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Internet de las cosas



La internet de las cosas (en inglés, Internet of things, abreviado IoT;[1]​ IdC, por sus siglas en español)[2]​ es un concepto que se refiere a una interconexión digital de objetos cotidianos con internet.[3][4]​ Es, en definitiva, la conexión de internet más con objetos que con personas.[2]​ También se suele conocer como internet de todas las cosas o internet en las cosas. Si los objetos de la vida cotidiana tuvieran incorporadas etiquetas de radio, podrían ser identificados y gestionados por otros equipos de la misma manera que si lo fuesen por seres humanos.[5][6]

Constituye un cambio radical en la calidad de vida de las personas en la sociedad, ofrece una gran cantidad de nuevas oportunidades de acceso a datos, servicios específicos en la educación, seguridad, asistencia sanitaria y en el transporte, entre otros campos.

El concepto de internet de las cosas fue propuesto en 1999, por Kevin Ashton, en el Auto-ID Center del MIT,[7]​ en donde se realizaban investigaciones en el campo de la identificación por radiofrecuencia en red (RFID) y tecnologías de sensores.[8]

Por ejemplo, si los libros, termostatos, refrigeradores, la paquetería, lámparas, botiquines, partes automotrices, entre otros, estuvieran conectados a internet y equipados con dispositivos de identificación, no existirían, en teoría, artículos fuera de stock o medicinas caducas; sabríamos exactamente la ubicación, cómo se consumen en el mundo; el extravío pasaría a ser cosa del pasado, y sabríamos qué está encendido y qué está apagado en todo momento.[9]

Se calcula que todo ser humano está rodeado, al menos, por un total de aproximadamente 1000 a 5000 objetos.[10][11]​ Por un lado, según la empresa Gartner, en 2020[12]​ habrá en el mundo aproximadamente 26 mil millones de dispositivos con un sistema de conexión al internet de las cosas.[13]Abi Research, por otro lado, afirma que para el mismo año existirán 30 mil millones de dispositivos inalámbricos conectados a internet.[14]​ Con la próxima generación de aplicaciones de internet (protocolo IPv6) se podrían identificar todos los objetos, algo que no se podía hacer con IPv4. Este sistema sería capaz de identificar instantáneamente por medio de un código a cualquier tipo de objeto.[15]

La empresa estadounidense Cisco, que es quien está detrás de la iniciativa de la internet de las cosas, ha creado un “contador de conexiones” dinámico que le permite estimar el número de “cosas” conectadas desde julio del 2013 hasta 2020.[16]​ La conexión de dispositivos a la red a través de señales de radio de baja potencia es el campo de estudio más activo de la internet de las cosas. Este hecho explica por qué las señales de este tipo no necesitan wi-fi ni bluetooth. Sin embargo, se están investigando distintas alternativas que necesitan menos energía y que resultan más económicas, con el nombre Chirp Networks.[17][18]

A la fecha de este artículo, el término internet de las cosas se usa con una denotación de conexión avanzada de dispositivos, sistemas y servicios que va más allá del tradicional M2M (máquina a máquina) y abarca una amplia variedad de protocolos, dominios y aplicaciones. [17][19]

El servicio touchatag de Alcatel-Lucent y el gadget Violeta Mirror pueden proporcionar un enfoque de orientación pragmática a los consumidores de la internet de las cosas, por el que cualquiera puede enlazar elementos del mundo real al mundo en línea utilizando las etiquetas RFID (y códigos QR, en el caso de touchatag).

Bill Joy imaginó la comunicación D2D (del inglés: Device to Device, dispositivo a dispositivo) como parte de su estructura de las "Seis Webs" (en 1999 en el Foro Económico Mundial de Davos);[20]​ pero hasta la llegada de Kevin Ashton, la industria no dio una segunda oportunidad al internet de las cosas.

En un artículo de 2009 para el diario RFID, "Esa cosa del 'internet de las cosas'", Ashton hizo la siguiente declaración:

