido a su sexualidad»;
y los gais y lesbianas constituyen una de las «comunidades más marginalizadas y perseguidas de Jamaica». Amnistía Internacional pone como ejemplo un reciente incidente recogido en un periódico nacional, en el cual un padre animó a que una multitud apaleara a su hijo, que era sospechoso de ser gay, mientras observaba sonriendo. No se presentaron cargos.Mientras la policía no hace estadísticas de ataques contra homosexuales,J-FLAG (Foro Jamaiquino de Lesbianas, Pansexuales y Gays) informa que tiene constancia de que 30 hombres han sido asesinados en Jamaica entre 1997 y 2004
elLa violencia provocó que cientos de homosexuales jamaiquinos hayan buscado asilo político en países como Reino Unido, Canadá y Estados Unidos, y varios han tenido éxito. En 2005 el Parlamento Europeo aprobó una resolución apelando a que Jamaica revoque sus leyes contra la sodomía y combata activamente la tan difundida homofobia.
Entre los casos más recientes de incidentes de violencia denunciados se pueden traer al caso los siguientes:
La única organización de derechos de los homosexuales de Jamaica es el J-FLAG. La organización se creó en 1998 y trabaja en la clandestinidad y anónimamente. En junio de 2004 el fundador, rostro visible del J-FLAG y activista que lideraba la defensa de los derechos de los gays de Jamaica, Brian Williamson, fue asesinado a puñaladas en su casa. La policía dictaminó que su asesinato fue un crimen motivado por el odio prejuicioso. La investigadora del Observatorio de los Derechos Humanos, Rebecca Schleifer se reunió con Williamson ese día y llegó a su casa no mucho tiempo después de que su cuerpo haya sido descubierto:
El Observatorio de los Derechos Humanos también recoge que la policía ayudó a un sospechoso a eludir la identificación y rechazó conscientemente el considerar la posibilidad de que el asesinato haya sido motivado por motivos homófobos. Junto a él el oficial responsable de la investigación afirmaba que «la mayor parte de la violencia contra los homosexuales es de tipo interno. Nosotros nunca hemos tenido casos de que se le haya pegado ninguna paliza a los gais [por parte de heterosexuales]».
Un amigo de Williamson, Lenford Steve Harvey, que era abiertamente gay y se adhirió al programa SIDA, Apoyo para la Vida de Jamaica, fue muerto a balazos al año siguiente, en la víspera del Día Mundial del Sida. Supuestamente los asesinos irrumpieron violentamente en su casa pidiendo dinero y preguntando «¿Eres maricón?». «Creo que su silencio, su negativa a responder a la pregunta, decidió su destino ―comenta Yvonne McCalla Sobers, que dirige Familias Contra el Terrorismo de Estado―. Luego abrieron su ordenador portátil y vieron una fotografía suya con su pareja abrazados, lo que dejó bien a las claras que estaban juntos. Por eso ellos lo sacaron y lo asesinaron». Cuatro personas fueron acusadas del crimen.
En 2004 el Observatorio de los Derechos Humanos publicó un informe sobre el estado de la comunidad homosexual de Jamaica. Dicho informe documentó una homofobia enormemente difundida y sostuvo que los elevados niveles de intolerancia estaban perjudicando los esfuerzos públicos para combatir la violencia y la epidemia del SIDA.
El Caribe tiene los más altos porcentajes de SIDA de toda América, aunque el mayor foco de contagio son los contactos heterosexuales. Un reciente sondeo mostró que el 96% de los jamaicanos se oponía a cualquier cambio que pudiera conducir a la legalización de las relaciones homosexuales.
