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La Pasto Verde



¿Qué día cumple años La Pasto Verde?

La Pasto Verde cumple los años el 18 de febrero.


¿Qué día nació La Pasto Verde?

La Pasto Verde nació el día 18 de febrero de 5.


¿Cuántos años tiene La Pasto Verde?

La edad actual es 2019 años. La Pasto Verde cumplió 2019 años el 18 de febrero de este año.


¿De qué signo es La Pasto Verde?

La Pasto Verde es del signo de Acuario.


Carmen Funes (1862 – 15 de diciembre de 1916), fue una fortinera mendocina, que se incorporó a la denominada “Campaña del desierto” siendo una adolescente y al finalizar la misma recorrió La Pampa, Neuquén y finalmente instalándose en Plaza Huincul como vendedora ambulante, convirtiéndose en su primera pobladora.[1]

El primer registro que se tiene de Carmen Funes es el documento donde fue agregada a la Cuarta División en el sur mendocino el 21 de abril de 1879, con apenas 14 o 15 años.[2]

La Cuarta División partió desde el Fuerte General San Martín en Mendoza con el Séptimo de Caballería al mando del coronel Napoleón Uriburu acompañado del Sargento Mayor Torres. Luego de dejar un destacamento en el pasaje del río Colorado, llegó al punto llamado por los aborígenes Chos Malal, el 6 de mayo y allí levantó el Fuerte Cuarta División.[3]

De acuerdo con datos obtenidos de un censo entre el 23 y 24 de julio de 1895 en la aguada, habría nacido en 1862 en Mendoza.[4]

Al incorporarse a la cuarta división el 21 de abril de 1879, recorre como fortinera el sur de Mendoza, el norte neuquino, Añelo y al finalizar la campaña (alrededor de 30 meses) se encontraba viviendo en Fuerte General Roca (Fiske Menuco)[5]

Instala su almacén de ramos generales con apenas 17/18 años y al verlo peligrar con la llegada del tren, decide irse con su caballo y una carreta para comenzar su vida de mercachifle hacia la Pampa central. Se instala un tiempo en La Copelina, recorre alrededor de catorce años diferentes pueblos de La Pampa, Río Negro y Neuquén, hasta que finalmente decide instalarse en la aguada, donde llegó sola con su caballo y estratégicamente arma su posta cerca de una fuente de agua en medio del desierto.

La aguada de Carmen Funes se convirtió en parada obligada para todo aquel que pasara hacia la capital neuquina, Zapala, la cordillera o Chile.

Las mujeres con las que había compartido su experiencia en el fortín ya habían encontrado sus destinos en Cobun Có, Estación Limay y General Roca.

Según un censo de la provincia del Neuquén entre el 23 y 24 de julio de 1895, ella figura como habitante de población rural.[6]

De este censo se puede deducir que, si tenía 33 años en 1895, habría nacido en el año 1862.

También se sustrae de documentación oficial, que ella obtiene la primera licencia comercial en el departamento Confluencia (Neuquén). Y el registro propio de marcas y señales para su ganado, lo que denota la importancia de su hacienda en ese tiempo.

Hay muchas explicaciones alrededor del origen de su apodo, uno de ellos menciona su hermosura que la caracterizó en sus años juveniles. O tal vez a la semejanza que encontraron los pobladores entre el pasto verde tan escaso en la zona de Plaza Huincul y Cutral Có con la presencia de doña Carmen Funes.

Otros mencionan su fresca belleza en la época de la expedición de 1879, en la que tendría 17 años.

“Hay muchas versiones al respecto. Yo me inclino a creer que la denominación viene de la costumbre que había en el ejército de marcar el pie derecho con pasto seco y el izquierdo con pasto verde, como Carmen Funes era zurda, de ahí el apodo.”[7]

Los apodos eran consecuencia del trato diario con los soldados que las ridiculizaron y hacían sufrir complejos de inferioridad, llamándolas despectivamente “chinas”, “cuarteleras”, “milicas”, “fortineras”.

