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Iglesia ortodoxa de Alejandría



La Iglesia ortodoxa de Alejandría (en griego antiguo, Πατριαρχεῖον Ἀλεξανδρείας καὶ πάσης Ἀφρικῆς) o patriarcado ortodoxo griego de Alejandría y de toda África. Como esta Iglesia utiliza el griego como lengua litúrgica, es llamada en ocasiones Iglesia ortodoxa griega de Alejandría. Es una de las Iglesias autocéfalas de la Iglesia ortodoxa y uno de los cinco antiguos patriarcados de la Iglesia primitiva (Pentarquía). Agrupa a unos 1 500 000 fieles en África.

La Iglesia está encabezada por el patriarca ortodoxo de Alejandría y de toda África, cuyo título completo es Su Divina Bienaventuranza el Papa y Patriarca de la Gran Ciudad de Alejandría, Libia, Pentápolis, Etiopía, Todo Egipto y África, Padre de Padres, Pastor de Pastores, Prelado de Prelados, Decimotercero de los Apóstoles y Juez del Universo. Este patriarca se considera, al igual que el papa copto ortodoxo y el patriarca copto católico de Alejandría, sucesor de Marcos el Evangelista, a quien se atribuye la fundación de esta Iglesia en el siglo I, como obispo de Alejandría. Dentro de la comunión ortodoxa ocupa el segundo lugar de precedencia.[1]

Según la tradición, la comunidad cristiana de Alejandría en Egipto fue fundada por el evangelista Marcos en el año 42. Comunidad que vio aumentar su prestigio entre los siglos II y III gracias al desarrollo de las ciencias teológicas, que hicieron de la escuela de Alejandría una de las más importantes del Imperio romano, y del nacimiento y difusión del monasticismo en sus diversas formas. Figuras prominentes de la Iglesia alejandrina fueron: Clemente de Alejandría, Orígenes y Atanasio de Alejandría. Durante los primeros tres siglos, se construyeron una gran cantidad de iglesias y se introdujo el propio rito de la liturgia: la liturgia del apóstol Marcos (alejandrina), cuyo idioma litúrgico era el griego.

Durante el siglo IV, en los concilios de Nicea I (325) y Constantinopla I (381), Alejandría fue elevada al estado de sede metropolitana, aumentando considerablemente su autoridad y prestigio, en todo el Oriente cristiano. Desde 451, se estableció el título de patriarca para el obispo de Alejandría. El patriarcado alejandrino fue desde entonces el tercero más importante después de Roma y Constantinopla. En circa 330 la Iglesia de Alejandría extendió su jurisdicción más allá de las fronteras del Imperio romano, hacia Etiopía, cuando el patriarca Atanasio designó obispo a Frumencio de Aksum.

La Iglesia de Alejandría, que tenía su propia escuela de teología, se convirtió en una constante defensora de la cristología miafísíta, lo que le permitió proteger la enseñanza de la Iglesia contra el diofisismo nestoriano que surgió en la escuela teológica de Antioquía. La negativa del patriarca alejandrino Dióscoro I (444–451) a reconocer las enseñanzas diofisitas del papa León llevó en 451 a la convocatoria del Concilio de Calcedonia, donde, a pedido de los legados papales Dióscoro fue condenado y depuesto. La autoridad imperial impuso como patriarca a Proterio, quien fue derrocado tan pronto como la ciudad fue abandonada por las tropas imperiales. En su lugar fue designado el patriarca anticalcedoniado Timoteo, lo que condujo a un conflicto con las autoridades de Constantinopla y dio lugar a la división de la Iglesia alejandrina en dos Iglesias paralelas: no calcedoniana y calcedoniana. Mientras que la mayoría de los fieles y los monjes dieron a luz a una Iglesia nacional, más tarde llamada copta, un pequeño grupo de fieles y la mayoría de los obispos, de lengua y nacionalidad griega, se reunieron alrededor de Proterio en defensa del credo proclamado en Calcedonia. En ese momento, este segundo grupo de cristianos fue llamado melquita por desprecio, es decir, fiel a Melek, el emperador de Bizancio. Desde 538 las estructuras patriarcales se dividieron permanentemente y la historia de las dos Iglesias procedió separada la una de la otra, no sin tensiones y enfrentamientos, a veces incluso sangrientos. Desde el momento de la persecución del emperador Justiniano I contra los no calcedonianos y hasta la anexión de Egipto por los árabes, los patriarcas no calcedonianos, que huían de la persecución, tenían su propio monasterio de San Macario en las montañas de Egipto. Según algunos historiadores, a principios del siglo VII, de los aproximadamente seis millones de habitantes cristianos de Egipto, solo había unos 300 000 miembros de la Iglesia calcedoniana alejandrina, y el resto era la Iglesia ortodoxa copta.