Los ordenadores actuales —y, por tanto, internet— son prácticamente dependientes de los seres humanos para recabar información. Una mayoría de los casi 50 petabytes (un petabyte son 1024 terabytes) de datos disponibles en internet fueron inicialmente creados por humanos, a base de teclear, presionar un botón, tomar una imagen digital o escanear un código de barras. Los diagramas convencionales de internet, dejan fuera a los routers más importantes de todos: las personas. El problema es que las personas tienen un tiempo, una atención y una precisión limitados, y no se les da muy bien conseguir información sobre cosas en el mundo real. Y eso es un gran obstáculo. Somos cuerpos físicos, al igual que el medio que nos rodea. No podemos comer bits, ni quemarlos para resguardarnos del frío, ni meterlos en tanques de gas. Las ideas y la información son importantes, pero las cosas cotidianas tienen mucho más valor. Aunque, la tecnología de la información actual es tan dependiente de los datos escritos por personas que nuestros ordenadores saben más sobre ideas que sobre cosas. Si tuviéramos ordenadores que supieran todo lo que tuvieran que saber sobre las “cosas”, mediante el uso de datos que ellos mismos pudieran recoger sin nuestra ayuda, nosotros podríamos monitorizar, contar y localizar todo a nuestro alrededor, de esta manera se reducirían increíblemente gastos, pérdidas y costes. Sabríamos cuándo reemplazar, reparar o recuperar lo que fuera, así como conocer si su funcionamiento estuviera siendo correcto. La internet de las cosas tiene el potencial para cambiar el mundo tal y como hizo la revolución digital hace unas décadas. Tal vez incluso hasta más.[7]

Los estudios relacionados con la internet de las cosas están todavía en un punto muy temprano de desarrollo. Como resultado carecemos de una definición estandarizada para este término. Una encuesta realizada por varios investigadores resume de alguna manera el término.[21]

Las aplicaciones para dispositivos conectados a internet son amplias. Múltiples categorías han sido sugeridas, pero la mayoría está de acuerdo en separar las aplicaciones en tres principales ramas de uso: consumidores, empresarial, e infraestructura.[22][23]​ George Osborne, exmiembro del gabinete encargado de finanzas, propone que la IoT es la próxima etapa en la revolución de la información, refiriéndose a la interconectividad de todo: desde el transporte urbano hasta dispositivos médicos, pasando por electrodomésticos.[24]

La capacidad de conectar dispositivos embebidos con capacidades limitadas de CPU, memoria y energía significa que IoT puede tener aplicaciones en casi cualquier área.[25]​ Estos sistemas podrían encargarse de recolectar información en diferentes entornos: desde ecosistemas naturales hasta edificios y fábricas, [26]​ por lo que podrían utilizarse para monitoreo ambiental y planeamiento urbanístico.[27]

Sistemas de compra inteligentes, por ejemplo, podrían seguir los hábitos de compra de un usuario específico rastreando su teléfono móvil. A estos usuarios se les podrían ofrecer ofertas especiales con sus productos preferidos o incluso guiarlos hacia la ubicación de los artículos que necesitan comprar. Estos artículos estarían en una lista creada automáticamente por su refrigerador inteligente en su teléfono móvil. [28][29]​ Pueden encontrarse más casos de uso en aplicaciones que se encargan de la calefacción, el suministro de agua, electricidad, la administración de energía e incluso sistemas inteligentes de transporte que asistan al conductor.[30][31][32]​ Otras aplicaciones que puede proveer la internet de las cosas es agregar características de seguridad y automatización del hogar.[33]​ Se ha propuesto el concepto de un "internet de las cosas vivas" donde se describen redes de sensores biológicos que podrían utilizar análisis basados en Computación en la nube para permitir a los usuarios estudiar el ADN y otras moléculas.[34][35]

Un porcentaje creciente de los dispositivos IoT son creados para el consumo. Algunos ejemplos de aplicaciones de consumo incluyen: automóviles conectados, entretenimiento, automatización del hogar, tecnología vestible, salud conectada y electrodomésticos como lavadoras, secadoras, aspiradoras robóticas, purificadores de aire, hornos, refrigeradores que utilizan Wi-Fi para seguimiento remoto de los procesos.[36]

Algunas aplicaciones de consumo han sido criticadas por su falta de redundancia y su inconsistencia. Estas críticas dieron lugar a una parodia conocida como "Internet of Shit" ('internet de las porquerías')[37]​ Varias compañías han sido criticadas por apresurarse a incursionar en IoT, creando así dispositivos de valor cuestionable,[38]​ además de no establecer ni implementar estándares de seguridad bien preparados.[39]

El término "IoT empresarial" (EIoT, por sus siglas en inglés) se usa para referirse a todos los dispositivos en el ambiente de los negocios y corporativo. Para 2019, se estima que EIoT comprenderá cerca de un 40% o 9.1 millardos de dispositivos. [22]

