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Julio Pascual



¿Qué día cumple años Julio Pascual?

Julio Pascual cumple los años el 18 de septiembre.


¿Qué día nació Julio Pascual?

Julio Pascual nació el día 18 de septiembre de 6.


¿Cuántos años tiene Julio Pascual?

La edad actual es 2017 años. Julio Pascual cumplirá 2018 años el 18 de septiembre de este año.


¿De qué signo es Julio Pascual?

Julio Pascual es del signo de Virgo.


Julio Pascual (nacido en Toledo en 1879, España y fallecido en esta misma ciudad castellana el 6 de diciembre de 1967) fue un artista en el trabajo del hierro y en la especialidad del esmalte. Se le considera como el último de los grandes rejeros toledanos en la técnica de la forja, sin emplear medios modernos, continuador de los rejeros renacentistas Villalpando y Céspedes.


Julio Pascual estudió en horario nocturno en la Escuela de Artes y Oficios de Toledo, creada en 1882 y edificada por el arquitecto Mélida. Por aquellos años el director académico era Matías Moreno.

En la escuela existían dos grandes aulas para el estudio del dibujo. En una, los alumnos copiaban láminas de obras clásicas y tras este aprendizaje pasaban a la otra donde copiaban directamente del yeso, es decir de reproducciones artísticas hechas en escayola, copias a su vez de obras maestras griegas, romanas, renacentista, etc. Julio Pascual, al ser un dibujante nato, pasó directamente a la sala del yeso donde pronto demostró un gran dominio sobre la técnica del estón y el difumino en papel Ingres blanco. Demostró también grandes dotes para la pintura y la escultura, hasta que descubrió el arte de la forja del hierro, actividad por la que demostró tener unas especiales aptitudes, lo mismo que con el arte del esmalte, que supo dominar a la perfección y cuyas clases de enseñanza fueron famosas entre sus contemporáneos.

Tras el periodo de aprendizaje fue profesor de término en la Escuela de Artes de Toledo. A lo largo de su vida recibió premios y galardones tanto en exposiciones como en la propia Escuela y en la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas, donde tuvo el honor de ser académico durante 48 años (22 como presidente).

No dejó nunca su faceta de enseñante, que ejerció con una verdadera vocación tanto en la forja como en los esmaltes. Fue también Vocal del Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid.

Su vida familiar transcurrió junto a su mujer, habitando ambos en la pequeña casa del Cerro de los Palos, un cigarral cercano a Toledo, vivienda que contaba con dos habitaciones, suficiente espacio para el matrimonio; una servía de comedor y otra como alcoba. A través del jardín, que en el buen tiempo hacía las veces de cuarto de estar y sala de visitas, se accedía a otra estancia destinada a taller.

Tuvo una importante implicación en la creación del tejido empresarial toledano, siendo uno de los fundadores en 1933 de la Mutua Patronal de Accidentes de Trabajo denominada Seguros Soliss, que hoy en día pervive.

Después de la muerte de su mujer, ya muy anciana, Julio Pascual empezó a sentir una serie de dolencias necesitando con frecuencia la visita de su médico A. López-Fando. Se sintió enfermo de soledad y comenzó a percibir una opresión que él llamaba un ahoguillo. El sentimiento de vejez le perseguía repitiendo a menudo:

Poco a poco fue suprimiendo las salidas fuera de casa, incluso a su taller del jardín. Tampoco acudía a la Academia y todas las consultas y cumplimientos tuvieron lugar en el comedor de su casa o en el jardín. Murió el 6 de diciembre de 1967.

Durante 48 años fue académico de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas, actuando como Presidente en el transcurso de 22 años. Al tercer año de la fundación de esta Academia fue elegido como Numerario (marzo de 1919), en la Sección de Bellas Artes. El domingo día 6 de julio de ese año tuvo lugar el acto de recepción en el Salón de Actos del Excelentísimo Ayuntamiento, presidido por:

En el libro de actas consta lo siguiente:

Su discurso académico trató sobre la Rejería toledana desde fines del siglo XV hasta el XVII, presentando un estudio completo sobre la rejería de la catedral de Toledo y sobre la técnica empleada.

Antes de que la obra tuviera su culminación en el taller, el artista seguía unos primeros pasos que consistían primeramente en un dibujo a lápiz o a pluma. Recibía encargos de distintos puntos del mundo (Bélgica, Alemania, Estados Unidos, Hispanoamérica, España), y de muy variados temas: rejas, candelabros, farolas, braseros, etc.[1]​ Cuando veía que el resultado de estos dibujos le satisfacía trasladaba al taller los cartones para transformarlos con el martillo y el yunque en verdaderas obras maestras. Al terminar el trabajo de forja se deshacía de dichos cartones pues no repetía nunca los modelos. Para cada encargo hacía dibujos nuevos, de manera que la producción no fue nunca industrializada por lo que sus ganancias eran mínimas y daban sólo para vivir modestamente. Además del taller al fondo de su jardín, tenía otro en San Juan de la Penitencia en el que trabajaba también con el martillo y el yunque más el cincel con que repujaba la plata y otros metales.

No era partidario de usar la policromía sobre el hierro porque decía que "no se debe ocultar el golpe de la herramienta que equivale a la pincelada del pintor en un cuadro, algo muy personal que no debe anularse".

Su trabajo fue amplio y la mayoría de sus obras están repartidas por varios países de los que recibía múltiples encargos. En su Toledo natal es donde queda menos testimonio.

Además de los trabajos de creación propia desarrolló otros más ingratos y aparentemente menos importantes, trabajos de restauración de obras de arte que se habrían perdido para siempre de no ser por su paciencia y profesionalidad para recuperarlas. Se requería para ello unas condiciones especiales de dominio del arte de los metales y esas condiciones estaban en la persona de Julio Pascual. De esta manera se pudieron recuperar obras importantes catalogadas y descritas como de sumo valor, a la sazón dadas por perdidas por el gran deterioro de que eran objeto.

Fue ésta una actividad que llevó a cabo después de Guerra Civil Española.

Julio Pascual fue llamado en varias ocasiones para hacer restauraciones de obras muy valiosas que en muchos de los casos se daban por perdidas, sobre todo a raíz de la Guerra Civil Española durante la cual resultaron dañadas muchas piezas de arte. Otras veces su trabajo consistió en la valoración y estudio con el requerimiento de un informe detallado y otras (como la custodia de Arfe) en una limpieza minuciosa con posterior montaje que sólo un experto podía llevar a cabo.



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