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La Revolución Delirante



La Revolución Delirante es un movimiento de profesionales de la Salud Mental fundado en 2011. Está en línea con las acciones de ‘Psiquiatría democrática‘ desarrolladas en Italia, línea que renueva de hecho la reforma psiquiátrica española de 1986.

En 2020 se funda la Editorial La Revolución Delirante. Su primer libro es un trabajo de Fernando Colina, Foucaultiana.

Este movimiento colectivo -La Revolución Delirante-, está constituido por jóvenes profesionales de la Salud Mental, libres de cualquier tipo de conflicto de intereses en todas sus actividades y prácticas clínicas. Fue fundado en 2011 por diversos miembros de dicha profesión, como Sergio González, Juan Pablo del Busto, Esmeralda Vegazo, Sara García Fernández, Celia Valdivieso, Ana Elúa Samaniego y Laura Martín López-Andrade.[1]

Varios miembros del colectivo[2]​ se formaron decisivamente en Italia (2009), con el grupo rupturista de psiquiatras de Trieste. En ese sentido son sucesores del cuestionamiento radical del manicomio realizado por el médico Franco Basaglia (1924-1980), el promotor de la promulgación de la Ley 180/1978 (incluida en 833/1978 de Salud Pública), que prohibía en Italia internar a personas en contra de su voluntad, así como de la apertura total del recinto hospitalario.[3]​ La herencia de Basaglia, desde Gorizia y Trieste, fue definitiva para su propia acción social-hospitalaria, y es un modelo clave para La Revolución Delirante.

Desde enero de 2013, una profesional del colectivo ha coordinado el 'Centro de Intervención Comunitaria', del Servicio de Psiquiatría del Hospital Río Hortega, donde realiza una labor innovadora con quienes han tenido experiencias divergentes.[1]​ Esta acción colectiva ha tenido eco ya en la prensa madrileña, así en un reportaje publicado en El País semanal.[4]

A. Elúa y L. Martín pertenecen a la junta directiva de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN), con sede en Madrid y fundada en 1924, para el periodo 2015-2018; y L. Martín es ahí la Directora de la Escuela de Salud Mental.[5]

Además, ya desde 2011, el grupo de La Revolución Delirante —cada vez más extenso— da formación multidisciplinar de los nuevos profesionales de la Salud Mental mediante jornadas anuales y seminarios de todo tipo, con participación y repercusión nacionales. Destacan el "Curso de Psicopatología e Intervención Comunitaria", en colaboración con el Colegio de Médicos de Valladolid (abril-junio 2013), y ciertos Seminarios de Psicopatología, como "Estructuras clínicas y de personalidad", de Barcelona (junio de 2013), o sobre todo el "Curso de Psicopatología Clínica e Intervención Comunitaria", de La Revolución Delirante y La Escuela de Salud Mental de la AEN, en el Colegio de Médicos de Madrid (de octubre de 2015 a junio de 2016, que prosigue en esos meses de 2016-2017).

Ha creado, en 2014, la Revista La Revolución Delirante, lugar digital para el intercambio de conocimiento independiente, en su rama, pero con una visión socio-cultural de amplio espectro.

La Revolución Delirante fomenta una especie de "lucha social" por restablecer la libertad de personas con experiencias divergentes, pero dentro de la comunidad propia, para así combatir el "estigma" que padecen. Puesto que se necesita para ello un trabajo y una aceptación colectivos, proporciona una formación rigurosa, abierta e independiente de los profesionales en salud mental.[6]​ Por ello ha merecido el Premio de la Fundación Intras, en 2015, creada para la investigación y desarrollo en el área de salud mental.[7]

Como Basaglia, el grupo de La Revolución Delirante rehúye el modelo biomédico y sigue el modelo psicopatológico, en “defensa de la emancipación de la locura”: de hecho, propone utilizar la idea de "locura" —con un carácter público y natural— frente a "enfermedad mental", que es estigmatizador. La locura está situada de la normalidad: es una parte de cada persona (y de la sociedad), como hizo ver Michel Foucault, al tiempo que lo señalaron los médicos que trabajaban con Basaglia.

El grupo implica a todas las ramas de estudio o de trabajo para concienciar a la sociedad de que debe 'individualizar' el tratamiento de personas con experiencias divergentes , en lugar de 'categorizar' su situación. Propugnan que haya contacto habitual con las personas con experiencias divergentes para comprobar que nada especial ocurre junto a ellas. Pues se trata de "desdibujar" la jerarquía entre paciente y facultativo, de modo que una relación emancipada de los pacientes con los profesionales de salud mental suponga un "campo de entrenamiento" para el futuro, para su relación con la sociedad.[8]

Sus actividades cuentan con la participación tanto de profesionales, como de pacientes y familiares, y todo tipo de personas inquietas socialmente o abiertas culturalmente. El grupo, que ha logrado reunir a cientos de personas en los encuentros anuales, no nació con vocación asociativa, sino que cumplió con este trámite legal por cuestiones prácticas: lo que le intenta es suministrar una información que incumba a toda la sociedad.

Organiza sucesivos eventos culturales para acercar entre sí la locura y la sociedad.La Revolución Delirante procura, en suma, que se amplíe la conciencia de uno mismo, rompiendo con la pasiva aceptación de la llamada "enfermedad mental". Precisamente esa apertura se percibe en sus actividades culturales, por ejemplo las realizadas de continuo con el Museo Nacional de Escultura, además de las otras reuniones y presentaciones públicas.

La reforma psiquiátrica de los ochenta se plasmó en la Ley General de Sanidad 4/1986, que significó la progresiva conversión de los manicomios en centros de rehabilitación, y finalmente su cierre e integración del personal en servicios hospitalarios de Salud Mental. Uno de tantas reconversiones se realizó en el secular Hospital Psiquiátrico vallisoletano dirigido por Fernando Colina, hasta su desaparición: este médico, reactivador de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN) y maestro de varias generaciones, ha marcado al colectivo con su enseñanza, apoya a los nuevos profesionales.

Basada en un modelo asistencial comunitario, claramente influenciado por la acción reformista basagliana -aún vigente en Trieste-, La Revolución Delirante quiere reimpulsar y dar continuidad a la Reforma Psiquiátrica española, llevada a cabo en la década de los 80, y paralizada en los últimos lustros para lo que se propone tres objetivos que constituyen el eje principal de su actividad crítica de la Psiquiatría contemporánea: 1) Crear espacios de encuentro clínicos abiertos a todos, que fomenten el debate y el cuestionamiento del modelo actual de la Salud Mental. 2) Potenciar la formación en psicopatología clásica y favorecer la visión más humanista y subjetiva de la persona con experiencias divergentes. 3) Acercar la locura y la Salud Mental a la comunidad para su mutua interacción.[9]

Véase ahora: Manual de Psicopatología, AEN, 2018, de Laura Martín López-Andrade con Fernando Colina.

Cursos “largos” se han desarrollado en Madrid (2015–2016); Madrid (2016–2017); Valencia (2017, en colaboración con la AEN–Profesionales de la Salud Mental del Pais Valencià); Barcelona (2017–2018, en colaboración con la AEN–Profesionales de la Salud Mental Catalana); Madrid (2018); Barcelona (2019, en colaboración con la AEN-Profesionales de la Salud Mental Catalana). Más uno, actual, que se desarrolla en Málaga (2019–2020).

La Revolución Delirante canal de usuario en YouTube.



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