Con la ocupación persa de Egipto en 619, la Iglesia ortodoxa griega fue la más afectada, ya que se la consideraba una seguidora y amiga del emperador bizantino. La misma situación de dificultad y sufrimiento se sintió después de la ocupación árabe musulmana del país, en 638. La conquista árabe de Egipto puso fin a la rivalidad entre los patriarcas de las dos Iglesias alejandrinas, ya que el patriarca griego salió de Egipto en 651 con el ejército bizantino y murió en Constantinopla en 654. Después de él, la sucesión de los patriarcas griegos de Alejandría fue interrumpida por más de 70 años. La Iglesia de Alejandría finalmente cayó en decadencia, ya que dependía completamente de la Iglesia de Constantinopla, pasando la mayoría de sus templos a la Iglesia copta. Con el apoyo del emperador bizantino León III fue elegido en 727 el patriarca Cosme I y en 731 el califa Hisham ibn Abd al-Málik le permitió el regreso a Egipto. Cosme I logró que el califa le devolviera muchas iglesias que habían pasado a los coptos después de la partida de los bizantinos. En ese momento, la Iglesia griega de Alejandría estaba en crisis, asociada con una nueva ola de proliferación del monotelismo. Bajo el califa al-Mutawakkil (847-861), los cristianos tuvieron que soportar una severa persecución. Muchas iglesias fueron destruidas y la adoración y los sacramentos fueron prohibidos. Desde el siglo VII, la diócesis de Axum, como toda la Iglesia etíope, pasó a la jurisdicción de la Iglesia copta monofisita.

La severa disminución experimentada por la Iglesia de Alejandría bajo el dominio musulmán condujo a la limitación extrema de las fuentes históricas que hacen posible juzgar su vida interna, estructura social, etc. Se sabe que el número de ortodoxos en Egipto fue extremadamente pequeño y en constante disminución. Con 300 000 personas en la época de los árabes, luego la comunidad melquita disminuyó a 90 000-100 000 a principios del siglo XIII y a varios miles al comienzo de la era otomana. Hacia el siglo X la comunidad ortodoxa de Egipto fue arabizada y desarrolló su propia literatura en idioma árabe, siendo Eutiquio el primer patriarca de hable árabe en 933.

Alejandría rompió su comunión con la Iglesia de Roma luego del Gran Cisma de 1054, cuando el patriarcado de Alejandría se mostró a favor de la Iglesia de Constantinopla, pero su ruptura definitiva con el obispo de Roma fue oficialmente años más tarde.

A partir del siglo XI comenzó la ola de rehelenización de la Iglesia de Alejandría, se fortalecieron sus lazos con Constantinopla y en el siglo XII adoptó el rito bizantino. Durante las Cruzadas se establecieron lazos entre el papado romano. Por la carta Ex litteris quas de 29 de abril de 1213, Inocencio III invitó a Nicolás I al IV Concilio de Letrán en el que la Iglesia de Alejandría estuvo representada por el delegado patriarcal, el diácono German. Pronto, las relaciones de la Iglesia de Alejandría con Roma se interrumpieron, como lo demuestra el nombramiento del primer patriarca latino Atanasio de Clérmon en el trono papal alejandrino en 1219 por los cruzados. Sin embargo, ni él ni sus sucesores pudieron establecerse en el trono pontificio de Alejandría y fueron considerados titulares. Al establecerse el patriarcado latino de Jerusalén durante las Cruzadas, las diócesis periféricas del patriarcado ortodoxo de Jerusalén fueron administradas por el de Alejandría, incluyendo al Sinaí. En el siglo XIV estos territorios fueron devueltos a Jerusalén pero no la Iglesia del Sinaí.

