Julio Anguita González cumple los años el 21 de noviembre.
Julio Anguita González nació el día 21 de noviembre de 1941.
La edad actual es 83 años. Julio Anguita González cumplió 83 años el 21 de noviembre de este año.
Julio Anguita González es del signo de Escorpio.
Julio Anguita González nació en Fuengirola.
Julio Anguita González (Fuengirola, 21 de noviembre de 1941-Córdoba, 16 de mayo de 2020) fue un maestro y político español. A lo largo de su carrera política ostentó distintos puestos: fue alcalde de Córdoba entre 1979 y 1986 (época en la que los medios de comunicación le dieron el apodo de «Califa Rojo» o «el Califa»), secretario general del Partido Comunista de España (PCE) y coordinador general de Izquierda Unida (IU).
Bajo su dirección, la coalición IU alcanzó sus mayores éxitos electorales, superando ampliamente los dos millones de votos en las generales de 1993 y 1996, alcanzando en este último año más de un 10 % de los votos y 21 diputados. Su periodo al frente de Izquierda Unida se distinguió por la exigencia de concretar acuerdos programáticos y el rechazo a la corrupción. Tras su marcha IU inició una fase de declive que, de la mano de Francisco Frutos primero y Gaspar Llamazares después, le llevó a conseguir tan solo dos diputados en las elecciones generales de 2008.
Separado de la política activa por una afección cardíaca, Julio Anguita continuó participando en diferentes actos y alternativas para lograr los objetivos ideológicos de izquierdas, entre los que se encuentra un Estado republicano. Formaba parte del Colectivo Prometeo y del Frente Cívico Somos Mayoría, del cual fue fundador.
Julio Anguita nació el 21 de noviembre de 1941 en la localidad malagueña de Fuengirola. Miembro de una familia de militares, se alejó de la tradición familiar al realizar estudios de Magisterio y, posteriormente, licenciarse en Historia en la Universidad de Barcelona. Maestro de profesión, en 1972 se afilió al entonces clandestino Partido Comunista de España (PCE) y en 1977 accedió al Comité Central del partido en Andalucía.
En las elecciones municipales de abril de 1979, se presentó como candidato del PCE a la alcaldía de Córdoba, logrando ser el más votado, aunque quedó lejos de la mayoría absoluta —el PCE obtuvo 8 de los 27 concejales en juego—. Anguita decidió formar un Gobierno de concentración junto al resto de fuerzas políticas (PSOE, UCD y PSA), por lo que fue elegido regidor municipal. De este modo, se convirtió en el primer y único alcalde comunista de una capital de provincia. A su llegada al poder, Anguita se encontró una difícil situación en la ciudad, y sus primeros meses al frente de la alcaldía se toparon con numerosos problemas. Para entonces Córdoba era una ciudad ciertamente degradada y con una urgente necesidad de intervenciones urbanas, especialmente en la zona deprimida que había alrededor de las instalaciones ferroviarias. Su llegada al poder coincidió con la crisis económica de los años setenta y el cierre de muchas empresas, como fue el caso de la fábrica de Westinghouse.
Los problemas dentro del Gobierno de concentración también empezaron desde bien pronto. Las relaciones con el PSOE se tensaron a raíz de la adquisición de la empresa privada de autobuses Aucorsa, entonces en un estado ruinoso, con un coste de 200 millones para las arcas municipales; la posterior compra de una nueva flota de autobuses por valor de 300 millones de pesetas y la gestión de la operación supusieron un nuevo desencuentro entre socialistas y comunistas. En 1980 tanto el PSOE como la UCD bloquearon varias iniciativas económicas, como la creación de una cadena de radio local de carácter público, la gestión de la empresa municipal de aguas o la revisión del PGOU. El estallido de un nuevo escándalo a raíz del llamado caso Provienco —la compra municipal de un inmueble que Anguita autorizó sin conocimiento ni aprobación de la corporación municipal— llevó a la ruptura definitiva con el PSOE. Poco después también llegaría la ruptura con la UCD por el enfrentamiento que Anguita mantuvo con el obispo de Córdoba, a cuenta de la cesión del antiguo convento de Santa Clara a un colectivo musulmán encabezado por el saudí Alí Ketanni. No obstante, esta cesión no prosperaría y quedó en nada.
