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Juggernaut



Juggernaut (pronunciado /yáguernot/; palabra anglificada que deriva del nombre en sánscrito Jagannātha, en devanagari: जगन्नाथ) designa metafóricamente en inglés —y de ahí ha pasado a muchos idiomas, incluido el español—, una fuerza cuyo avance nada puede detener y que aplasta o destruye todos los obstáculos en su camino.

La palabra es una referencia a la Rath Yatra, una procesión hindú que se celebra en la ciudad de Puri, en India, en la que se pasea una gran carroza procesional que lleva la imagen del dios Krishnaavatar del dios Visnú[1]​— al que luego se le dio prestado el título de Jagannātha, «señor del universo». Algunos observadores europeos del siglo XIX que habían asistido a la procesión afirmaban que no se dudaba en aplastar a los fieles que se interponían en el camino de la carroza, de ahí el uso metafórico del término desde ese momento.[2]​ Las observaciones más recientes han demostrado que esa interpretación era una leyenda que amplificaba los accidentes fortuitos durante las ceremonias, pero el uso del término ha permanecido.

El nombre del dios Jagannāth (Yáganat) apareció por primera vez en el Majabhárata (2, 779 y 3, 15529), texto épico-religioso del siglo III a. C.

Se desconoce cuándo comenzó el festival anual de llevar en carros que transportan las estatuas de Yáganath (Krisna), su hermana Subhadra y su hermano mayor Balaram.

Según los relatos de los británicos en el período en que dominaron la India, los adoradores del dios Yaganath se lanzaban bajo las ruedas del enorme carro de dieciséis ruedas sobre el cual el ídolo de Krisna es transportado durante la procesión anual en el festival Ragha Iatra en Puri, una ciudad en el este de la India a orillas del golfo de Bengala, en la creencia de que así alcanzarían la felicidad eterna.

La primera descripción europea de este festival se encuentra en el libro The travels of sir John Mandeville (del siglo XIV), que describe que los hinduistas, como sacrificio religioso, se arrojaban bajo las ruedas de los inmensos carros y eran aplastados, muriendo instantáneamente.

Dos siglos después, hacia 1520, el santo bengalí Chaitania (1486-1533) reprendió a uno de sus discípulos, Sanatana Gosuami (1488-1558), que quería practicar el suicidio bajo las ruedas del carro de Yáganath:

En el siglo XX otros autores ―posiblemente en un intento de defender a los hinduistas― han sugerido que las muertes habrían sido accidentales y causadas por la presión de la multitud y la conmoción general.

El nombre del dios Yágannat pasó ―modificada morfológicamente y resignificada― primero al idioma inglés (hacia 1850) y luego a otros idiomas.

En la novela de Robert Louis Stevenson El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde se menciona desde la versión de Mr. Enfield, el hecho de que una figura en una calle desierta abordase a una niña, confrontándose y dejándola tirada en el suelo, gritando: «¡No era como un hombre, era como algún horrible Juggernaut!» (It wasn't like a man, it was like some damned Juggernaut!).

En el ámbito de las ciencias sociales se utiliza a menudo como metáfora de la modernidad. El sociólogo Anthony Giddens[4]​ relata el rito del Juggernaut como una procesión en la que la figura adorada era transportada gracias a troncos que hacían su trayectoria difícilmente predecible, lo que propiciaba accidentes mortales y la posibilidad de que se saliera completamente del camino. Este relato sirve a Giddens y a otros sociólogos para explicar un sistema económico y social insuficientemente controlado y siempre en riesgo de volverse contra quienes lo veneran.



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