La colorina

La Colorina es una telenovela chilena creada por Arturo Moya Grau y producida por Protab para Televisión Nacional de Chile en 1977. Es protagonizada por Liliana Ross, Patricio Achurra, Violeta Vidaurre y Paz Irarrázabal.

«La Colorina» (Liliana Ross), una mujer llamada así por el color de su cabello, trabaja en un centro nocturno como prostituta junto a su gran amiga «La Rata» (Violeta Vidaurre). Ambas llegan a la mansión de Daniel (Patricio Achurra) en busca de diversión acompañadas de Iván (Gonzalo Robles), un vividor que es cuñado de Daniel. La Colorina y Daniel se enamoran, pero su relación no es bien vista por Ana María (Paz Irarrázabal), la madre fría y calculadora de Daniel.

Alba (Grimanesa Jiménez), esposa de Daniel, no puede tener hijos, por lo que Ana María paga a La Colorina para que quede embarazada de su hijo y le entregue al niño una vez nazca. La Colorina acepta, pero al dar a luz se arrepiente y se marcha de la ciudad. Al mismo tiempo, Mirta, una vecina de La Colorina, abandona a su marido, Pejerrey (Arturo Moya Grau), y a sus dos hijos para convertirse en actriz. Con el consentimiento de Pejerrey, La Colorina decide llevarse a los dos hijos de sus vecinos para confundir a Ana María.

Transcurridos algunos años, «La Colorina» (Liliana Ross), convertida ya en una mujer, se ha hecho cargo de la crianza de su hijo, Fernando (Samuel Villaroel), y de los hijos de Mirta, a los que ha criado como propios. Mientras tanto, Daniel (Patricio Achurra), ya viudo, continúa enamorado de «La Colorina». Su madre (Paz Irarrázabal) continúa oponiéndose a la relación y, obviamente, rechazando al nieto.

Ana María también tiene un conflicto con la empleada de la casa, «Chagua» (Ester Mayo), que siempre ha luchado por la familia amando en silencio a Basilio (Armando Fenoglio), marido de Ana María, y a Daniel como si fuera su propio hijo.

«La Colorina», siempre acompañada de «La Rata» (Violeta Vidaurre), administra el local en el que antiguamente trabajaba. Franco (Mario Bustos), uno de sus hijos, se enamora de Cristina (Soledad Pérez); al declararse ella acepta, pues la muchacha es noble y de buen corazón.

Cuando Mirta (Alicia Villablanca) vuelve para recuperar a sus hijos, «Pejerrey» (Arturo Moya Grau), aún enamorado de ella, accede a decir la verdad, pero no vuelven a ser pareja.

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