La consagración de la primavera (en francés, Le Sacre du printemps; en ruso, «Весна священная», Vesná svyaschénnaya) es un ballet y obra de concierto orquestal del compositor ruso Ígor Stravinski. Fue escrito para la temporada 1913 en París de la compañía Ballets Rusos de Serguéi Diáguilev; la coreografía original fue creada por Vaslav Nijinsky, con escenografía y vestuario de Nicholas Roerich. Cuando fue estrenado, en el Teatro de los Campos Elíseos el 29 de mayo de 1913, el carácter vanguardista de la música y la coreografía causó sensación y un casi disturbio en la audiencia. Aunque se diseñó como una obra para el escenario, con pasajes específicos acompañando los personajes y la acción, la música alcanzó igual o incluso mayor reconocimiento como una pieza de concierto, y es ampliamente considerada como una de las obras musicales más influyentes del siglo XX.
Stravinsky era un joven, prácticamente desconocido compositor cuando Diáguilev lo reclutó para crear trabajos para los Ballets Rusos. La consagración fue el tercer proyecto de este tipo, después del aclamado El pájaro de fuego (1910) y Petrushka (1910). El concepto detrás de La consagración de la primavera, desarrollado por Roerich desde la idea de esquema de Stravinsky, es sugerido por su subtítulo, «Imágenes de la Rusia pagana en dos partes»; en el escenario, después de varios rituales primitivos que celebran la llegada de la primavera, una joven es elegida como víctima sacrificial y baila hasta morir. Después de una recepción crítica mixta para su funcionamiento original y una breve gira en Londres, el ballet no se realizó de nuevo hasta la década de 1920, cuando una versión con coreografía de Léonide Massine reemplazó la original de Nijinsky. El trabajo de Massine fue el precursor de muchas producciones innovadoras dirigidas por los principales maestros de ballet del mundo, que le dieron al trabajo aceptación mundial. En la década de 1980, la coreografía original de Nijinsky, creída durante mucho tiempo perdida, fue reconstruida por el Joffrey Ballet en Los Ángeles, California.
La partitura de Stravinsky contiene muchas características novedosas para la época, incluyendo experimentos en la tonalidad, métrica, ritmo, acentuación y disonancia. Los analistas han notado en la partitura una base significativa en la música folclórica rusa, una relación que Stravinsky tendía a negar. La música ha influenciado a muchos de los principales compositores del siglo XX, y es una de las obras más grabadas en el repertorio clásico.
La consagración de la primavera es una obra musical para orquesta compuesta en 1913 por el compositor ruso Ígor Stravinski. El autor la compuso como parte integrante de la serie de ballets creados para la compañía de Serguéi Diáguilev, «Les Ballets Russes», presentados en París en la década de 1910, entre los que también se encuentran El pájaro de fuego y Petrushka.
La obra se divide en dos actos:
La obra describe la historia, sucedida en la Rusia antigua, del rapto y sacrificio pagano de una doncella al inicio de la primavera, la cual debía bailar hasta su muerte a fin de obtener la benevolencia de los dioses al comienzo de la nueva estación. Para ello, se sirve de imágenes musicales de gran plasticidad, evocando escenas primitivas en cuanto a diversos ámbitos de la vida.
A diferencia de los ballets anteriores, obras más «rusas» y menos «rupturistas», Stravinski se atrevió, en esta obra, a innovar más de cuanto la corriente modernista francesa (una de las vanguardias en aquel momento) se había atrevido a hacer. Su estreno, como podía esperarse, supuso un estrepitoso fracaso: el público comenzó a abuchear la obra cuando esta aún no había finalizado. La crítica, por su parte, estaba dividida entre los maravillados modernistas franceses, y los reaccionarios autores románticos y posrománticos, que la consideraron como una sucesión estruendosa e incomprensible de sonidos y ruidos.
La innovación de esta obra se produjo fundamentalmente en varios ámbitos musicales:
Debido a su condición de primera obra claramente rupturista, y a la dificultad de su audición (especialmente para los oídos acostumbrados a los compases barrocos, neoclásicos y románticos), esta obra puede considerarse para el oyente como una obra inicial de la música clásica del siglo XX. A partir de Stravinski, el estilo rupturista domina todo el panorama musical europeo en todas sus dimensiones, como la melodía, la forma y el timbre. De hecho, en ninguna otra obra de Stravinski se encuentra la misma voluntad de romper deliberadamente contra todo lo anterior, por lo que el escándalo de esta obra no se repetiría.
Stravinsky orquestó esta obra usando todos los registros de los instrumentos desde el grave hasta el sobreagudo, explorando los timbres poco usados. El ejemplo más claro de esto es al comienzo de la obra con el solo de fagot en el registro sobreagudo.
También usó instrumentos que rara vez integraban una orquesta sinfónica, como el güiro o la trompeta piccolo.
La Consagración de la primavera supuso en el ámbito de la danza un cambio radical con la tradición de los Ballets Rusos y con la tradición del Ballet Clásico. Es la pieza de danza del Siglo XX por excelencia, la coreografía original de Nijinski se perdió y, a través, de notas y dibujos, se pudo reconstruir lo más fielmente posible en 1987 en el Joffrey Ballet.
El ballet ha sido coreografiado por la mayoría de las grandes personalidades del mundo de la danza como Maurice Béjart en 1972, Pina Bausch en 1975 o Xavier Le Roy en 2007.
El primer proyecto pedagógico de la Orquesta Filarmónica de Berlín, dirigida por Sir Simon Rattle, y el grupo de baile de Royston Maldoom trata de que un grupo de 250 jóvenes ajenos hasta ese momento a la música clásica logren tras un intenso entrenamiento bailar La consagración de la primavera. El proyecto fue llevado al cine, en una producción alemana del año 2004, dirigida por T. Grube y E. Sánchez Lansch, titulada Rhythm is it! («¡Esto es ritmo!»).
Asimismo, esta pieza musical participa en la gran película de dibujos animados de Disney Fantasía, estrenada en el año de 1940. Esta nos narra la historia de la evolución de la Tierra desde el principio de los tiempos. Muestra las etapas desde las primeras moléculas a los dinosaurios pasando por cada una de las etapas. La banda sonora original de la obra de Stravinsky fue editada para su uso en Fantasía. La primera parte se redujo considerablemente y el solo de fagot de apertura se repite al final. Por otra parte, el final del segundo acto (La Danse Sacrle) se omitió por completo, ya que después de L'Action Rituelle des ancètres la música se remonta y que se divide en dos partes y, por último, alterna entre los dos últimos movimientos (La Adoración de la Terre y La Danse de la Terre).
El estreno fue recreado con gran realismo en la película de 2009 "Coco Chanel & Igor Stravinsky", dirigida por Jan Kounen.
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