En 1439 el representante del patriarca alejandrino Filoteo firmó la unión en el Concilio de Florencia, pero no pudo sostenerse luego de la caída de Constantinopla en 1453.

En 1517 Egipto se convirtió en una de las provincias del Imperio otomano. El sultán Selim I otorgó al patriarca Joaquín un firman que reconoció sus privilegios patriarcales y le dio protección. El patriarca tenía un poder absoluto sobre todos los clérigos y monjes, pudiendo elegir y deponer a los obispos de Egipto. Como líder civil tenía el derecho de resolver sobre divorcios, disputas hereditarias y de otra índole de su grey sin intervención de las autoridades otomanas. La residencia del patriarca de Alejandría se trasladó a Constantinopla, lo que contribuyó a la consolidación final de la liturgia bizantina en la práctica litúrgica de la Iglesia de Alejandría. El patriarcado alejandrino en realidad perdió su independencia, convirtiéndose en dependiente del patriarca de Constantinopla, quien, junto con su sínodo, nombró a los patriarcas de Alejandría. De hecho, el patriarca mismo gobernó el pequeño rebaño, bajo el cual a veces había otro obispo. Como la mayoría de los ortodoxos en Egipto eran griegos, el clero de la Iglesia de Alejandría era exclusivamente griego.[2]​ En 1544 el patriarca Joaquín I aceptó por instigación del Sínodo de Constantinopla que el arzobispo del Sinaí volviera a ser ordenado por el patriarca de Jerusalén.[3]

Desde el siglo XVI hasta principios del XIX, hubo solo 8 templos en el patriarcado, 4 en El Cairo, y uno en Alejandría (en el monasterio de San Saba), Rosetta y Damietta. Los dos monasterios existentes eran el de San Saba y el del Gran Mártir Jorge en El Cairo, en donde residía el patriarca. El período de paz que siguió a la conquista otomana permitió a la Iglesia ortodoxa griega recuperar su autonomía, reorganizar las diócesis e iglesias y aumentar la vida religiosa. Sin embargo, durante el levantamiento contra las fuerzas de ocupación de Napoleón I, que ocuparon Egipto en 1798, multitudes de musulmanes destrozaron barrios cristianos, matando a sus habitantes.

La posición de los cristianos mejoró solo durante el reinado del bajá egipcio Mehmet Alí (1805-1848), quien restableció el orden en el país. Cuando comenzó la revolución griega de 1821 y los pogromos anticristianos estaban ocurriendo en todo el Imperio otomano, Egipto era la única región en donde las autoridades pudieron evitarlos. Muchas familias de comerciantes griegos se mudaron a Egipto, lo mismo que árabes ortodoxos de Siria y Líbano.[4]

Solo en 1811 se estableció de nuevo el patriarca definitivamente en Alejandría. En los años 1830-1840, los observadores estimaron el número de la comunidad ortodoxa de Egipto en 2000-5000 personas, incluidos los extranjeros que viven en el país. La mayoría de los ortodoxos vivían en El Cairo, Alejandría y Damieta, y además existían comunidades insignificantes en Rosetta y Suez. En 1856 fue construida la catedral de la Anunciación de los Theotokos en Alejandría. Bajo el patriarca Jeroteo II (1847-1858) fueron designados algunos obispos, lo que hizo posible que el 17 de enero de 1866 el patriarca Nicanor fuera elegido en Egipto y no en Constantinopla.[5]​ En 1862 fue resuelto el largo conflicto con la Iglesia del Sinaí, aceptando la existencia de las dependencias y servicios religiosos de esa Iglesia en El Cairo.

En 1882 Egipto fue ocupado por fuerzas británicas y luego recibió a muchos inmigrantes ortodoxos griegos y sirios. A principios del siglo XX la comunidad ortodoxa contaba con unas 100 000 (63 000 griegos y el resto árabes). El clero del patriarcado de Alejandría en ese momento contaba (además del patriarca) con dos metropolitanos y 50 clérigos. A principios del siglo XX comenzó la inmigración a Egipto de los griegos de Asia Menor y continuó la de los árabes ortodoxos, como resultado de lo cual en 1930 había allí 150 000 fieles ortodoxos. En 1901 el patriarca Focio restableció la metrópolis de Ptolemaida.