Los medios utilizan la internet de las cosas principalmente para mercadeo y estudiar los hábitos de los consumidores. Estos dispositivos recolectan información útil sobre millones de individuos mediante segmentación por comportamiento.[40]​ Al hacer uso de los perfiles construidos durante el proceso de segmentación, los productores de medios presentan al consumidor publicidad en pantalla alineada con sus hábitos conocidos en el lugar y momento adecuados para maximizar su efecto.[41][42]​ Se recolecta más información haciendo un seguimiento de cómo los consumidores interactúan con el contenido. Esto se hace midiendo indicadores de desempeño como la tasa de abandono, proporción de clics, tasa de registro o tasa de interacción. La cantidad de información que se maneja representa un reto, ya que empieza a adentrarse dentro de los dominios del big data. Sin embargo, los beneficios obtenidos de la información superan ampliamente las complicaciones de su uso.[43][44]

El seguimiento y control de operaciones de infraestructura urbana y rural como puentes, vías férreas y parques eólicos, es una aplicación clave de IoT.[45]​ La infraestructura de IoT puede utilizarse para seguir cualquier evento o cambio en las condiciones estructurales que puedan comprometer la seguridad e incrementar el riesgo. También puede utilizarse para planificar actividades de reparación y mantenimiento de manera eficiente, coordinando tareas entre diferentes proveedores de servicios y los usuarios de las instalaciones.[26]​ Otra aplicación de los dispositivos de IoT es el control de infraestructura crítica, como puentes para permitir el pasaje de embarcaciones. El uso de dispositivos de IoT para el seguimiento y operación de infraestructura puede mejorar el manejo de incidentes, la coordinación de la respuesta en situaciones de emergencia, la calidad y disponibilidad de los servicios, además de reducir los costos de operación en todas las áreas relacionadas con la infraestructura.[46]​ Incluso áreas como el manejo de desperdicios [47]​puede beneficiarse de la automatización y optimización que traería la aplicación de IoT[48]

Agricultura

La población mundial alcanzará los 9700 millones en 2050 según la Organización de Naciones Unidas, por lo tanto para alimentar a esta gran cantidad de población la industria agrícola debe adoptar el IoT.

La agricultura inteligente basada en IoT permitirá a los productores y agricultores reducir el desperdicio y mejorar la productividad, desde la cantidad de fertilizante utilizado hasta el combustible utilizado en la maquinaria agrícola. En la agricultura basada en IoT, se construye un sistema para monitorear el campo de cultivo con la ayuda de sensores (luz, humedad, temperatura, humedad del suelo) y la automatización del sistema de riego.

Los agricultores pueden monitorear las condiciones del campo desde cualquier lugar. La agricultura basada en IoT es altamente eficiente en comparación con la tradicional. En términos de cuestiones ambientales la agricultura basada en IoT puede proporcionar grandes beneficios, incluido un uso más eficiente del agua, o la optimización de insumos y tratamientos.

Los dispositivos de IoT pueden utilizarse para el rastreo remoto de pacientes y sistemas de notificación de emergencias.

Estos dispositivos pueden variar desde monitores de presión sanguínea y control de pulsaciones, hasta dispositivos capaces de seguir implantes especializados, como marcapasos, pulseras electrónicas o audífonos sofisticados.[26]​ Algunos hospitales comenzaron a utilizar "camas inteligentes" que detectan cuándo están ocupadas y cuándo un paciente intenta levantarse. También puede ajustarse automáticamente para asegurar que el paciente tenga un soporte adecuado sin interacción del personal de enfermería.[49]

Pueden instalarse sensores especializados en espacios habitacionales para monitorear la salud y el estado de bienestar general de las personas mayores.[50]​ Otros dispositivos de consumo IoT alientan la vida sana, por ejemplo, balanzas conectadas o monitores cardíacos portátiles.[51]​ Más y más plataformas IoT de seguimiento integrales están apareciendo para pacientes prenatales y crónicos que ayudan a hacer un seguimiento de los signos vitales y de la administración de medicación necesaria.[cita requerida]Según las últimas investigaciones, el Departamento de Salud de EE. UU. Planea ahorrar hasta USD 300 mil millones del presupuesto nacional debido a innovaciones médicas.[52]

La Corporación de Investigación y Desarrollo (DEKA), una compañía que crea extremidades protésicas, ha creado un brazo alimentado por baterías que transforma la actividad eléctrica de los músculos esqueléticos para controlarlo. El brazo fue bautizado Luke Arm (el brazo de Luke, en inglés) en honor a Luke Skywalker (Star Wars).[53]

