Juan Ferrándiz nació en Valencia.
Abuelos paternos: José (Valencia) y Dolores (Tortosa - Tarragona)
Abuelos maternos: Juan (Barcelona) y Carmen (Vallvidrera - Barcelona)
Hermana: Paquita Ferrándiz (actriz)
Englantina D´Or de los Juegos Florales de la lengua catalana de Lausana (1976)
Accésit de los Juegos Florales de la lengua catalana de Barcelona (1979)
Juan Francisco Manuel Ferrándiz Castells, más conocido como Juan Ferrándiz (n. Barcelona, España; 31 de diciembre de 1917 - f. Barcelona, España; 15 de agosto de 1997) fue un ilustrador español, especializado en cuentos infantiles y postales navideñas, escultor y, además, escribió numerosos cuentos y poemas para niños.
Nacido en pleno barrio de Gracia de la cosmopolita ciudad de Barcelona, Ferrándiz proviene de una familia con arraigada tradición artística (su abuelo paterno, José Ferrándiz, fue pintor, su padre, Francisco Ferrándiz Carbonell, fue un amante de la pintura y su hermana, Paquita Ferrándiz, fue una popular actriz de la escena catalana).
Ferrándiz se formó en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona.
Terminada la Guerra Civil, empezó a trabajar con Jaime Baguñá, junto a quien aprendió la técnica de los dibujos animados. Colaboró en numerosas producciones cinematográficas, tanto en corto como en largometrajes -entre ellos, "Érase una vez" (1948-1950)- y escribió e ilustró muchos libros para niños como "Mantengamos limpio el corazón" o "Seamos todos", para las editoriales Baguñà, Chamartín y Bruguera. Asimismo, escribió poesía -entre sus títulos, "Un sí a la vida"- y participó como rapsoda en lecturas poéticas.
Desde 1952 fue reconocido internacionalmente como autor de un tipo de felicitaciones navideñas con pastores o ángeles estilizados, risueños y bonhomiosos, que han sido muy imitadas. Llegó a ser considerado como "El Rey de los Christmas". Sus dibujos ilustraron el catálogo del Festival Pau Casals de Acapulco en 1960, editado con motivo de la primera audición mundial de El Pesebre.
Ferrándiz se alzó con la Englantina de Oro en los Juegos Florales de la lengua catalana de Lausana de 1976 y el accésit a la Englantina en los Juegos Florales de la lengua catalana de Barcelona de 1979. En 1991 obtuvo la Cruz de Sant Jordi. Fue miembro de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana (AELC).
Además fundó, junto con otras celebridades, el primer comité de la UNESCO en España y fue galardonado en 1992 por la Cruz de Sant Jordi por su gran trayectoria artística y humana.
El trabajo de Juan Ferrándiz es mundialmente conocido y apreciado; sin embargo, apenas se le nombra en ningún libro de historia, ilustración o pintura. Muchas son las voces que opinan que fue relegado a un segundo plano por la temática religiosa que desprende una gran parte de sus ilustraciones.
Artista polifacético como pocos, Ferrándiz dejó su huella imborrable en tres campos artísticos muy diferentes entre sí (ilustración, literatura y escultura), pero unidos por él por un tema en común: el maravilloso mundo de los niños.
Aunque obtuvo un gran éxito en las decoraciones de cuentos troquelados (Mariuca la castañera, El urbano Ramón, La ardilla hacendosa), según la especialista María Fidalgo, fue en su iconografía de la Navidad donde alcanzó cotas de popularidad nunca vistas en el mundo de la ilustración. Las claves de su gran aceptación fueron su gran originalidad, su perfección técnica y su facilidad para idear variaciones inagotables del mismo tema. Paradójicamente, sus ilustraciones de cuentos, aun compartiendo las características de los anteriores, no llegaron nunca al nivel artístico de su temática navideña.
Las figuras de Ferrándiz irradiaban humildad, sencillez, e, inexplicablemente, carecían de rasgos de cursilería que, sin embargo, sí tuvieron sus centenares de plagiadores. Sin recurrir a complejas técnicas gráficas, lograba transmitir ternura, calidez y humanidad a sus animales y a sus populares pastorcillos de mirada pícara y vestidos con pantalones llenos de remiendos de colores, a sus ángeles descarados, a sus vírgenes niñas maravillosas de caras ladeadas o a sus etéreos Niños Jesús.