Muchos jamaicanos son devotos cristianos y afirman que su postura antigay se basa en asuntos religiosos. En febrero de 2006, una coalición de líderes eclesiásticos y miembros de la Hermandad de Abogados Cristianos manifestaron su oposición a las provisiones privadas de una propuesta Carta de Derechos que formaría la base de un enmienda a la constitución jamaicana. El principal de los asuntos fue que la homosexualidad pudiera ser hecha legal, a pesar de que A. J. Nicholson (ministro de Justicia) y Bruce Golding (el jefe de la oposición) lo habían negado; ambos se oponen a que se legalice la homosexualidad. El grupo local de derechos de los homosexuales (J-FLAG) reconoce que el sentimiento antigay está influido por ciertos pasajes claramente homofóbicos de la Biblia, pero contesta que «la apropiación por parte de las asambleas legislativas de la condena cristiana de los homosexuales es un proceso puramente arbitrario, guiado en gran medida por predisposiciones individuales y prejuicios colectivos. En el caso del adulterio, del cual hacen muchísima más mención los textos bíblicos, Jamaica no tiene ninguna ley referente a su condena o enjuiciamiento. Lo mismo se puede aplicar al acto de la fornicación». Además, el adulterio y la fornicación son elogiados como signos de la virilidad masculina e las letras de canciones populares, especialmente en letras de reggae jamaiquino.
Los cantantes jamaiquinos de reggae y dancehall, como Buju Banton, Beenie Man, Vybz Kartel, Elephant Man, Sizzla, Capleton, T.O.K. y Shabba Ranks, escriben e interpretan canciones claramente partidarias de atacar y asesinar gais y lesbianas.
Buju Banton, uno de los cantantes más populares de Jamaica, escribió la exitosa canción Boom bye bye, en donde se amenaza a los homosexuales con un «disparo en la cabeza» e insta a verter ácido sobre ellos y lanzarlos al fuego. Banton y dos personas más fueron imputados en septiembre de 2005 en relación con un ataque a seis gais en Kingston en el año 2004. La policía alegó que era uno de alrededor de una docena de hombres armados que forzaron y se metieron en una casa y los apalearon mientras vociferaban insultos homófobos. Banton fue presuntamente identificado por varios testigos, pero no fue arrestado hasta 15 meses después de que la orden judicial haya sido emitida, siendo absuelto en enero de 2006. Existen informes que hablan de que la investigación y el juicio fueron dudosamente dirigidos.
En una de las canciones de Beenie Man se pueden leer estas letras: «Soy un sueño de la nueva Jamaica, ven y ejecuta a todos los gais».Channel 4, donde apareció proclamando la crucifixión de los homosexuales. De esta opinión hizo también alarde, por ejemplo, en su canción ¡Mariquitas, no!, en la que se puede escuchar la siguiente letra: «Si Jamaica legalizara las pistolas / para matar maricones, / sería la hostia de divertido».
Cierta letra de una canción de Sizzla reza: «Dispara al maricón, mi gran pistola, ¡boom!». A Nuh Fi Wi Faul por Elephant Man hace alarde del siguiente modo: «¡Maricón, muérete!/por favor, recuerda lo que te digo / Dámelo / Dispárales como a un pájaro». La reputación de Shabba Ranks se vio muy dañada por sus opiniones y letras explícitamente homófobas. Esto se vio durante un incidente en el programa The Word, de la británicaUna campaña internacional contra la homofobia en los cantantes de reggae ha sido lanzada por Outrage!, un grupo británico de defensa de los derechos de los gais., la coalición británica SMM (Stop Murder Music) Coalition y otros. Un acuerdo para poner fin a las letras antigays en las actuaciones en vivo y no producir ningún material que vaya en contra de los homosexuales o que se vuelvan a sacar a la venta canciones ofensivas se llevó a cabo en febrero de 2005 entre las discográficas de dancehall y organizaciones que se oponen a las letras contra los gays y su asesinato. En julio de 2006 este acuerdo aparece haber sido revocado y la lucha contra la homofobia en la música parece ser que continuará.
La Alta Comisión de Canadá en Jamaica está pidiendo a los cantantes que quieran actuar en Canadá que firmen una Declaración del Artista que afirme que se ha leído y entendido completamente ciertos extractos del Código Penal canadiense, de la Carta Canadiense de los Derechos y Libertades, del Acta Canadiense de los Derechos Humanos, y además que «no se harán proclamas a favor ni defenderá el odio contra las personas debido a su [...] orientación sexual».
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