“En ningún campamento oí llamar a las milicas por su propio nombre; todas tenían apodos a cuál más extravagante. Así ocurría que dos mujeres pedían permiso a la puerta del cuartel para entrar después de asamblea. El sargento de guardia, con toda naturalidad, comunicaba al oficial que la polla triste, la botón patria o la pasto verde, pedían licencia para entrar con tal objeto, o que la pastelera y la pocas pilchas se habían peleado y promovido escándalo”[8]

Se desconoce el porqué de su apodo, pero algo que sí se sabe, según las personas que la conocieron, era un apodo que a ella no le gustaba.

En 1903 obtuvo la licencia comercial que habilitó el almacén donde también se daba alojamiento y comida.

Con el paso de los años, su crecimiento e importancia que tomó el lugar hizo que recuperara la cabecera departamental según Decreto nacional. Su rancho fue residencia de las autoridades y permitió que allí funcionara el primer juzgado de paz y Registro civil de Plaza Huincul.[9]

Para abastecer la posta, Carmen Funes recibía las mercaderías de Chile y de los almacenes de ramos generales ubicados en la Confluencia.

Al multiplicarse las tareas, necesitó de peones que la ayudaran. Pantaleón Segundo Campos, cruzó la cordillera en busca de trabajo, oriundo de la región de Maule, nació en Cauquena el 5 de octubre de 1870.[10]

En el año 1898 (mismo año que Carmen Funes registró la marca para sus animales y se convirtió en criancera) se inscribió en el consulado de Chile en Chos Malal bajo el número 576 para desempeñarse como criancero.

Carmen Funes iba de veranada a las zonas de Quilea, Las Lajas, Covunco y durante la pastura, se quedaba en lo de Toloza donde Pantaleón era peón. Un metro setenta de estatura, fornido, moreno de ojos pardos que vestía bombacha ancha, sombrero, pañuelo al cuello y un saco marrón, encontró trabajo en la aguada y pronto se convirtió en el puntal que Carmen necesitaba.[11]

El 28 de diciembre de 1908, viajaron a Neuquén y se casaron ante el juez de paz suplente y encargado del Registro Civil don Antonio Radonich.

El matrimonio no tuvo hijos naturales, si algunos criados.[12]

Desde enero de 1914, el tren comenzó a pasar frente a la aguada. En 1915 llega el Ingeniero Cánepa para llevar adelante las primeras exploraciones en busca de petróleo, y ahí estaba Carmen Funes con 53 años, junto a su esposo y su amiga Juana Rosa Garrido.

La aguada fue el lugar de paso y estadía obligada para generales, soldados, comerciantes, arrieros, científicos, campesinos. A todos por igual, se les brindó agua, comida forraje para los animales, lugar para dormir, bailar o guitarrear en la cocina o fogones. Pasaron los generales Villegas, Rudecindo Roca y Olascoaga, los caciques Reuque Curá, Sayhueque y Namuncurá, ninguno delatado ante sus perseguidores y en los últimos años los ferroviarios y petroleros con sus familias.

Cuando se comenzó con los estudios del suelo en busca del “oro negro”, Carmen no estaba muy de acuerdo según dichos de las personas que la conocieron:

“... Eso del “pitróleo” a ella no le hacía ninguna gracia. Por el contrario, abrigaba el firme convencimiento que significaba la precipitación de su partida de la aguada: “Lo veo fiero lo del pitróleo; no me parece bien que la gente curiosee lo que guarda Dios dentro de la tierra”.[13]

A pesar de su descontento, no dudó en atender tanto al ingeniero Cánepa como a sus técnicos. El 15 de noviembre de 1916 a Carmen Funes le quedaba un mes de vida, mientras que en el ático de perforación se anotara “En la inyección se anotaron mancha de petróleo”. El 15 de diciembre de 1916, fallece Carmen Funes, sin asistencia médica a consecuencia de una fuerte fiebre, con 54 años. El petróleo salió del pozo número 1 en octubre de 1918.[14]



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