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Juan de Espina y Velasco



¿Qué día cumple años Juan de Espina y Velasco?

Juan de Espina y Velasco cumple los años el 15 de marzo.


¿Qué día nació Juan de Espina y Velasco?

Juan de Espina y Velasco nació el día 15 de marzo de 1.


¿Cuántos años tiene Juan de Espina y Velasco?

La edad actual es 2022 años. Juan de Espina y Velasco cumplirá 2023 años el 15 de marzo de este año.


¿De qué signo es Juan de Espina y Velasco?

Juan de Espina y Velasco es del signo de Piscis.


¿Dónde nació Juan de Espina y Velasco?

Juan de Espina y Velasco nació en Madrid.


Juan de Espina [y] Velasco (Madrid, 1583 – enero de 1643) fue un sacerdote, musicólogo y coleccionista español.[1]

La familia Espina provenía de una familia adinerada de hidalgos de Ampuero (Cantabria). Sus padres fueron Juan de Espina y María de Mesa, siendo su padre contralor de las cortes de Felipe II y Felipe III. Diego de Espina y Velasco, su hermano, fue nombrado caballero de Santiago. Su primer biógrafo, Francisco de Quevedo, describe una juventud curiosa, que primero se interesó por las armas, luego por la música y más tarde por la pintura, las matemáticas y la astronomía. Alcanzó una maestría notable en las armas y la música. Espina mismo relata en un Memorial enviado a Felipe IV que Fernando Niño de Guevara lo nombró sacerdote «por habérselo mandado sus Majestades» y le ofreció una renta eclesiástica, que oscilaría entre más de dos mil y cerca de cinco mil ducados, según diversas fuentes.[1]

Su «raro ingenio», en palabras de Luis Vélez de Guevara, que le sitúa en El Diablo Cojuelo al lado de Galileo, y su gran colección, que comprendía desde pinturas, instrumentos musicales o telescopios, hasta objetos mágicos o esotéricos, y que según palabras de Quevedo «[f]ue su casa abreviatura de las maravillas de Europa», le dio cierta fama en la corte real. Espina solo dejaba entrar en su casa a aquellos que demostraban la suficiente educación para apreciar sus colecciones. En 1627 celebró una fiesta en su casa, a la que asistieron tanto el rey, Felipe IV, como el Conde Duque de Olivares y gran parte de la corte. La fiesta, a pesar de ofrecer música, baile, pasos de comedia y todo tipo de diversiones, desgraciadamente acabó en un desastre, tal como relatan los contemporáneos versos de Gabriel del Corral. Caído en desgracia y procesado por la inquisición hacia 1630, se retiró a Sevilla hasta por lo menos 1634.[1]

De vuelta a Madrid, con la reputación dañada, se retiró a vivir en su residencia, donde, según relata el jesuita Sebastián González, «era de humor peregrino y su casa parecía encantada; no tenía quien le sirviese; dábanle la comida por un torno».[1]​ González también reata su muerte: «En fin, un dia se fué á San Martin, [...], y pidió le diesen el Viático, y dado avisó al cura que dentro de dos horas le llevasen la Extremaunción. Lleváronsela; avisó dónde dejaba su testamento y dende á pocas horas murió». Falleció en enero de 1643, dejando todas sus colecciones en herencia al rey, dejando instrucciones muy concretas sobre como debía ser su tumba. Quevedo comentó de forma jocosa «Señor, dícese que murió don Juan de Espina, y parece pulla de la muerte que corran parejas de pandorga aquella calavera y la de Rochelí, una y otra de pujamiento de tramoyas».[2]

Los Códices Madrid I-II, manuscritos de Leonardo da Vinci, que se encuentran actualmente Biblioteca Nacional de España, llegaron a España de manos de Espina.[1]Vicente Carducho lo relata de forma siguiente:

Es muy probable que los manuscritos llegasen a manos de Espina tras la muerte de Pompeo Leoni en 1608, que a su vez los habría conseguido tras el fallecimiento de Francesco Melzi, discípulo de Leonardo.[1]

Carlos I de Inglaterra, a la sazón príncipe de Gales, trató de comprar el manuscrito primero directamente en 1623, luego a través del coleccionista inglés Thomas Howard, conde de Arundel, y más tarde a través de los embajadores ingleses en Madrid. A pesar de sus dificultades con la corte y la inquisición, Espina se negó a vender los documentos y acabaron en manos del rey.[1]

Hacia 1632 Espina envió un memorial a Felipe IV, «en el estilo de los arbitristas», en el que defendía la «reforma del sistema de afinación de los instrumentos basada en el temperamento enarmónico», a pesar de mostrarse ignorante de las teorías musicales contemporáneas, tanto españolas, como europeas. Ecos de la polémica generada se encuentran en el texto de Nicolás Doizi de Velasco, Nuevo modo de cifra para tañer guitarra.[1]

La fama de huraño y se vivir en una casa encantada lo convirtió en el perfecto nigromante de comedia, así en En Madrid y en una casa de Tirso de Molina y Don Juan de Espina en su patria y Don Juan de Espina en Milán de José de Cañizares.[1]

José Ortega y Gasset recuerda a Espina como parte de la España «alucinante y alucinada» del siglo XVII.[1]

Su mayor legado han sido Códices Madrid, que gracias a su coleccionismo se encuentran actualmente en España.




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