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Houari Boumedienne



Houari Boumédiène Houari Boumediene (هواري بومدين) nació en 1932 en un pueblo de Argelia. Su verdadero nombre es Mohamed Boukherouba. Su pseudónimo solo es fruto de la guerra durante la época colonial.

Sus orígenes humildes, en una familia trabajadora que se dedicaba al campo y que era de diferentes orígenes , le permitió saber valorar y conocer el valor de ambas culturas. El árabe, idioma que hablaba con fluidez, lo había aprendido en primera instancia en la escuela coránica. Años más tarde acudió a Constantina y su reconocida “Medersa de el-Kettani”1. Por motivo de su formación también pasó por Túnez y, en especial, por la reconocida Universidad de Al- Azhar en El Cairo.

Houari Boumediene se enroló en el Frente de Liberación Nacional de Argelia(جبهة يالتحرير الوطن), más concretamente en lo que se considera como su brazo armado: Ejército de Liberación Nacional el cual luchó hasta la consecución, en 1962, de la independencia del propio país. En el ejército llegó a conseguir elevados puestos de mando. Sin embargo, fue en la política, y ya en la independencia donde pasó a ser vicepresidente y ministro de defensa del gobierno de Ahmed Ben Bella (ةأحمد بن بل).

Como jefe de Estado de la Fuerza Mayor del Gobierno argelino, Houari Boumediene, dio un golpe de Estado durante el año 1965. Ya el propio Ahmed Ben Bella se llevaba enfrentando durante años a duras críticas y descontento entre los miembros de su propio partido y presiones extranjeras.

El periodista y novelista argelino define de Boumediene como “un hombre con una inteligencia penetrante y fría del cual se decía que dejó su actitud tácita y se reservó solo para hacer preguntas ya que su sed de información era insaciable. Trabajador incansable, su organización había dejado su huella tanto en la wilaya V como en el frente occidental, excepto para el NLA2.

La política del nuevo presidente, Houari Boumediene, sería característica por los “buenos valores”. El mismo Cheurfi recoge de uno de sus discursos la siguiente declaración de intenciones: “Hacer de una nación un estado. Y educar, entrenar, planificar, industrializar y desarrollar una perfecta independencia económica. La misión será darle a Argelia la oportunidad de vengarse de la historia. A partir de ahora, sus vecinos, África y Europa y el mundo tendrán que contar con eso”3.

La política interior y exterior de Boumediene distará en gran medida con la de su antecesor, la puesta en marcha de las asambleas de wilayas, que van a tener una autonomía administrativa y económica. Además, se impondrán más medidas de descentralización del gobierno. La política exterior aspira a una conservación de las orientaciones de Ben Bella con más de pragmatismo y realismo específicamente en las relaciones con los Estados Unidos y los países del Este y los acuerdos bilaterales con los países fronterizos Norte Marruecos y Túnez4.

El escritor Kamel Bouchama habla de los años de gobierno de Boumediene como un periodo de gran estabilidad no solo en el plano político sino también económico. Eso es debido, según este escritor, a “la consolidación de la independencia nacional pasaba por una época de transición donde se necesitaba de una política harmoniosa, un desarrollo socioeconómico y la restauración de una sociedad liberada de la explotación del hombre”.

Boumediene conservó el poder de Argelia durante 13 años. Durante el año 1978 rumores sobre su enfermedad, mientras el presidente viajaba por diferentes puntos del mundo, tuvieron que ser desmentidos por el propio gobierno. Sin embargo, a finales de este mismo año el presidente de Argelia fallecía. Al no haber dispuesto en la Constitución un sucesor, el Consejo de la Revolución toma el poder.

En 1955 regresó a Argelia, donde se unió al Ejército de Liberación Nacional (ELN). Destacó y ocupó el puesto de jefe del estado mayor. Después de conseguir la independencia pasó a ser vicepresidente y ministro de defensa bajo el consejo de la revolución, por entonces estaba presidido por Ahmed Ben Bella (1916-2012). Al no compartir las orientaciones políticas de Ben Bella, el 19 de junio de 1965 llevó a cabo un golpe de estado, al término del cual se convirtió en el nuevo presidente de Argelia. Bajo su mandato se emprendieron varias acciones con el objetivo de atenuar, en el plano interior, las tensiones nacidas de la guerra de Independencia.