María Fidalgo define sus escenas como "inspiradas por una varita mágica que lograba imbuirlas de un aura mística. Su especial captación ambiental anímica y emocional venía potenciada por una hermosa luz dorada que inundaba las composiciones".
Dado por indiscutible su incisivo dominio del dibujo, solo nos quedan por concretar unas breves referencias a su técnica pictórica: como él mismo decía, "la técnica existe justamente sólo para poder expresar estados anímicos". Ferrándiz rehúye todo decorativismo y su tendencia -podríamos inscribirla dentro de un realismo mágico- es una síntesis de las formas, muy estilizadas, que le permiten una fuerza expresiva y juvenil, a la vez que una suave y madura profundidad.
Ferrándiz habituaba a dibujar con un lápiz corriente marca Staedler, del número 1 o 2, goma de borrar de nata Milán, y plasmaba su mundo de sentimientos en páginas en blanco. Comenzaba las composiciones perfilando las caras con pequeños trazos, buscando potenciar esas expresiones tan características con sus miradas de ojos achinados. Aquellos dibujos, sin técnicas de animación, adquirían el don del movimiento y lo más difícil de la transmisión de sentimientos. «Dentro de mí siempre ha latido un sentimiento profundo de comunicación hacia los demás. Quería expresar conceptos tan trascendentes como paz, justicia, solidaridad, ternura, fraternidad...», afirmó en una de sus escasas declaraciones.
Aun teniendo un estilo claro y definido, Fidalgo matiza que analizando estilísticamente sus obras se observa una gran diferencia cualitativa entre sus creaciones, desde las que son mera repetición de arquetipos hasta deliciosas composiciones de grupo que rozan la genialidad por la delicadeza del dibujo, gradación tonal y distribución en el espacio de decenas de figuras que se arremolinan ante el pesebre de Belén con una captación atmosférica sabiamente lograda. En aquellas representaciones en las que juega con la luz, jamás fue superado, basculando entre escenas que rozan el tenebrismo caravaggiesco (permaneciendo escasas figuras apenas bosquejadas en sombra e iluminando solo los rostros con el haz de luz que irradia del Niño Dios) hasta extraordinarias escenas grupales de pastores y animales bañados de luz dorada en actitudes infantiles.
También la investigadora afirma que "sus composiciones verticales de parejas de rostros -normalmente Virgen y Niño- fueron de una exquisitez infrecuente en este tipo de tarjetas. Este esquema vertical lo llevaría posteriormente, y asimismo con un éxito sin precedentes, al mundo del recordatorio de comunión, convirtiéndose también en este campo, en el ilustrador más estimado y reconocible."
En la primera audición mundial el Oratorio de Navidad "El Pessebre", de Pau Casals, inspirado en el poema de Joan Alavedra y que tuvo lugar en Acapulco en 1960, se publicó un libro-catálogo y se pidió a Ferrándiz que realizara los dibujos que ilustraron los textos de este libro.
Ferrándiz creó una amplia colección de postales navideñas que se hicieron famosas en España en los años sesenta y que fueron reeditadas en el año 2006 en un libro recopilatorio llamado "La Navidad de Ferrándiz".
El 31 de octubre de 2007, Correos publicó un sello con una ilustración navideña de Juan Ferrándiz.
Juan Ferrándiz Castells escribió medio centenar de cuentos, tanto en castellano como en catalán, y también poesía.
Sus creaciones literarias vieron la luz a principios de los años 50 y continuaron publicándose hasta los años 60. Estos son pequeños librillos grapados y troquelados con una forma relativa al tema del relato y que, generalmente, se centran en figura (humana o no) del protagonista.
Los cuentos que escribía, generalmente en verso, cuentan al final de los mismos con una moraleja muy clara respecto a la historia que se acaba de leer. Por ejemplo, en "Bée, el corderito travieso"
la moraleja final es "lo que no quieras para ti no lo quieras para los demás".En el año 2006 la editorial La Guineu editó un libro de poemas inéditos en catalán llamado "´Moviment continu", cuyo tema principal es el amor por la naturaleza y la belleza.