IoT puede asistir a la integración de comunicaciones, control y procesamiento de información a través de varios sistemas de transporte, ofreciendo soluciones a los múltiples desafíos que se presentan en toda la cadena logística.[54]

La aplicación de IoT se extiende a todos los aspectos de los sistemas de transporte (vehículos, infraestructura, conductores o usuarios). La interacción dinámica entre estos componentes de un sistema de transporte permite la comunicación inter e intra vehicular, el control inteligente del tránsito, estacionamiento inteligente, cobro electrónico de peajes, logística y manejo de flota, control vehicular, seguridad y asistencia en rutas.[26][55]​ En logística y manejo de flota, por ejemplo, la plataforma de IoT puede hacer seguimiento en todo momento de la ubicación y las condiciones de la carga y los activos mediante sensores inalámbricos que envían alertas en caso de eventualidades (demoras, daños, robos, etc.)

Cuando IoT se incorpora al entorno industrial y de fabricación, se le conoce como Industrial Internet of Things. El IIoT es una subcategoría muy importante del IoT, pues consiste en conectar sensores inteligentes a Internet y usar esa información para tomar mejores decisiones comerciales. La mayor diferencia entre el IoT y el IoT industrial es que IIoT ha sido diseñado para funcionar en espacios relativamente cerrados y con el objetivo de facilitar la comunicación con una empresa. Por ejemplo, una de las aplicaciones del IIoT industrial es la detección de grandes concentraciones de polvo en entornos industriales para asegurar una mejor seguridad y salud de los trabajadores.


Educación

En el caso de este importante sector. El impacto que tendrá esta nueva tecnología será mayúsculo. Hablamos de las plataformas de educación en línea, de los sistemas de aprendizaje adaptativo – los cuáles plantean ejercicios que adaptan al ritmo de los estudiantes y los ayudan a mejorar su comprensión de los temas que les cuesta aprender –, y hasta de innovaciones potencialmente revolucionarias como la realidad virtual. Sin embargo, existe un área en la que la tecnología está avanzando rápidamente y que, a pesar de su enorme potencial transformador, rara vez es vinculada al ámbito educativo. Se trata por supuesto de la Internet de las cosas.

Uno de los primeros campos en los que estas nuevas tecnologías están teniendo un impacto es en la reducción de la carga laboral de los docentes. Cada vez más dispositivos, están ayudando a los docentes a alivianar algunas de las tareas más tediosas vinculadas con su actividad. Los dispositivos que corrigen ejercicios y exámenes de manera automática, por ejemplo, permiten que los profesores creen exámenes estandarizados, y luego simplemente los pasen por un sencillo escáner que los puntúa automáticamente y carga la calificación en una base de datos a la cual el profesor puede acceder desde Internet.

Una visión alternativa, desde el mundo de la Web semántica, se centra más bien en hacer que todas las cosas (no solo las electrónicas, inteligentes o RFID) tengan una dirección basada en alguno de los protocolos existentes, como el URI. Los objetos no se comunican, pero de esta forma podrían ser referenciados por otros agentes, tales como potentes servidores centralizados que actúen para sus propietarios humanos.

Obviamente, estos dos enfoques convergen progresivamente en direccionables y en más inteligentes. Esto es poco probable que suceda en situaciones con pocos spimes (objetos que pueden ser localizados en todo momento), y mientras tanto, los dos puntos de vista tienen implicaciones muy diferentes. En particular, el enfoque universal de direccionamiento incluye cosas que no pueden tener comportamientos de comunicación propios, como resúmenes de documentos.[15]

Según el director ejecutivo de Cisco,[56]​se estima que el proyecto costará 19 mil millones de dólares estadounidenses, y, como eso, muchos dispositivos de la internet de las cosas formarán parte del mercado internacional. Jean-Louis Gassée (miembro inicial en el grupo de alumnos de Apple y cofundador de BeOS) ha escrito un artículo en el Monday Note[57]​ en donde desarrolla el problema que surgirá con mayor probabilidad: hacer frente a los cientos de aplicaciones que estarán disponibles para controlar esos dispositivos personales.

Existen múltiples enfoques para resolver este problema, uno de ellos es la llamada “Interacción predecible”,[58]​ que consiste en que las decisiones se tomarán en la nube de manera independiente y se adelantará a la acción del usuario para que dé lugar alguna reacción. A pesar de que esto se puede llevar a cabo, siempre necesitará ayuda manual.

