La caza de la avestruz es un grabado al aguafuerte de Blai Ametller a partir de un dibujo de Pasqual Pere Moles, impreso en 1803 en la Calcografía Nacional como estampa suelta, de la que se conservan ejemplares, entre otros, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo de Bellas Artes de Córdoba y el Museo de Jaén.
El tema de la caza de la avestruz fue uno de los motivos más visitados por los grabadores de épocas anteriores, hasta el punto de convertirse en un lugar común en el repertorio figurativo de los grabadores de los siglos XVI y XVII, entre los cuales sobresalen, atendida su indudable fortuna, Antonio Tempesta y Philippe Galle, autores de escenas centradas en esta actividad cinegética y que en el siglo XVIII popularizó Carle Vanloo, autor de una tela pintada el 1738 que formó parte del conjunto decorativo que, centrado en la iconografía de las cazas exóticas, encargó el rey Luis XV para la decoración del palacio de Versalles. Precisamente, el grabado de Ametller, que había sido dibujado por Pasqual Pere Moles durante su estancia formativa en París entre 1768 y 1774, reproduce la pintura de Vanloo; por lo tanto, es errónea la inscripción que el mismo grabador incluyó al pie de la estampa y que atribuía la pintura a François Boucher. El año 1803, la Real Calcografía de Madrid encargó la conclusión del grabado a Ametller.
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