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Joint Strike Fighter



El programa Joint Strike Fighter (JSF) fue un programa militar internacional iniciado y principalmente conducido por Estados Unidos para la creación de un nuevo avión de caza táctico.

Entre los requerimientos más importantes se encontraban que fuese un avión con capacidades furtivas, de quinta generación, que lograra reemplazar al F-16, A-10, F/A-18 y al AV-8B como un caza táctico al servicio de los Estados Unidos y sus aliados.

El término pasó luego a ser sinónimo de la competición entre el Boeing X-32 y el Lockheed Martin X-35 para que en el año 2001 pase a ser sinónimo del Lockheed Martin F-35 Lightning II, el ganador de la competencia.

En 1993, la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa, más conocida por el acrónimo DARPA (siglas en inglés de Defense Advanced Research Projects Agency), presentó las bases del programa Common Affordable Lightweight Fighter (CALF). El objetivo de dicho proyecto era el de desarrollar un avión de diseño de tecnología furtiva, de cara al reemplazo de todos los aviones de caza y ataque ligeros del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Este proyecto contemplaba la sustitución de los F-16 Fighting Falcon de la Fuerza Aérea, los F/A-18 Hornet de la Armada y Cuerpo de Marines, y los AV-8B Harrier II del Cuerpo de Marines.[1]​ Alrededor del mismo tiempo, el proyecto Joint Advanced Strike Technology (JAST) fue también presentado.[2]​ En 1994, el Congreso de los Estados Unidos ordenó que ambos proyectos se uniesen bajo el nombre de Joint Strike Fighter.

Con el nuevo programa ya creado el Reino Unido firmó un memorando de entendimiento en 1995 en el que el Reino Unido se unía oficialmente al programa JSF y contribuiría con 2.500 millones USD, alrededor del 10% de los costes de desarrollo. Pronto se le unirían más países dividiéndose en tres niveles dependiendo de su contribución al proyecto más los participantes de seguridad cooperativa.

Diversas compañías tomaron parte en la lucha con la primera parte del proyecto, que se basaba en el diseño del concepto de propuesta de aeronave, para luego presentarla al Departamento de Defensa para su examen. Sin embargo, el 16 de noviembre de 1996, únicamente los fabricantes Boeing y Lockheed Martin lograron el contrato para el desarrollo, permitiéndoseles producir a cada una de las empresas dos de sus propuestas. En dicho contrato, los aviones de combate debían demostrar cualidades para el despegue y aterrizaje convencional (CTOL), capacidad para despegar y aterrizar en portaaviones, y capacidad para el despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL).

Uno de los principales aspectos de dicho programa, era la prohibición a ambas empresas por parte del gobierno de los Estados Unidos de financiar los proyectos con recursos propios. Cada fabricante fue pagado con 750 millones de dólares para desarrollar y producir los dos prototipos, incluyendo aviónica, software y hardware. Este límite presupuestario tenía como objetivo que las empresas adoptasen técnicas de fabricación menos costosas, a la vez que también se evitaba que tanto Boeing como Lockheed Martin entrasen en una fuerte y costosa pugna, que podía llevar al perdedor a la bancarrota. Finalmente los proyectos que se presentaron fueron el Boeing X-32 y el Lockheed Martin X-35.

El contrato para demostración y desarrollo del sistema fue otorgado el 26 de octubre de 2001 a Lockheed Martin, cuyo X-35 superó al Boeing X-32. Los oficiales del Departamento de Defensa estadounidenses y del ministro de defensa británico William Bach afirmaron que el X-35 superó continuamente al X-32, aunque ambos alcanzaron o excedieron los requisitos que se les había exigido. Se nombró al nuevo avión con la designación F-35 y el apodo de Lightning II (en honor al Lockheed P-38 Lightning) para formar el nombre completo de Lockheed Martin F-35 Lightning II. La designación del caza como F-35 fue una sorpresa para Lockheed, que se refería al avión de forma interna como "F-24".[3]

El programa Joint Strike Fighter (JSF) se creó para reemplazar varios aviones mientras limitaba los costes de desarrollo, producción y operación. Su propósito era fabricar tres variantes de un avión, compartiendo el 80% de sus partes:

Originalmente se esperaba que la variante A ingresara en operaciones en el año 2011, mientras que las variantes B y C hicieran lo mismo en el año 2012, sin embargo el programa ha sufrido una serie de constantes demoras.



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