Algunas empresas ya han visto el vacío existente en este mercado y están trabajando en la creación de protocolos de comunicación entre dispositivos. Algunos ejemplos son la alianza AllJoyn, que está compuesta por 20 líderes en tecnología a nivel mundial,y otras compañías como Intel, que está elaborando el CCF (siglas en inglés: Common Connectivity Framework, significa Marco de Conectividad Común).

Ciertos emprendedores han optado por mostrar sus capacidades técnicas tratando de encontrar soluciones posibles y eficaces al problema planteado. Estos son algunos de ellos:

Los fabricantes se están percatando del problema y están empezando a lanzar al mercado productos con APIs abiertas. Estas empresas de aplicaciones se aprovechan de integraciones rápidas.

Por otro lado, muchos fabricantes todavía están esperando para ver qué hacer y cuándo empezar. Esto puede derivar en un problema de innovación, pero al mismo tiempo supone una ventaja para las empresas pequeñas, ya que pueden adelantarse y crear nuevos diseños adaptados al internet de las cosas.

Internet 0 (internet cero) es un nivel o capa física de baja velocidad diseñada con el fin de asignar “direcciones IP sobre cualquier cosa”. Fue desarrollado en el Centro de Bits y Átomos del MIT por Neil Gershenfeld, Raffi Krikorian y Danny Cohen. Cuando se inventó, se estaban barajando otros nombres y, finalmente, se nombró así para diferenciarlo del “Internet2” o internet de alta velocidad. El nombre fue elegido para enfatizar que se trataba de una tecnología lenta, pero, al mismo tiempo, barata y útil. Fue acuñado por primera vez durante el desarrollo del Media House Project que desarrolló el grupo Metapolis y el Media Lab del MIT inaugurado en Barcelona el 25 de septiembre de 2001, y dirigido por Vicente Guallart y Neil Gershenfeld. Este sistema habilita una plataforma de computación ubicua, es decir, acerca el concepto de internet de las cosas, puesto que, por ejemplo, en una oficina todos los objetos podrían estar sujetos al control común por medio de la internet 0, que se encargaría de recopilar información y mostrársela al usuario en cuya mano estaría tomar la decisión de qué hacer. En el prototipo desarrollado, las cosas se podían conectar entre ellas a partir de una estructura espacial, que incluía la estructura física, una red de datos y una red eléctrica.

En la internet 0, las etiquetas RFID son un paquete físico que forman parte de la red y el usuario puede comunicarse con ellas compartiendo datos. De este modo, se puede extraer información y actuar conforme a los datos extraídos.[64]

La internet de las cosas probablemente será "no determinista" y de red abierta (ciberespacio), en la que entidades inteligentes auto-organizadas (servicio Web, componentes SOA) u objetos virtuales (avatares) serán interoperables y capaces de actuar de forma independiente (que persiguen objetivos propios o compartidos), en función del contexto, las circunstancias o el ambiente. Se generará una inteligencia ambiental (construida en Computación ubicua).

El sistema será probablemente un ejemplo de "arquitectura orientada a eventos",[65]​ construida de abajo hacia arriba (basada en el contexto de procesos y operaciones, en tiempo real) y tendrá en consideración cualquier nivel adicional. Por lo tanto, el modelo orientado a eventos y el enfoque funcional coexistirán con nuevos modelos capaces de tratar excepciones y la evolución insólita de procesos (Sistema multi-agente, B-ADSC, etc.).

En un internet de las cosas, el significado de un evento no estará necesariamente basado en modelos determinísticos o sintácticos. Posiblemente se base en el contexto del propio evento: así, será también una Web Semántica. En consecuencia, no serán estrictamente necesarias normas comunes que no serían capaces de manejar todos los contextos o usos: algunos actores (servicios, componentes, avatares) estarán autorreferenciados de forma coordinada y, si fuera necesario, se adaptarían a normas comunes (para predecir algo solo sería necesario definir una "finalidad global", algo que no es posible con ninguno de los actuales enfoques y normas).

Es un sistema que funciona en semi-bucles abiertos o cerrados (es decir, las cadenas de valor, siempre que sean una finalidad global pueden ser resueltas), por lo tanto, serán consideradas y estudiadas como un Sistema complejo debido a la gran cantidad de enlaces diferentes e interacciones entre agentes autónomos, y su capacidad para integrar a nuevos actores. En la etapa global (de bucle abierto completo), probablemente esto será visto como una caótica medioambiental (siempre que los sistemas tengan siempre finalidad).

En este internet de los objetos, creado a partir de miles de millones de eventos paralelos y simultáneos, el tiempo ya no será utilizado como una dimensión común y lineal,[66]​ sino que dependerá de la entidad de los objetos, procesos, sistema de información, etc. Este internet de las cosas tendrá que basarse en los sistemas de TI en paralelo masivo (computación paralela).