En 1968 consiguió evacuar la última base militar ocupada por Francia en Mers el Kébir, cerca de la ciudad de Orán. Mientras, en el plano económico, optó por un modelo socialista, construyendo escuelas y fábricas

En diciembre de 1967, un intento de golpe de estado llevado por sus opositores es rechazado. En abril de 1968, es el objetivo de una tentativa de asesinato y es herido de bala. Se niega, sin embargo, a que los atacantes sean ejecutados.[1]

Esta nacionalización exitosa confirió a Boumedienne una importante dimensión internacional. En efecto, acababa de tener éxito allí donde el iraní Mohammad Mosaddeq había fracasado dos décadas atrás. En 1973 tuvo una vez más la ocasión de afirmar su influencia en el campo internacional, al organizar con éxito la cumbre del Movimiento de Países No Alineados, a la que asistieron los mayores dirigentes del Tercer Mundo de la época. Siguió a ello un período en el que Argelia ofreció un apoyo muy activo a los distintos movimientos de liberación de África, Asia y América Latina, y fue como un verdadero líder del Tercer Mundo que se trasladó en 1974 a Nueva York, para participar en una reunión especial de la Asamblea General de la ONU sobre las materias primas a la que él mismo convocó en nombre de los no alineados. Pronunció en esa ocasión un discurso por el que expuso una doctrina económica, llamando entre otras cosas al establecimiento de un nuevo orden económico internacional más justo, que tomara en cuenta los intereses del Tercer Mundo.

En 1975, acogió la primera cumbre de la OPEP, por medio de la cual los miembros del cartel pudieron definir una política petrolífera concertada. En la senda trazada por este misma reunión, logró sellar la paz entre el Irán del sha Reza Pahlavi (1919-1980) y el Irak de Sadam Husein (1937-2006). En el plano nacional, en 1976 hizo votar una carta en virtud de la cual decretó la constitución de una Asamblea Legislativa, así como la creación del cargo de presidente de la República, electo por sufragio universal.

En el correr de 1978, las apariciones públicas del presidente Boumedienne se hicieron cada vez más raras, pero muy poco se informó acerca de su condición. El 27 de diciembre de ese mismo año falleció en su residencia de Argel. Más tarde se informó que había sufrido una extraña enfermedad de la sangre, la macroglobulinemia de Waldenström.

Argelia está experimentando un importante desarrollo económico y social bajo su gobierno. Entre 1962 y 1982, la población argelina aumentó de 10 a 20 millones de personas y, masivamente rural antes de la independencia, el 45% de la población estaba urbanizada. La renta per cápita anual, que en 1962 no superaba los 2.000 francos, supera los 11.000 francos veinte años más tarde, mientras que la tasa de escolarización oscila entre el 75 y el 95% según las regiones, lejos del 10% de la Argelia francesa. Sin embargo, mantiene un sistema de partido único y la prioridad dada al desarrollo industrial lo hace descuidar la agricultura.

Huari Bumedian, ex Presidente de Argelia, dijo en un famoso discurso pronunciado en 1.974 ante la Asamblea de la ONU:

“Un día, millones de hombres abandonarán el hemisferio sur para irrumpir en el hemisferio norte. Y no lo harán precisamente como amigos. Porque irrumpirán para conquistarlo. Y lo conquistarán poblándolo con sus hijos. Será el vientre de nuestras mujeres el que nos dé la victoria. Al igual que los bárbaros acabaron con el Imperio Romano desde dentro, así los hijos del Islam, utilizando el vientre de sus mujeres, colonizarán y someterán a toda Europa.”

En el curso de una entrevista que tuvo con un diplomático occidental en Argel, le expresó:

En ocasión de la segunda gran gira de Henry Kissinger (1923-) a Oriente Medio en diciembre de 1973, éste realizó una parada en Argel con la intención de saber si Argelia se ubicaba en el clan de los irreductibles de Bagdad (Sadam Husein, en Irak) y Trípoli (Muamar el Gadafi, en Libia). Boumedienne le respondió con estas palabras:

En una recepción organizada en ocasión de la visita del presidente francés Valéry Giscard d'Estaing (1926-), este declaró: «La Francia histórica saluda a la Argelia independiente». Boumedienne no tardó en tomar la palabra, y expresándose en francés dijo:

El presidente francés quedó muy desconcertado por estas palabras, evocadoras de un pasado incómodo, y la visita estuvo a punto de tornar en incidente diplomático. Más tarde, Boumedienne declinaría una invitación para una visita oficial a Francia.

En febrero de 1974, en el curso de una reunión de la Organización de la Conferencia Islámica en la ciudad de Lahore (capital de Pakistán) y estando presentes todos los jefes de Estado musulmanes del planeta, Boumedienne declaró:

Tras la sesión de la ONU sobre las materias primas, Boumedienne recibió en Argel a Willy Brandt (1913-1992), canciller de Alemania Federal, que venía para discutir las nuevas reivindicaciones que Boumedienne había presentado en la ONU en nombre del Tercer Mundo. En el curso de la entrevista, el canciller alemán se interrogó diciendo: «¿El nuevo orden? Un descalabro tal es imposible», y Boumedienne le respondió:

En 1975, al recibir al presidente tunecino Habib Bourguiba, Boumedienne le hizo visitar el complejo siderúrgico de El Hadjer (el más grande de África), situado a las puertas de la ciudad de Annaba, visiblemente muy marcado por la infraestructura y sus instalaciones. El presidente tunecino dijo a su anfitrión: «¡Al menos el colonialismo tenía algo bueno! Les ha dejado muchas cosas». Boumedienne respondió irónicamente:


Existe un aeropuerto civil a 17 km al suroeste de Argel la capital de Argelia con su nombre.




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