En el año 2007 se crea la empresa Memory Ferrándiz S.L. con el fin de continuar difundiendo entre las nuevas generaciones la obra de este gran artista.
En enero de 2009 se reedita por Planeta deAgostini una colección facsímil de los mismos cuentos que acompañaron la infancia de dos generaciones, con los famosos gadgets o complementos que caracterizaban al protagonista de cada historia: las gafas de Maripili, la espumadera de Mariuca, el silbato del Urbano Ramón o la escoba de la ratita presumida, con una gran acogida de público que obligó a su reedición inmediata.
De la propia mano del autor, relacionamos el siguiente poema:
Llegó la Navidad.
En huelga me declaro
de muérdago caído.
El ramo no levanto, no,
abro la mano,
y en su hueco vacío
que pongáis, pido,
una miga de luz
de aquella
Navidad de leche y miel.
Los verdes fluorescentes cabriolean
y ya no os veo
entre la niebla cegadora.
De vuestra Navidad yo estaré ausente
si sólo me hacéis hoy, sitio en la mesa.
La colección de tallas navideñas para belenes fue creada en 1969 y se compone por 57 figuras de tamaños que oscilan entre los 5 y los 15 cm. de altura. Asimismo, diseñó una serie de figuras en madera para la empresa italiana Anri, casa que aún fabrica y vende las figuras navideñas, todas ellas están hechas y pintadas a mano sobre el modelo original del autor.
En diciembre de 2009 la editorial Planeta deAgostini reedita una colección de 50 figuritas de Belén, en poliuretano, y que ha tenido muy buena acogida en kioscos y librerías.
Por iniciativa directa del Instituto de Vera Cruz de México, se inauguró en el curso 1970-71 el "Colegio Ferrándiz", que abarcó desde el parvulario hasta los estudios de enseñanza básica.
Fue galardonado con L'Englatina d'Or en los Jocs Florals de la Llengua Catalana en Lausana (Suiza) en 1976. Asimismo, obtuvo el accésit a L'Englatina en los Jocs Florals, celebrados en Barcelona en mayo de 1979.
Probablemente, su mayor reconocimiento fue la obtención en 1992 de la Cruz de Sant Jordi, otorgada por la Generalidad de Cataluña.
Arropado por un apabullante éxito, su trabajo fue plagiado hasta la saciedad, e inspiró el trabajo de otros artistas como: Constanza Armengol, Juan Vernet, Gallarda, Peralta… ilustradores infantiles y autores de numerosas tarjetas navideñas y de Primera Comunión. Algunos más brillantes que otros, todos reprodujeron sus esquemas. Armengol, que firmaba como Constanza, fue quizá la más destacada.
En Galicia, llegó a existir una Ferrándiz galaica, FEBA, una ingeniosa y oportunista dibujante y humorista que, según estudios realizados por la doctora en historia María Fidalgo Casares, descubrió un filón copiando con dignidad los dibujos de Ferrándiz, ataviándolos de galleguitos, y llegó a tener cierta popularidad y gran éxito de ventas en toda Galicia.
Hasta en el mundo de la juguetería también se dejó ver su innegable huella en la estética de los muñecos, muy acusada en la marca Famosa, en especial la exitosa Nancy, la estrella de la casa. Hoy todo un mito, nacida en 1968 y que tuvo tal acogida que, sobre todo en fechas navideñas, se vendieron diez millones de unidades en sus primeros diez años de vida. Sus diseñadores fueron T. Juan y un gran equipo de Famosa, pero es más que obvio que la cara de Nancy reproduce los esquemas de las caras de los dibujos de Ferrándiz. Todo el ámbito de la papelería y el mundo de la decoración infantil acusaron su influjo y, como curiosidad, podemos ratificar que su influencia llegó hasta en el ámbito militar… Miles de jóvenes que hacían el servicio militar adquirían muñecas ataviadas con uniforme para regalar a novias y madres. Asimismo, también solían comprar postales que incluían imágenes de marineros o soldados junto a espigadas jóvenes de piernas largas. Aunque no eran de su autoría en absoluto, y su valor artístico era nulo, todos tenían en sus caras rasgos claramente emparentados con las figuras de Ferrándiz.
Escribe un comentario o lo que quieras sobre Juan Ferrándiz (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)