Las preocupaciones y problemáticas alrededor de Iot han generado la creencia entre usuarios y conocedores de que las estructuras big data como la internet de las cosas o el data mining, son inherentemente incompatibles con la privacidad,[67]​ además de los dispositivos, en donde las  vulnerabilidades  en  los  sistemas  operativos,  los  protocolos  de  seguridad  inalámbricos y las aplicaciones son de alta complejidad para proteger la seguridad.[68]​ El escritor Adam Greenfield asegura que estas tecnologías no son únicamente una invasión al espacio público sino que también están siendo utilizadas para perpetuar un comportamiento normativo, citando el caso de vallas publicitarias con cámaras escondidas que rastreaban la demografía de los peatones que leían dicha publicidad.[69]

El Chartered institude for Iot plantea que, los problemas de privacidad surgen como resultado de la compilación de datos detallados sobre el comportamiento de consumo de individuos y barrios, hasta la creación de modelos predictivos de uso de energía, agua y transporte. No es difícil imaginar un futuro sistema de información que contenga un reportaje detallado acerca de dónde viven los ciudadanos, cuándo están en su casa, cuándo se irán o con qué frecuencia miran televisión o usan su lavadora.[70]

El Council of internet of things revela el concepto y los peligros de una ciudad panóptica – the big brother, al consolidar una forma de gobierno caracterizada por una vigilancia omnisciente, la INTERNET DE LAS COSAS haría que los humanos perdieran el control sobre la detección e interacción con los artefactos tecnológicos. Imaginemos si los datos de todas las redes sociales fueran combinados con todos los datos de ubicación, llamadas y registros SMS de los teléfonos móviles; ahora imaginemos combinar todos esos datos con datos de las bases de datos de retailers, agencias de crédito, votantes, transacciones inmobiliarias, etc. Si todos los fragmentos de datos de hoy fueran consolidados para crear un todo coherente, esto crearía una sociedad panóptica poderosa e incontrolable. Las posibilidades de que se establezca una sociedad así son altas, ya que el mundo se está volviendo cada vez más global e interconectado. [71]

La BBC plantea uno de los casos más sonados de manipulación de datos, las acciones de Facebook cayeron cerca de un 7% tras la publicación de una serie de investigaciones periodísticas que afirman que la consultora Cambridge Analytica adquirió de forma indebida información de 50 millones de usuarios de la red social en Estados Unidos. Esta información fue utilizada para manipular miles de estadounidenses y de esta manera obtener votantes. Cambridge Analytica logró saber cuál debía ser el contenido, tema y tono de un mensaje para cambiar la forma de pensar de los votantes de forma casi individualizada, pero la compañía no solo envió publicidad personalizada, sino que desarrolló noticias falsas que luego replicó a través de redes sociales, blogs y medios. [72]

De igual modo la BBC comenta el caso ocurrido con el asistente de voz de amazon, una pareja en Portland, Oregon, Estados Unidos, solía bromear sobre si Alexa, el asistente virtual del parlante echo de Amazon, podría estar escuchando sus conversaciones... pero la broma llegó a su fin cuando descubrieron que, efectivamente, la máquina había registrado y también enviado lo que hablaban dentro de su casa. Mensajes que efectivamente llegaron a uno de los contactos de la libreta telefónica registrada con Alexa, a lo que Amazon respondió; - lo que ha ocurrido es un seguidilla de casualidades inoportunas -. [73]

Para sobrellevar este problema, el Chartered Institude for Iot sugiere que, las infraestructuras generales de IoT requieren un amplio apoyo público que solo puede ser logrado a través de un amplio compromiso de los ciudadanos y medidas en pro de ayudar a estos mismos. Comprender el propósito y las ramificaciones de los desarrollos propuestos. Si esto no es desarrollado desde el principio, podemos esperar resistencia por parte de aquellos que finalmente se verán afectados por estos desarrollos. Numerosos proyectos de energía inteligente en los Estados Unidos y Europa han tenido que ser abandonados porque los consumidores no confiaban en las intenciones de las empresas de energía al instalar medidores inteligentes en el hogar. Sin embargo, existen casos de confianza al Iot como la tarjeta de viaje Oyster del transporte de Londres, en el que se le incentiva al consumidor a intercambiar su privacidad por ciertos servicios y comodidades, si asegurar que esta organización merezca esta confianza.[70]



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