A pesar de la crisis económica que atravesaba la ciudad y de los problemas que atravesaba el Gobierno municipal, su popularidad entre la población cordobesa siguió siendo bastante elevada. En las elecciones municipales de 1983 fue reelegido como alcalde, pero esta vez por mayoría absoluta (17 concejales). Tras este aplastante triunfo se le empezó a conocer como el «Califa Rojo». La nueva mayoría absoluta del PCE llevaría a la formación de un tándem de gobierno entre Anguita y su teniente de alcalde, Herminio Trigo. Es reseñable que sería por esta época cuando se solicitó a la UNESCO la declaración de la Mezquita-catedral de Córdoba como Patrimonio Cultural de la Humanidad, cosa que finalmente se logró en 1984.
Después de 1983, tras la abrumadora victoria socialista en las elecciones generales de 1982, Anguita mantuvo una actitud de enfrentamiento y de cierto victimismo frente al Gobierno central y otras instituciones gobernadas por socialistas. Esta nueva política llevó a que el desarrollo de la ciudad se viera notablemente paralizado. La construcción de una nueva estación de ferrocarril fue otro de los asuntos polémicos de esta época. Anguita mantuvo numerosos enfrentamientos con Renfe y el Ministerio de Fomento, dada la pretensión de Anguita de que los terrenos liberados de la antigua estación pasaran a propiedad del ayuntamiento y que fuera el Estado quien financiara exclusivamente las obras de la nueva estación, una idea que chocó con la frontal oposición de Renfe y el ministerio. La posición de Anguita provocó que la construcción de la nueva estación quedase paralizada durante casi una década. En 1985 envió una carta al entonces presidente del Gobierno, Felipe González, en la que se oponía a la petición de este de impulsar la construcción desde los ayuntamientos de España, como solución al problema del paro; en ella también defendía la autonomía municipal y respetar la ley del suelo vigente en ese momento para impulsar un modelo urbanístico sostenible. Además, Anguita procedió a la congelación de las licencias de obras y del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), decisión que encontró un amplio rechazo desde numerosos sectores de Córdoba, incluso con la frontal oposición de su teniente de alcalde y compañero de partido, Herminio Trigo. A comienzos de 1986 dimitió de su cargo y renunció a presentarse de nuevo como alcalde para las siguientes elecciones. Sin embargo, poco después saltaría al ámbito político andaluz al convertirse en candidato de Izquierda Unida (IU) a la presidencia de la Junta de Andalucía.
El estrepitoso fracaso del PCE en las elecciones generales de 1982 llevó a que se planteara un serio proceso de reorganización interna. Fue en 1986 cuando el PCE, junto a otras fuerzas políticas minoritarias, pusieron las bases para la fundación de Izquierda Unida (IU). De cara a las elecciones autonómicas andaluzas de 1986, IU obtuvo el 18 % de los votos y 19 escaños, como una muestra del éxito de la nueva marca.
En febrero de 1988 fue elegido secretario general del PCE y al año siguiente se puso al frente de Izquierda Unida, obteniendo su escaño en el Congreso de los Diputados durante las elecciones de 1989. Fue también elegido diputado y portavoz del grupo parlamentario de Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados en 1993 y 1996, años en que IU obtuvo sus mejores resultados electorales, en torno al 10 % de los votos. Defendió una línea política para Izquierda Unida basada en la teoría de las dos orillas (basado en el establecimiento de diferencias entre, de una parte, el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español, y, de la otra, Izquierda Unida) y el sorpaso (según el cual IU debía aspirar a sobrepasar al PSOE como fuerza hegemónica de la izquierda en España). Asimismo, afirmó que los acuerdos con el PSOE debían establecerse bajo acuerdos programáticos concretos, y nunca por sistema (concepción expresada en su conocido lema «Programa, programa, programa»).
