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Inspección Técnica de Vehículos



La inspección técnica de vehículos (ITV) o revisión técnica de vehículos es un tipo de mantenimiento legal preventivo en que un vehículo es inspeccionado periódicamente por un ente certificador, el cual verifica el cumplimiento de las normas de seguridad y emisiones contaminantes que le sean aplicables.

En algunas legislaciones, es necesario que un vehículo apruebe la ITV para poder ser matriculado o para renovar su licencia o patente, dicha aprobación se acredita mediante un certificado emitido por la entidad a cargo de la inspección, en algunos casos adicionalmente se adhiere un distintivo en el parabrisas, en la placa patente o en otro lugar del vehículo donde resulte visible, a fin de facilitar su fiscalización. En algunos países la inspección se realiza en talleres ambulantes en diferentes puntos de las ciudades.

La inspección vehicular se realiza en diferentes países y comúnmente es indispensable para poder circular en las carreteras. Las ITV se suelen regir por la Norma ISO/IEC 17020 “Evaluación de requisitos para el funcionamiento de los diferentes tipos de organismos que realizan la inspección”.[1]

Está establecido por ley la periodicidad mínima con la que los vehículos deben pasar la ITV, así como situaciones extraordinarias que obligan a acudir a la revisión. La ley establece, dependiendo de la categoría del vehículo (turismo, camión, furgoneta, motocicleta, vehículos de alquiler, de autoescuelas, etc.), una periodicidad mínima obligatoria para pasar la ITV. Así, la legislación española establece que para los turismos de uso privado (la mayoría de vehículos matriculados) la primera revisión se ha de realizar al transcurrir cuatro años desde la fecha de matriculación, y deberá repetirse cada dos años hasta que cumpla los diez años;[2]​ a partir de ese momento se deberá pasar anualmente. Para las furgonetas se dobla esta periodicidad, es decir, la primera es a los dos años, y se repetirá cada dos hasta los seis años, luego anual hasta los diez años y a partir de los diez años, cada seis meses. Los vehículos que hayan sufrido un daño importante a consecuencia de un accidente que pueda haber afectado a algún elemento de seguridad (dirección, transmisión, frenado, suspensión, bastidor o alguna estructura de anclaje) pueden ser obligados a realizar una revisión según el dictamen del atestado, retirándoles en este caso el permiso de circulación a sus conductores y enviándolo a Tráfico hasta que la avería esté solventada.

Las inspección de vehículos está regulada por el Real Decreto 2042/1994[3]​ y las estaciones de ITV por el Real Decreto 224/2008.[4]

En España, las estaciones de ITV son concesiones administrativas y el precio de revisión puede variar en función de la comunidad autónoma en la que se realice.

Se establecen cuatro resultados posibles en el informe de inspección:

Se establecen tres tipos de defectos:

Con los primeros (DL), y en función de la legislación española la inspección es considerada favorable con defectos leves, el usuario debe corregirlos, pero no debe volver para la comprobación de la subsanación de dichos defectos. Si el vehículo tiene defectos graves (DG), la inspección será considerada desfavorable el propietario está autorizado a dirigirse a repararlo y volver a la estación de ITV donde pasó la primera inspección para comprobar la subsanación de dichos defectos.??

En el caso de diagnosticarse defectos muy graves (DMG), la inspección será considerada negativa, el vehículo no está autorizado a abandonar la estación de ITV por medios propios, sino que tendrá que hacerlo por medios ajenos (grúa o similar) hasta el lugar de reparación, y volver para la comprobación de defectos.

El resultado de inspección favorable sin defectos o favorable con defectos leves permite circular al vehículo con normalidad hasta que vuelva a caducar la inspección.?

El resultado de la inspección técnica, así como la fecha en que haya tenido lugar, quedarán reflejados en el apartado correspondiente de la tarjeta ITV, copia en papel de la tarjeta ITV emitida en soporte electrónico, o certificado de características.

Si en la inspección del vehículo el resultado es desfavorable, los defectos detectados en la inspección deben de ser corregidos en el plazo de 60 días naturales, no está permitida la circulación del vehículo, excepto para ir al taller para reparar los defectos y volver al centro de ITV donde se le rechazó, una vez subsanado los defectos se pasa la segunda inspección para comprobar que los defectos han sido subsanados, si está todo correcto se le dará la inspección favorable, y si sigue manteniendo los defectos seguirá siendo inspección desfavorable hasta que no subsane los defectos.

Un vehículo que no haya realizado la ITV en el plazo determinado puede ser sancionado[5]​ y si se detectan fallos muy graves en su funcionamiento puede ser inmovilizado por inspección negativa.

La inspección técnica de vehículos se realiza en diferentes países y comúnmente es indispensable para poder circular legalmente en las carreteras. En Estados Unidos varía en función del estado y algunos estados, como Florida por ejemplo, no existe la ITV. En Canada la legislación varia en función de cada provincia, existiendo provincias donde no es requerida [6]

En Costa Rica se denomina con el nombre RTV o RITEVE (revisión técnica vehicular) que se hace anualmente para vehículo particular y 2 veces por año para taxis.

En Chile, una Planta de Revisión Técnica (PRT) es un taller encargado de realizar una inspección obligatoria anual, necesaria para obtener el Permiso de Circulación que otorga cada municipio. Las concesiones para operar de dichas empresas, se entregan mediante licitación pública a privados.[7]




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