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Iglesia de la Gran Madre di Dio



(LA) «ordo popvlvsqve tavrinvs ob adventvm regis» - (ES) «La nobleza y el pueblo de Turín por la llegada del rey»

(Inscripción en el pronao)


La iglesia de la Gran Madre de Dios (en italiano Chiesa della Gran Madre di Dio) es un templo católico de Turín, Italia, que se levanta al pie de la colina turinesa, frente a la Piazza Vittorio Veneto. Dicha iglesia es uno de los más importantes lugares de culto católicos de Turín.

El templo de estilo neoclásico fue construido por Ferdinando Bonsignore para festejar el retorno del rey Víctor Manuel I de la Casa de Saboya en 1814.[1]​ Está inspirado en el Panteón de Roma.[1]​ La primera piedra fue colocada por Víctor Manuel I de Cerdeña el día 23 de julio de 1818 y la iglesia fue terminada en 1831 como parte de la quinta ampliación de la ciudad de Turín deseada por Carlos Félix de Cerdeña.[2]

El edificio, que es únicamente una iglesia de la ciudad de propiedad municipal, fue erigido por voluntad del cuerpo decurional de la ciudad para celebrar el regreso del rey Víctor Manuel I de Cerdeña el 20 de mayo de 1814, después de la retirada del ejército de Napoleón y el fin del dominio francés. En el tímpano del pronao que domina su entrada es bien visible el epigrafía dedicatoria “ordo popvlvsqve tavrinvs ob adventvm regis”,acuñada por el latinista Michele Provana del Sabbione. La dedicación, así como la construcción de todo el templo, recogió severas críticas entre los contemporáneos por el hecho de que se hace mención de la llegada (en latín: adventvs) del Rey y no de su vuelta (en latín: reditus) después del exilio.[3]

El proyecto de Ferdinando Bonsignore, artista de clara orientación neoclásica, fue elegido después de un concurso y se inició la realización solamente en 1818, después de la solemne colocación de la primera piedra.

El edificio está elevado con respecto a la plaza circundante gracias a un alto pedestal constituido por una amplia escalera al final de la cual se encuentra el gran pronao hexastilo, constituido por seis columnas frontales; en el interior del pronao hay otras dos columnas, una para cada lado, flanqueadas por tres pilares adosados a las paredes. Las diez columnas y los seis pilares llevan capiteles corintios y el pronao en su conjunto confiere a la estructura un marcado aspecto neoclásico. Sobre el alto frontón está el tímpano esculpido con un relieve de mármol de 1827 atribuido a Francesco Somaini de Maroggia (1795-1855), que representa a la Virgen con Niño que recibe homenaje por parte de los decuriones torineses, que son los comisionistas del edificio religioso.

Bajo el pronao, a los lados del portal, hay dos nichos que contienen estatuas de santos:[4]

- San Marcos evangelista, con el Evangelio en la mano y un pie que domina al león, obra de Giuseppe Chialli (1828);

- San Carlos Borromeo, obra de Giuseppe Pagliani (1829).


En la base de la escalera monumental, cada una sobre un gran basamento colocado al lado de la estructura, están presentes dos estatuas, que representan la Fe y la Religión, realizadas por el escultor carrarese Carlo Chelli en 1828.


La Fe está representada por una figura femenina con una cinta trenzada en el pecho y un manto que la cubre enteramente dejando descubiertos, además del rostro y de las manos, el pie izquierdo que calza el mismo tipo de sandalia de la segunda estatua, la Religión. Con la mano derecha sostiene un libro abierto, en la izquierda levantada hacia el cielo tiene un cáliz. A su derecha hay un pequeño ángel semidesnudo, de pie, con un bastón en la mano derecha.




La Religión está representada por una mujer con un largo vestido cerrado por una cinta y cubierta por un manto. Impasible, tiene la mirada hacia el horizonte y parece no darse cuenta del joven que está arrodillado a su lado y que le tiende dos tablas de piedra blancas. Con la mano derecha sostiene una cruz.




Víctor Manuel I de Cerdeña, en el centro, a los pies de la escalinata, está representado con una estatua de mármol colosal de casi diez metros, obra de Giuseppe Gaggini, docente en la Academia Albertina de Turín, comenzada en 1849, pero terminada solamente en 1869. Fue completada por voluntad del rey Víctor Manuel II de Italia, así como reza la inscripción en la parte posterior de la base, decorada con el escudo municipal: "VÍCTOR MANUEL II REY DE ITALIA ESTA ESTATUA DONADA A LOS TURINENSES EN EL AÑO MDCCCLXIX".

En el basamento hay una segunda inscripción que describe el sujeto: " VÍCTOR MANUEL I REY DE CERDEÑA RESTITUIDO A SU PUEBLO EL XX MAYO MDCCCXIV CORONABA LA FIDELIDAD SECULAR". La misma fue realizada en 1885.[5]


El interior de la iglesia parece muy simple, de nave única a planta circular.

De notable importancia es el aparato escultórico, en cuya realización participaron los escultores Angelo Bruneri, Giuseppe Bogliani, Carlo Caniggia, Giuseppe Chialli, Antonio Moccia , Andrea Galassi, a quien se debe la estatua de la Gran Madre de Dios con el Niño, situada detrás del altar mayor, envuelta por un aura mística constituida por rayos dorados y dominada por una gran corona de madera sostenida por dos puttes. En los nichos laterales interiores están presentes estatuas que representan: San Mauricio, la beata Margarita de Saboya, el beato Amedeo IX de Saboya y San Juan el Bautista, patrono de la ciudad.

En la base de la cúpula hay una decoración constituida por guirnaldas esculpidas alternadas a cuatro bajorrelieves que narran episodios de la Vida de la Virgen, o sea: Natividad, Presentación al Templo, Casamiento, Coronación, realizados por los escultores milaneses Gaetano Motelli, Abbondio Sangiorgio, Francesco Somaini, y Francesco Stanga.

La parte más importante de la iglesia es sin duda la cúpula. Se caracteriza por cinco órdenes de lagunares octagonales de medida decreciente decorados en estuco y es considerada una obra maestra del neoclásico piamontés; la estructura está enteramente realizada en hormigón y termina con un óculo circular de más de tres metros de diámetro desde el cual filtra la luz cenital.[6]




Según una tradición, la iglesia se erigiría en el lugar donde, en la antigüedad, se encontraba un templo dedicado a la diosa egipcia Isis, también conocida como "Gran Madre".


Es muy importante la estatua, que se encuentra a lado de la escalinata, de la mujer que tiene un libro abierto en su mano derecha y tiene en la izquierda un cáliz. Para los amantes del esoterismo tal estatua, que representa oficialmente la Fe, no es otra cosa que la misma Virgen, con en la mano el Santo Grial, e indicaría un punto que debería conducir al hallazgo del precioso cáliz, lo que hace pensar que la legendaria reliquia está en esta ciudad, es decir en Turín.[7]



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