En septiembre de 1997, en la fiesta del PCE, Anguita anunciaba que iban a defender una España republicana y federal, y en la fiesta del año siguiente defendió el derecho de autodeterminación de los pueblos y aclaraba que su partido solo había aceptado la monarquía de forma temporal, durante la transición, para llegar al consenso, siempre y cuando se desarrollase la Constitución.
Dejó la secretaría general el 5 de diciembre de 1998 durante el XV Congreso del PCE, pidiendo a los militantes comunistas que reivindicasen los principios del anticapitalismo, antisistema y la lucha por una sociedad igualitaria. Equiparó en lo político al PSOE y al PP, y llamó a rebato a la militancia para recuperar la lucha en la calle.
Después de un tercer problema cardiovascular, a finales de 1999 cedió la candidatura a la presidencia del Gobierno de las elecciones de 2000 a Francisco Frutos, alegando razones de salud. En la VI Asamblea de Izquierda Unida, en octubre de 2000, fue sustituido en el cargo de coordinador general por Gaspar Llamazares. Fue de los pocos políticos que tras estar más de ocho años como parlamentario ha renunciado a la pensión de jubilación como exdiputado y recibió la de maestro de escuela.
El 1 de junio de 2005, en el XVII Congreso del PCE, presentó un documento en el que se llamaba a la refundación del partido y se reflexionaba acerca del Movimiento Comunista Internacional. Señaló el impacto negativo que trajo la caída de la Unión Soviética y el acriticismo y sumisión de los sindicatos y la izquierda al orden capitalista establecido. El 22 de abril de 2008, remitió al Comité Federal del PCE un documento en el que defendía la necesidad de una «refundación» de IU. En su carta atribuyó la debacle electoral a la «falta de una línea clara» y a la inexistencia de un programa coherente. Defendió la democracia radical, la lucha por la tercera república y el federalismo, tanto para el modelo organizativo de la coalición como para el modelo de Estado defendido. A su juicio, el debate debería abrirse en la siguiente asamblea federal de IU.
Falleció el 16 de mayo de 2020 a los setenta y ocho años de edad en el hospital Reina Sofía de Córdoba, donde llevaba ingresado desde el sábado 9 de mayo, tras sufrir una parada cardíaca en su domicilio. Sus restos fueron enterrados en el cementerio de la Fuensanta, en Córdoba. El 16 de mayo de 2021, un año después de su fallecimiento, le fue entregado póstumamente el título de Hijo Adoptivo de la Ciudad de Córdoba, que había sido votado unánimemente por todos los grupos municipales.
Inicialmente estuvo casado con Antonia Parrado Rojas, con la que tuvo dos hijos: Julio Anguita Parrado y Ana Anguita Parrado. En 2007 se casó con María Agustina Martín Caño, a la que había conocido en el Instituto Blas Infante de Córdoba, donde ambos daban clase y al que Anguita se había incorporado tras dejar la política activa.
Su hijo, Julio Anguita Parrado, estudió periodismo e hizo un curso de corresponsal de guerra en Quantico (Virginia, EE. UU.) organizado por El Pentágono. Fue a trabajar como corresponsal de guerra a Irak, adonde se trasladó el 21 de marzo de 2003 junto con la 3.ª División de Infantería del Ejército estadounidense. El 7 de abril, ya en Bagdad, le alcanzó un misil ocasionándole la muerte. Tras ser repatriado, fue enterrado en su ciudad natal el 16 de abril de 2003.
Julio Anguita, en aquellas fechas excoordinador general de Izquierda Unida, recibió la noticia de la muerte de su hijo cuando iba a intervenir en un acto organizado por la Unidad Cívica Republicana en el Teatro Federico García Lorca de Getafe (Madrid). Subió al estrado y manifestó, visiblemente emocionado:
La frase "Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen" ha quedado como una expresión antibélica en España.
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