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Isabel Calvimontes de Agrelo



Isabel Calvimontes fue una patriota argentina que actuó en la sociedad porteña al servicio de la revolución de Mayo y en los primeros años del movimiento emancipador. Es considerada una de las Patricias Argentinas.

Isabel Calvimontes Trujillo nació el 19 de noviembre de 1790 en Chuquisaca, Alto Perú (Bolivia), hija de José Calvimontes, fiscal del crimen de la Real Audiencia de Charcas y de Florencia Trujillo.

El 14 de agosto de 1804[2]​ casó en Chuquisaca con el doctor Pedro José Agrelo Moreyras, quien había trabado amistad con su padre en la Universidad de Chuquisaca.[3]

El fracaso de la Revolución de Chuquisaca en 1809 obligó a Agrelo a abandonar su puesto de subdelegado en Tupiza y trasladarse con su esposa a su ciudad natal, Ciudad de Buenos Aires.

Allí no tardó en integrar los círculos que impulsaban la independencia americana y al producirse la Revolución de Mayo de 1810 adhirió de inmediato, al igual que su esposa, al movimiento patriota.

En junio de 1811 partieron a los Estados Unidos Diego Saavedra, hijo del presidente de la Junta Grande Cornelio Saavedra, y Juan Pedro Aguirre con la misión de adquirir armamentos y municiones en ese país.

Los comisionados cerraron a comienzos de 1812 un contrato para la compra de 1000 fusiles y 350000 piedras de chispa con la firma Miller&Wambor.[4]

El 13 de mayo arribaron los comisionados y los pertrechos al puerto de Ensenada de Barragan a bordo del buque de bandera estadounidense Liberty y el 19 de mayo echaban ancla frente al puerto de Buenos Aires. Habiéndose difundido entre la población la llegada al puerto de Buenos Aires del buque y el rumor de que la situación económica del gobierno revolucionario dificultaba su compra,[5]​ el 30 de mayo de 1812 se reunieron en casa de Tomasa de la Quintana, esposa de Antonio José de Escalada, catorce damas de la sociedad porteña.

Las patricias que serían conocidas como Sociedad Patriótica, donaron el importe de 13 fusiles[6]​ y dos onzas de oro para que cuando "el alborozo público lleve hasta el seno de sus familias la nueva de una victoria, podrán decir en la exaltación de su entusiasmo: Yo armé el brazo de este valiente que aseguró su gloria y nuestra libertad", en las palabras de su presentación, redactada por Bernardo de Monteagudo.

Las patricias solicitaron que cada uno de los fusiles adquiridos con su aporte llevaran el nombre de la donante para que "si el amor de la patria deja algún vacío en el corazón de los guerreros, la consideración al sexo será un nuevo estímulo que les obligue á sostener en su arma una prenda del afecto de sus compatriotas cuyo honor y libertad defienden. Entonces tendrá un derecho para reconvenir al cobarde que con las armas abandonó su nombre en el campo enemigo, y coronarán con sus manos al joven que presentando en ellas el instrumento de la victoria dé una prueba de su gloriosa valentía".[7]

Las damas que se suscribieron fueron, donando un fusil Tomasa de la Quintana, María de los Remedios de Escalada, María de las Nieves de Escalada, María de la Quintana, María Eugenia de Escalada de Demaría, Ramona Esquivel y Aldao, Mariquita Sánchez de Thompson, Petrona Bernardina Cordero, Rufina de Orma, Isabel Calvimontes de Agrelo, María de la Encarnación Andonaégui de Valdepares, Magdalena de Castro de Herrero y Ángela Castelli de Irgazábal, y con dos onzas de oro Carmen de la Quintanilla de Alvear.

El 26 de junio de 1812 el Triunvirato aceptó el donativo rindiendo "las más expresivas gracias á nombre de la patria".[7]​ publicándose en la Gazeta de Buenos Ayres.

La vida política de su esposo lo llevó al exilio en Estados Unidos (1817), la prisión en la isla Martín García y nuevamente al exilio en Montevideo, donde lo alcanzaría la muerte el 23 de julio de 1846. Isabel Calvimontes lo acompañó y "separada unas veces; yendo al destierro, otras; en alta posición social ó en la miseria; cargada de familia, supo hacer frente á las contrariedades, con resignación y virtud".[8]

Murió en la ciudad de Buenos Aires el 20 de diciembre de 1855. Tuvo varios hijos, entre ellos José Pedro Agrelo Calvimontes y el futuro coronel Martín Avelino Agrelo Calvimontes.



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