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Investigador privado



El detective privado es un profesional que trabaja para particulares, empresas, despachos de abogados, mutuas o aseguradoras, realizando investigaciones de hechos y conductas privadas, con el fin de obtener pruebas para su cliente, que se reflejarán en un informe, y, si fuera necesario, ratificar dicho informe ante el tribunal competente.

En la mayoría de los países, la profesión del detective privado es una profesión regulada por normas legales. Esta legislación o regulación no es homogénea y varía de un país a otro (existiendo notables diferencias).

En España el ejercicio de la profesión se regula por la Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada. Cabría destacarse que los requisitos para realizar las funciones de investigación privada también son heterogéneos, pudiendo encontrarse países como España, que exige una diplomatura universitaria de investigación privada. No obstante, la diplomatura actual, debe estar reconocida por el Ministerio del Interior, organismo que regula el contenido de las materias y el total de los créditos de la diplomatura otorgando la posibilidad de reconocer esos estudios una vez cursados y aprobados para que el estudiante pueda habilitarse como detective privado. La diplomatura a tales efectos, dispone de materias tan peculiares y relacionadas con el derecho, las ciencias policiales, la seguridad, criminología y criminalística, psicología, de ciencias económicas, sociológicas, informáticas o sobre la ciberdelincuencia. Dichas materias no son especialmente dedicadas para el investigador privado, sino más bien una pauta de que quien se habilite, tiene conocimientos suficientes de leyes, criminológicos, del derecho, etc. Actualmente, el detective privado en España, no puede involucrarse o investigar delitos públicos, solo puede investigar los requeridos a instancias de parte y nunca los que de oficio, investigan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Aunque el desconocimiento de la profesión en general, ya no solo en España, es muy dispar, no está de más recordar que el detective privado, no comete supuestos ilegales, ni investiga en la sombra cosas que nadie se atreve, ilegalidades o actúa de forma libre. Un detective puede sufrir sanciones por parte de la administración de justicia si comete un hecho tipificado como ilegal o como delito sino es los suficientemente diligente en su profesión, lo cual hace que la profesión del detective sea tremendamente compleja en muchas ocasiones.

El detective privado es el único profesional autorizado por ley para realizar investigaciones privadas, la denominación "investigador privado" siendo sinónima solo puede ser utilizada por aquellos detectives privados legalmente habilitados a tal efecto. De lo contrario, da pie a intrusismo profesional.

Los detectives privados, a solicitud de personas físicas o jurídicas, se encargarán:

A estos efectos se considerarán conductas o hechos privados los que afecten al ámbito económico, laboral, mercantil, financiero y, en general, a la vida personal, familiar o social, exceptuada la que se desarrolle en los domicilios o lugares reservados. En el ámbito del apartado tercero se considerarán comprendidas las grandes superficies comerciales y los locales públicos de gran concurrencia.

La investigación privada en España es una actividad reconocida y regulada, reservada a los detectives privados legalmente habilitados, y solamente a ellos, quedando en un ámbito ilegal cualquier persona que carezca de la correspondiente habilitación oficial expedida por el Ministerio del Interior, Dirección General de la Policía. A esta habilitación se la denomina TIP (Tarjeta de Identidad Profesional). Este carácter exclusivo y excluyente prohíbe que un detective privado monte una sociedad limitada con socios que carezcan de la habilitación. La profesión del detective privado se encuentra regulada en la Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada y el Real Decreto 2364/1994.[1][2]​ Este último reglamento, aún en vigor, sigue todavía pendiente de modificación por su especial complejidad e interés gubernativo en nuestro país, constantemente retrasado y desarrollado en pos de fiscalizar más todavía la profesión del detective privado. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo e incluso desde su existencia, colegios y asociaciones bastante dispares en muchas ocasiones en sus forma de pensar y actuar, han redactado un documento de alegaciones en plazo al borrador del nuevo reglamento de seguridad privada que tanto nos pretendía afectar en nuestra profesión, exigiendo imposibles en muchos puntos o medidas de seguridad altísimas que solo pretenden unificar despachos y agencias pequeñas de detectives en una más grande o hacer desaparecer al detective medio, autónomo y unitario con algún socio como mucho, tónica habitual de la investigación privada en España.

Los requisitos necesarios para obtener la Licencia de Detective (que otorga la Dirección General de Policía y permite ejercer la profesión) son:

Los Detectives Privados pueden investigar tanto para particulares como para empresas. Sus informes, grabaciones, y fotografías, pueden ser utilizadas como prueba ante un juicio. Cuando el abogado o el juez lo consideran necesario, el detective ratificará dichas pruebas, teniendo en ese caso su testimonio la consideración de testifical. Su informe tiene además el carácter de Pericial - Testifical, cuando cumpliendo los requisitos legales se presente al tribunal en tiempo y forma y sea ratificado en Juicio.

Servicios habituales que prestan los detectives privados en el ámbito empresarial:

Servicios habituales que prestan los detectives privados en el ámbito laboral:

Servicios habituales que prestan los detectives privados en el ámbito particular:

Otro tipo de servicios más específicos:

Normalmente los detectives con amplia formación en campos como la criminalística, trabajo social, psicología, peritajes, informática, etcétera, ofrecen otros servicios paralelos a la profesión del investigador privado para ampliar la carta de servicios que ofrecen a sus clientes particulares, empresas, etc. Generalmente suele pedirse si existe, estar colegiado en esas materias para poder realizar, por ejemplo, perfiles criminalísticos. La propia policía, que suele realizar estos de oficio, en ocasiones requiere a detectives o licenciados en criminología para apoyar sus perfiles y de esta forma realizar diferentes enfoques.

No sucede así con la gran mayoría de peritajes que pueden realizarse mediante detectives habilitados que también tiene conocimientos de diferentes materias. Debido a que generalmente la gran mayoría de peritajes, su único requisito legal es tener los conocimiento suficientes sobre la materia, los cuales suelen ser grados superiores en informática, por ejemplo, experiencia en las materias a ofrecerse como peritajes, licenciaturas, diplomaturas vinculadas a la materia a ejercer o cursos universitarios versados sobre la misma.

Por ejemplo, para realizar un peritaje informático, al no estar regulado, con que el experto tenga titulación sobre la materia, sería suficiente (en teoría) para poder estar suscrito a las listas de los juzgados para ser solicitado o requerido en cuestiones de peritaje, o bien por la parte interesada para aportar pruebas. No obstante, se suele recomendar que se demuestre experiencia o algún diploma universitario (aunque sea de pocos créditos), debido a que aunque se tengan conocimientos vasto de la materia, no se suele tener experiencia en oratoria judicial o en escritura jurídica que perjudica mucho en los resultados del peritaje.

Los relatos y novelas de detectives es un género popular de literatura desde inicios del siglo XIX. El personaje de Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes, es tal vez el detective de ficción más famoso. En la década de 1940 se inició una corriente en el cine y en la literatura donde tomaba como personaje principal a un detective privado; a este género se le llamó cine negro y novela negra, respectivamente. Posteriormente, en los años 1970, comenzaron a emitirse varias series de drama policial y detectivesco, que llegaron a su plenitud en los años 1980. Los detectives aparecen como personas perspicaces que a través del método deductivo y la lógica resuelven los casos y crímenes que se les presentan, y dejan mal parados a los policías tradicionales.

Posiblemente en España el detective privado de ficción más conocido es Pepe Carvalho, del autor Manuel Vázquez Montalbán.



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