Huracán Ramírez y la monjita negra es una película mexicana de 1973 escrita y dirigida por Joselito Rodríguez, y protagonizada por Pepe Romay, Titina Romay y Teresa Velázquez. La película es parte de una serie de películas centradas en el personaje del luchador enmascarado mexicano Huracán Ramírez, que comenzó con Huracán Ramírez (1952).
Un huérfano mudo (Pepe Romay) que vive en un convento entabla amistad con una novicia negra (Titina Romay) recién llegada al convento, y la ayuda a obtener el dinero necesario para salvar el convento trabajando como el luchador enmascarado Huracán Ramírez. Mientras tanto, una mujer rica (Teresa Velázquez), que utiliza a la monja como un peón involuntario para perpetrar sus crímenes como estafadora, intenta seducirlo.
La película es parte de una serie de películas de lucha libre centradas en el personaje ficticio de Huracán Ramírez, creado por el director Joselito Rodríguez y su hijo Juan Rodríguez Más, que comenzó con Huracán Ramírez (1952). Aunque el actor David Silva interpretó en películas anteriores el papel de Fernando Torres, el hombre que en la historia se pone la máscara de Huracán Ramírez, Silva no aparece en esta película, y en su lugar se presenta un nuevo personaje con la máscara. Silva tampoco aparecería en la siguiente y última película de Huracán Ramírez, De sangre chicana.
Varias reseñas de la película la han considerado como la peor película de la serie de películas de Huracán Ramírez. En David Silva: un campeón de mil rostros de Rafael Aviña, Aviña describe la serie de películas como «una saga de películas que degenerarían de manera aberrante en El Huracán Ramírez y la monjita negra».directamente para vídeo Huracán Ramírez vs. los terroristas) fue «no por la lana [dinero], sino porque los argumentos eran de a tiro babosos». El cine de luchadores de Nelson Carro se hizo eco de un sentimiento similar al de Aviña, al afirmar que la serie iría a «terminar degenerando totalmente» en esta película. La revista Dosfilos describió la serie de películas afirmando que tras la primera aparición del personaje en su película homónima, «vendrían otras menos afortunadas, aunque divertidas, como El misterio de Huracán Ramírez y las francamente horrendas y olvidables, como Huracán Ramírez y la monjita negra». En El cine que el viento se llevó, Miguel Carrara se centró en la actuación de Titina Romay y el hecho de que utilizara blackface para interpretar el papel principal de la monja negra, describiendo sarcásticamente la película como la cual «en la que Titina Romay se acordó que fue la niña chocolateada en Angelitos negros», haciendo referencia a que Romay también apareció en esa película luciendo blackface, en la cual interpretaba a una niña de piel oscura. David E. Wilt en The Mexican Film Bulletin fue más benévolo, sin embargo, diciendo: «Huracán Ramírez y la monjita negra no es una mala película y, para ser justos, se publicitó como una comedia en lugar de una película de acción de lucha libre. La actuación es amplia pero dentro de límites aceptables, y los valores de producción son satisfactorios».
El libro ¡Quiero ver sangre!: Historia ilustrada del cine de luchadores especuló que la razón por la que David Silva no participó en esta película y De sangre chicana (y la posterior películaEscribe un comentario o lo que quieras sobre Huracán Ramírez y la monjita negra (directo, no tienes que registrarte)
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