Juan Onofre Chamorro fue un sindicalista y agitador revolucionario chileno, que trabajaba como estibador y carnicero. Es considerado uno de los principales impulsores del movimiento anarcosindicalista portuario en Chile.
Militó hasta 1911 en las filas del Partido Demócrata de Luis Emilio Recabarren pero decepcionado de la política parlamentaria pasó a la militancia anarquista, llegando a ser en 1913 presidente de la Sociedad de Estibadores y Gente de Mar (SEGEM) de Valparaíso y Secretario General de la Federación Obrera Regional de Chile (FORCH), la confederación anarcosindicalista de Chile. Fue fundador y activo organizador del Centro de Estudios Sociales del Puerto y ese mismo año estuvo a la cabeza como presidente del comité pro 1° de Mayo de Valparaíso, donde los anarquistas tuvieron un rol protagónico.
El impulso de la organización anarquista estaba condicionada por el sello que le imprimía Chamorro, quien reunía las típicas características de un líder obrero, de un agitador revolucionario y un movilizador de multitudes. Fue la más notable personalidad entre la nueva generación de anarquistas del naciente siglo XX.
En 1917 fue uno de los principales organizadores del Congreso Marítimo, que reunió a las Sociedades portuarias de todo el litoral chileno en pos de la organización de una huelga general. Este movimiento se iniciaba en demanda de las 8 horas laborales y, especialmente, debido a que el Estado había ordenado ejercer un control efectivo sobre los trabajadores marítimos, a través de la fotografía forzosa para la identificación. Los trabajadores sabían que esta ley permitiría un excesivo control del Gobierno y de los empleadores, quienes utilizarían este recurso para limitar la contratación de mano de obra sindicalizada y para despedir a los agitadores de sus faenas. Fue preso ese año y en 1921 en la gran huelga de ese año tras el "proceso a los subversivos".
Su actividad destacada en la huelga contra la fotografía forzosa de 1917 lo lleva a recibir una serie de anónimos donde se le amenaza de muerte si no desiste de sus intentos por combatir la ley identificatoria. Desde las páginas de la prensa obrera comenta el incidente:
El dirigente marítimo termina su descargo afirmando que los trabajadores ya están al tanto de la situación y que él no era tan manso como algunos habían querido creer… se despide irónicamente escribiendo “¡Salud victimarios!”.
Una prueba de la previsión que Chamorro tenía ante cualquier peligro de muerte, nos la entrega el relato de Tom Barker (obrero australiano deportado a Chile en 1918), quien afirma que en aquel tiempo no se cometía crimen alguno portando armas en Chile, y como se supuso que en cualquier momento alguien podía atentar contra la vida de este obrero anarquista, él siempre mantuvo dos revólveres en el mostrador de la carnicería donde ejercía el oficio, “Si alguien venía tras de él, tenía que disparar primero”.
La huelga de 1917 sin embargo resultó un fracaso para los trabajadores, pues la patronal organizó piquetes de rompehuelgas y el gobierno envió tropas desde santiago para reprimir a los amotinados, por lo que las organizaciones anarquistas fueron diezmadas hasta 1918, cuando comienzan a reagruparse en Santiago federalmente y por gremios y en los puertos en uniones por industria bajo la Industrial Workers of the World (IWW), de la que Chamorro fue el primer Secretario en Valparaíso, a través de la Unión de Trabajadores Portuarios.
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