En 1925 el archimandrita griego Nicodemo (Sarikas), que vivía en Moshi, Tanzania, bautizó a los primeros africanos ortodoxos no egipcios. Casi al mismo tiempo comenzó la misión en Uganda y luego en Kenia. Durante el gobierno del patriarca Melecio II (1926-1935) (quien fue también patriarca de Constantinopla y arzobispo de Atenas) fue adoptado el calendario gregoriano, excepto el mantenimiento del uso del calendario juliano para el cálculo de la Pascua, y se redactaron las reglas de autogobierno de la Iglesia de Alejandría. Melecio fundó el seminario de San Atanasio y en 1928 extendió la jurisdicción del patriarcado de Alejandría a toda África, reemplazando las palabras todo Egipto por toda África ​​en el título patriarcal. Al mismo tiempo, el territorio de la antigua Iglesia de Cartago también se convirtió en parte del patriarcado de Alejandría y el trono quedó dividido en 9 provincias eclesiásticas desde 1931. Después de la Segunda Guerra Mundial, debido a la emigración a otros países (principalmente a Australia), hubo una fuerte reducción de fieles griegos en Egipto.

En 1946 un grupo de ortodoxos de Uganda y Kenia ligados a la Iglesia ortodoxa africana fueron aceptados en plena comunión canónica con el trono patriarcal, y en 1963 fueron anexados a la Iglesia de Alejandría. Entre 1952-1960 se produjo en Kenia la Rebelión del Mau Mau en la que los ortodoxos locales se vieron envueltos, por lo que las autoridades británicas cerraron todas sus iglesias y encarcelaron al clero, permaneciendo solo abierta la iglesia de Nairobi por ser de emigrantes griegos principalmente. En 1982 fue inaugurado el seminario patriarcal del arzobispo Macario III en Nairobi en, donde estudian los futuros sacerdotes ortodoxos de muchos países africanos.[6]

El 11 de septiembre de 2004, cuando viajaba al Monte Athos el patriarca Pedro VII murió en un accidente de helicóptero en el mar Egeo junto a otros 3 obispos y otras 14 personas.[7]

El patriarcado comprende: 1 sede patriarcal y arquidiócesis, 33 metropolitanatos y 5 diócesis. Todos sus titulares integran el Santo Sínodo del patriarcado, cuya sede está en Alejandría.[8]

La información sobre las diócesis del patriarcado de Alejandría durante los siglos VII al XV es muy escasa y solo se conocen poco más de 10 nombres de obispos diocesanos. En las fuentes de los siglos IX a XII se mencionan los metropolitanatos de Babilonia, Tebas, Al-Farama (Pelusio), Tinis, Damieta, Fustat y otros. Después de que los fatimíes construyeron su nueva capital de El Cairo en el sitio de Fustat, alrededor del siglo XI la residencia del patriarca fue trasladada allí desde Alejandría. Para el siglo XI solo existían 3 diócesis en el patriarcado, que disminuyeron a 2 en el siglo XIV y a solo el trono patriarcal en el siglo XV. A principios del siglo XX existían 2 metropolitanatos (uno en Trípoli y otro en Ptolemaida). En 1908 fueron creados los de Leontópolis, Nubia y Axum y en 1914 el de Pelusio. En noviembre de 1931 el patriarcado estaba compuesto por los 9 metropolitanatos siguientes: Trípoli, Leontópolis (Zaqaziq), Pelusio (Puerto Saíd), Hermópolis (Tanta), Ptolemaida (Menia), Axum (Adís Abeba), Johannesburgo, Nubia (Jartum), Cartago (Túnez).[9]

Existen 3 monasterios patriarcales en Egipto:[10]

Los obispos auxiliares del patriarcado son metropolitanos titulares y a 2019 existen:

Otras sedes titulares del patriarcado son otorgadas a obispos eméritos o auxiliares, entre las más recientes están: Kaisaria, Elefsina, Tebas, Andinois, Diospolis, Arsinoe, Rirouta, Mareotis, Diavleia, Naucratis, Berenice, Canopus, Karvasos, Tamiathus.

En documentos de los siglos XVII y XVIII se mencionan los obispos titulares de Tebas y los metropolitanos titulares de Menfis y Libia.



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