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Impresionismo musical



La música impresionista es la tendencia musical que surgió en Francia a finales del siglo XIX. El nombre impresionismo ya se usaba antes para denominar a la pintura de los años 1860 - 1870, ya que las características de ambas artes eran muy similares. Los dos únicos autores a los que podemos llamar impresionistas en aquella época son Claude Debussy y Déodat de Séverac, aunque este último no está tan reconocido como gran parte de autores posteriores. Sin embargo, Claude Debussy es el autor impresionista más notorio, junto con los también franceses Maurice Ravel y Erik Satie.

La música occidental ya estaba sistematizada en la Antigua Grecia, donde se usaban aproximadamente 7 escalas. Estas escalas pasaron de Grecia a Roma y sucesivamente a la Iglesia católica. Estas eran frecuentemente utilizadas en el canto llano y en la música medieval. Pero al llegar el período barroco, solo se conservaron dos de estas escalas (con sus respectivas variaciones): la escala mayor (o jónica) y la menor (o eólica). Pero los años pasaron, y al llegar el posromanticismo, autores como Gabriel Fauré o Camille Saint-Saëns experimentaron con estas escalas y con el timbre (aspecto que más tarde sería esencial en el impresionismo) de una manera pionera, pero sin profundizar demasiado.

A finales del siglo XIX, la vanguardia y el progreso nunca habían tenido tanta repercusión, tanto en política y en sociedad como en el ámbito artístico. En música, como en pintura, surgió el impresionismo, la libertad absoluta armónica y ritmicamente (respetando unos parámetros previamente fijados, pero manipulables en cualquier momento) y la experimentación fueron las dos características principales de este movimiento. Sin duda, Claude Debussy es en gran parte el creador, y autor por excelencia del impresionismo, y Francia la cuna de este movimiento.

El impresionismo, tanto en música como en otras artes, surge a partir de la idea de expresar las ideas de una manera en cierto modo insinuada. De cerca se ven manchas y de lejos crea una figura por decirlo así. Por ejemplo, en la primera fotografía, se puede observar el Parlamento británico retratado de un modo en el que apenas se puede intuir su forma.

Autores como Maurice Ravel o Camille Saint-Saëns se atrevieron a experimentar con la música de su época, y a crear algo diferente a las obras de entonces. Pero fue Claude Debussy el primero en crear una música totalmente diferente a la anterior, y nunca antes escuchada.


Sin duda, Claude Debussy es el autor impresionista por excelencia, creador de una de las músicas más poderosas y más originales de la historia, que nos transporta a espacios más propios de la mitología de la Antigua Grecia, o de los sueños, siempre sin olvidar la esencia del París bohemio de finales del siglo XIX. Su música es en cierto modo "brumosa", evocando cantos lejanos y ecos, y constantemente cambiante e impredecible

Otra de las características esenciales en su música, es la creación de un motivo musical sencillo y repetitivo al comienzo, que va variando a lo largo de toda la obra, y aunque no se perciba a simple vista, está presente en todas y cada una de las frases de esta.

Joseph Maurice Ravel (Ciboure, Labort, 7 de marzo de 1875-París, 28 de diciembre de 1937) fue un compositor francés del siglo XX. Su obra, frecuentemente vinculada al impresionismo, muestra además un audaz estilo neoclásico y, a veces, rasgos del expresionismo, y es el fruto de una compleja herencia y de hallazgos musicales que revolucionaron la música para piano y para orquesta. Reconocido como maestro de la orquestación y por ser un meticuloso artesano, cultivando la perfección formal sin dejar de ser al mismo tiempo profundamente humano y expresivo, Ravel sobresalió por revelar «los juegos más sutiles de la inteligencia y las efusiones más ocultas del corazón» (Le Robert)

También los niños del coro y otras más obras.



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