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Huelga de inquilinos de 1907



La Huelga de inquilinos o Huelga de las escobas de 1907 fue un movimiento popular contra la suba de los alquileres en las casas de inquilinato de la ciudad de Buenos Aires y otras ciudades argentinas, popularmente denominadas conventillos.[1]​ La huelga se inició en agosto de 1907, duró aproximadamente 3 meses y participaron del movimiento más de cien inquilinatos[2]​ con treinta y dos mil obreros en huelga[3]​. Tuvo una importante presencia de activistas anarquistas y socialistas.[4]

La Argentina agroexportadora, sustentada en una economía abierta, conformó hacia 1880 su mercado y su Estado Nacional. Se convirtió en un país receptor de capitales externos y de inmigración masiva, principalmente italianos y españoles, quienes llegaban en búsqueda de condiciones de vida y de trabajo inexistentes en Europa de la época, dando lugar a un proceso de urbanización creciente.[5]

Entre 1895 y 1905, el crecimiento vegetativo de la Ciudad de Buenos Aires alcanzaba un 52,5 % y la migración total un 65,5 %, porcentaje del cual un 51,8 % pertenecía a no nativos.[6]​ Para 1900, se calculaba que el saldo migratorio era de unas 50.485 personas y en 1907 la cifra prácticamente se duplicó, alcanzando unas 119.861 personas. [7]

La ciudad se convirtió en un importante centro de atracción para el inmigrante recién llegado que, se radicaba como arrendatario o peón en el medio rural o, bien, se instalaba en la capital para participar de la vida económica de la ciudad.[8]​ Después de 1890, el crecimiento de la población agravó el problema de vivienda para los sectores populares. Buenos Aires se extendió hacia la periferia formando nuevos barrios pero la mayoría se instaló en conventillos o casas de inquilinato, que proliferaban por toda la ciudad.[9]

El conventillo se transformó en el alojamiento obrero más usual y característico. [10]​ En 1904, el Censo Municipal indicaba que había 11,5 personas por casa en la Capital Federal, casi todas ellas de un solo piso. La estadística informaba que de los 950.891 habitantes de la ciudad, 138.188 vivían en las 43.873 habitaciones que componían las 2.462 casas de inquilinato porteñas. Es decir, más del 10 % de la población se albergaba en conventillos. [11]

Desde 1905, los alquileres mantuvieron una tendencia alcista y hacia 1907 el precio de una pieza triplicaba el de 1870. "Los costos de habitaciones humildes eran ocho veces mayores que en París y Londres."[12]

En 1900 los conventillos solían tener un patio de cemento, baños y algunas duchas. Entre 20 y 70 personas contaban con una sola letrina para atender sus necesidades y "las emanaciones amoniacales que se desprenden en su interior hacen experimentar malestar y lagrimeo a los que penetran en ellas ".[13]​ Las habitaciones eran reducidas en tamaño, con una escasa ventilación o sin ventanas, donde vivían hasta 10 personas.[14]

La pieza en una casa céntrica costaba alrededor de 20 pesos como mínimo y podía subir 5 a 7 pesos más con ventana a la calle, constituyendo una parte sustancial del presupuesto obrero.[15]

En 1890, los inquilinos organizaron una comisión por primera vez para que tome medidas contra los propietarios. El movimiento fracasó pero resurge tres años más tarde a partir del intento por formar una "Liga Contra los Alquileres", aunque la indiferencia general terminó por disolverla.[12]​ De todos modos, el alza casi constante de los alquileres generó, en 1905, la inusual propuesta conjunta de anarquistas, socialistas y sindicalistas quienes redactaron un manifiesto para proponer la formación de una liga contra la carestía de la vida, aunque no llegó a concretarse.

A partir de entonces, y por medio de la acción de subcomisiones, propaganda y conferencias, se intensificó la prédica contra el alza casi continua de alquileres y cargas impositivas que diezmaban el salario de los obreros. [9]

En 1906 la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) lideró la campaña por la rebaja de los alquileres y conformó la Liga de Lucha contra los Altos Alquileres e Impuestos.[16]​ En agosto de 1907, a través de un Decreto municipal, hubo un aumento impositivo que fue trasladado al precio de las habitaciones ubicadas en los conventillos. A partir de este contexto, el conventillo de la calle Ituzaingó se declaró en huelga, rehusándose a pagar el alquiler. [17]​ Los huelguistas formaron un comité central en búsqueda de nuevas adhesiones, rebaja de trabajo a 8 horas diarias y un aumento de salario. Para principios de octubre de 1907, alrededor de 1000 conventillos se declararon en huelga, el movimiento se expandió por las ciudades de Rosario y Bahía Blanca.[2]​ Como consecuencia de la represión, fue asesinado el militante anarquista Miguel Pepe por la policía bajo las órdenes del Jefe de la Policía Ramón Falcón.[18]​ quien, en 1909, sería asesinado por un militante anarquista, de origen ucraniano, llamado Simón Radowitzky

La Huelga de los Inquilinos fue una de las manifestaciones más importantes de la época, marcando un punto de inflexión en las luchas posteriores por el derecho a la vivienda en Argentina. [19]



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