Ignacio Lucas Albarracín (Córdoba, 31 de julio de 1850 - Lomas de Zamora, 29 de abril de 1926) fue un jurisconsulto argentino, abogado y durante más de cincuenta años primer secretario y presidente de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales. En Argentina el 29 de abril se festeja el Día del Animal en homenaje al doctor Ignacio L. Albarracín.
Nació en Córdoba, pero siempre se consideró sanjuanino de nacimiento por el hecho de que su padre, el coronel sanjuanino Santiago Albarracín, vivía refugiado en esta ciudad por razones políticas. Por eso también figura como nacido en San Juan en muchos documentos oficiales.
Pariente cercanoDomingo Faustino Sarmiento, estableció su estudio en Buenos Aires y junto a él participó de algunas luchas políticas. Se dedicó a su profesión y no admitió ningún cargo de naturaleza política. Fue secretario de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales fundada en 1879. Sucedió a Sarmiento como presidente de dicha entidad en 1885, cargo que desempeñó hasta su muerte. Durante su gestión realizó campañas contra las riñas de gallos, las corridas de toros y el tiro a la paloma. Fue uno de los propulsores de la Ley Nacional de Protección de Animales (N.º 2786), promulgada el 25 de julio de 1891. Esta Ley, llamada comúnmente "Ley Sarmiento", es la precursora del proteccionismo animal contra la crueldad hacia los animales.
deEl Dr. Ignacio Lucas Albarracín había nacido en Córdoba el 31 de julio de 1850, el día de San Ignacio de Loyola. Fue bautizado con los nombres Lucas Ignacio Emiliano.Santiago Albarracín, emparentado con Sarmiento, y Flora Rojo, quien a su vez era familiar de personajes sanjuaninos como Guillermo Rawson (primo), José Rudecindo Rojo (padre), Camilo Rojo (hermano) y Anselmo Rojo (tío).
Sus padres fueron el coronelRecibió su educación primaria en San Juan. Después de haberse recibido de bachiller en el Colegio Montserrat en Córdoba, llegó a Buenos Aires, cuando aún no existía la Capital Federal, donde egresó con el título de doctor en jurisprudencia de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires el 1 de mayo de 1873. Atendió a Sarmiento como su secretario personal durante un tiempo, supuestamente durante la época postpresidencial del mismo, algo que resultó en una profunda amistad y un trato afirmado en la casa de Flora Rojo, su madre, donde personas prominentes como Bartolomé Mitre, Guillermo Rawson y Sarmiento solían reunirse para cenar y discutír.
Dueño de una modesta fortuna, más que suficiente para su sencillo modo de vivir, pronto encontró lo que fue el objetivo de su vida y por el que lucho hasta su muerte: la necesidad de defender a todos los animales, entendiendo que aún aceptando su inferioridad con respecto al hombre no había necesidad de martirizarlos, castigarlos o gozar de su dolor.
Albarracín inició su cruzada contra la doma de potros, la riña de gallos, las corridas de toros, la crueldad en la matanza para faenar animales, el tiro a la paloma, la protección a los equinos de tiro (logrando la obligación de colocarle protección en la cabeza en los días de verano), en fin, un sinnúmero de cosas en las que trasuntaba su amor a la naturaleza y el culto civilizado de la vida. Asimismo, luchó contra la maldad cinegética, condenó con admoniciones rotundas el oprobio de los zoológicos que priva de la libertad a las águilas, que degenera el impulso natural de félidos y enferma de nostalgias indecibles a todos los demás animales. Además se opuso el maltrato de las comunidades indígenas.
Fundador, junto con Sarmiento, Mitre, el reverendo J. F. Thomson, Guido y Spano y V. F. López, fue primer secretario, presidente popular y vitalicio de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales, integró la Liga contra la trata de blancas y presidió el comité de moralidad pública, pero por sobre todas las cosas fue enfervorizando más —día a día— su dedicación por animales; constituyéndose en un arquetipo legendario y un símbolo, conformando además un anecdotario que no solo contenía gestos, actos valiosos y bellas acciones, sino siendo objeto también de la caricatura, el sarcasmo y hasta la burla de los que nunca alcanzaron a comprender la superioridad de su espíritu.
Al final de su vida, Albarracín ya era un hombre que pertenecía más a los perros, a los caballos, a los pájaros, que a su familia constituida por su esposa Sara Bibiana Carranza Davison, quien aceptó abnegadamente que este preclaro hombre sacrificara sus negocios, su casa y hasta un mayor bienestar por esta pasión. De esta unión nacieron nueve hijos: Ignacio Jorge, Sara María, Mario Enrique, Raquel Margarita, Enrique Pedro, Flora Carmen, Raquel Margarita, Arturo Santiago y María Dora.
Residió en Tigre, Capital Federal y Lomas de Zamora.
Albarracín falleció el 29 de abril de 1926. En su homenaje, y por iniciativa de la Sociedad Protectora de Animales, se conmemora en Argentina el Día del Animal.
En 1907 Albarracín gestiona con el Dr. Ponciano Vivanco, presidente del Consejo Nacional de Educación la celebración de la Fiesta del Animal, tomando como ejemplo la festividad del Domingo del animal que se realizaba en Londres por los pastores de las iglesias, donde se hacían sermones para inculcar el respeto por los animales. Esto se aprueba y se pasa la celebración para el año siguiente. En 1908 se prepara la reunión para el 29 de abril, pero debe suspenderse por lluvia, y se realiza el subsiguiente 2 de mayo, pero luego se sigue festejando el 29 de abril. El acto inicial se realizó en el Zoológico con la presencia del presidente de la Nación, Figueroa Alcorta, varios ministros y 15.000 escolares y se soltaron 500 palomas mensajeras.
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