x
1

Jura de la princesa Isabel



La jura de la infanta Isabel como princesa heredera fue un acto institucional, similar al de la jura de los príncipes de Asturias, destinado a asegurar la lealtad institucional a la futura Isabel II de España, celebrado el 20 de junio de 1833.

En 1830 durante el reinado de Fernando VII de España se publicó la Pragmática Sanción, promulgando la Pragmática Sanción de 1789 y derogando el Reglamento de sucesión de 1713, se permitía que la hija de Fernando VII, María Isabel Luisa, sucediera a su padre en la corona de España.[1][2][3]

La disputa sucesoria sirvió como conflicto principal entre las corrientes políticas principales del final del reinado de Fernando VII, conocido tradicionalmente como Década Ominosa: los partidarios de una monarquía relativamente ilustrada, representados por el propio Fernando VII y los partidarios de una monarquía reaccionaria, representados por su hermano inmediatamente menor, Carlos María Isidro.

El 18 de septiembre de 1832, en el palacio real de La Granja y dentro de los sucesos homónimos, los partidarios de Carlos María Isidro consiguieron la firma por parte de Fernando VII (por entonces incurso en una gravísima enfermedad) un decreto en que se derogaba la Pragmática Sanción. Este decreto derogatorio nunca sería publicado.[4]​ Posteriormente el monarca recobró la salud y, para mayor seguridad, el 31 de diciembre de 1832 anuló el anterior decreto derogatorio de la Pragmática Sanción.[5]

A finales de mayo de 1833, con el fin de asegurar lealtades en torno a sus hija Isabel,[a][6]​ Fernando VII decreta que sea jurada como princesa heredera de la Corona el 20 de junio de 1833, en una forma similar a las tradicionales juras de los Príncipes de Asturias y en el mismo lugar en que estas se producían en los últimos siglos, la iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid.[7][8]

El acto de la jura se desarrolló con gran solemnidad, según un ceremonial específico aprobado por el monarca.[9]

El día 19, antes de la ceremonia propiamente dicha, Fernando VII, su esposa María Cristina y sus hijas Isabel y Luisa Fernanda se trasladaron a la casa de San Juan, de la ermita homónima del Buen Retiro.

En la mañana del día siguiente entraron los monarcas y su hija Isabel procesionalmente en la iglesia de San Jerónimo el Real. La princesa Isabel iba vestida con un traje de raso blanco.[10]

El acto consistió en una misa del Espíritu Santo celebrada por el patriarca de las Indias, Antonio Allúe. Después se cantó el himno Veni Creator Spiritus. A continuación se produjo el acto de la jura propiamente dicha. Este acto consistía en que las personas de las categorías designadas juraban su lealtad a Isabel como legítima heredera y después prestaban pleito-homenaje al monarca.

Los infantes juraron ante el patriarca de las Indias y prestaron el pleito homenaje entre las manos del monarca. El resto de personas prestó el pleito-homenaje entre las manos del duque de Medinaceli, comisionado por Fernando VII para ello. Juraron entre otros los infantes,[b][11]​ arzobispos, obispos, grandes de España, títulos del reino y procuradores en Cortes.

El acto finalizó con el canto del Te Deum.[9]

El nuncio Francisco Tiberi, asistente a la ceremonia, describió así la conducta de la princesa Isabel durante esta:

La ceremonia fue digna y pacífica. La niña, a pesar de que duró tres horas, se mantuvo serena; se divertía desparramando algunas perlas de su collar; al final lloró y se calmó[12]

Tras la ceremonia los monarcas comieron en la casa de San Juan y por la tarde volvieron al Palacio Real de Madrid tras un paseo por el paseo del Prado, carrera de San Jerónimo, Puerta del Sol, calle de Carretas, calle de Atocha, plaza Mayor y calle de Platerías.[9]

La jura fue celebrada con magnificencia en muchas ciudades de España y de los territorios de ultramar. Las celebraciones en la ciudad de Madrid duraron varios días e incluyeron:

Con motivo de la jura se realizaron también múltiples arquitecturas efímeras tanto en la capital, como en el resto de ciudades.[16][17]

Entrada de los toreros a la corrida de toros en la plaza Mayor por Pharamond Blanchard.

Aspecto de la suerte de rejones en la misma corrida, también por Pharamond Blanchard.

Grabado contemporáneo mostrando la primera sección del desfile de máscaras, denominado Máscara Real.

Grabado con la segunda sección de la Máscara Real.

Grabado con la tercera y última sección de la Máscara Real.

Plano del simulacro militar.

Para conmemorar la Jura se estableció una condecoración destinada al personal militar, la cruz de María Isabel Luisa.

La jura fue así mismo el motivo de que finalmente se llevará a cabo el obelisco de la Fuente Castellana, conocido hoy como de la Arganzuela. El obelisco había sido proyectado por el arquitecto Francisco Javier de Mariátegui y su escultor fue José de Tomás.[18][19]



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Jura de la princesa Isabel (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!