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La fedeltà premiata



La fedeltà premiata (La fidelidad recompensada) es una ópera en tres actos de Joseph Haydn que se estrenó en Eszterháza el 25 de febrero de 1781 para conmemorar la reapertura del teatro de la corte después de un incendio. Fue revisada para una nueva versión estrenada en 1782.

El principal teatro de ópera anexo al palacio de Eszterháza quedó destruido por un incendio en noviembre de 1779; La fedeltà premiata, compuesta en 1780, inauguró el nuevo teatro de vanguardia en los terrenos que se iauguró después de grandes retrasos 15 meses. La ópera se escribió durante el período más prolífico de la composición operística de Haydn entre 1773 y 1783 cuando él compuso ocho óperas italianas.

El libreto fue adaptado por Haydn y un colega anónimo a partir del de Giambattista's Lorenzi L'infedeltà fedele, que había musicado Cimarosa en 1779. Haydn tuvo acceso a la partitura de Cimarosa,[1]​ aunque el dialecto napolitano y las groseras bromas se quitaron y los nueve personajes en la anterior composición quedaron reducidos a ocho al unir dos roles femeninos.[2]​ En su versión revisada y acortada, La fedeltà premiata recibe el nombre de dramma pastorale giocoso (una ópera cómica con elementos pastorales).

La ópera se repuso dos veces en Eszterháza después de 1782. En diciembre de 1784, Mozart acudió a una producción en alemán en el Theater am Kärntnertor en Viena,[3]​ obra de su futuro colaborador Emanuel Schikaneder.[4]​ La influencia que ejerció sobre Mozart es innegable, como se ve en algunos motivos temáticos que demuestran la profunda impresión que produjo en el genio Salzburgués (motivos que reaparecen en Don Giovanni, La Flauta Mágica o el concierto para piano nº 27). Sin embargo, después de algunas interpretaciones en Presburgo en 1785–87,[2]​ como ocurrió con todas las óperas de Haydn, desapareció completamente de la escena después de su muerte. Sin duda su aislamiento en Eszterháza limitó la difusión de sus grandes óperas.

En 1958, la BBC retransmitió extractos de un manuscrito incompleto.[5]​ La primera representación moderna tuvo lugar en el Festival de Holanda en 1970 y la primera grabación completa la hizo Philips en 1976 en asociación con la Radio Suisse Romande y la Unión Europea de Radiodifusión.[5]​ La producción escénica de Glyndebourne de 1979 iba a ser grabada por Southern Television.[6]

La ópera se estrenó en Múnich en el Teatro de Cuvilliés el 25 de marzo de 2011 – 230 años después del Idomeneo de Mozart, su exacto contemporáneo, estrenado en ese local. Christopher Ward dirigió una interpretación por la Orquesta Estatal de Baviera y cantantes de la Ópera Estatal de Baviera.

Esta ópera rara vez se representa en la actualidad; en las estadísticas de Operabase aparece con 19 representaciones en el período 2008-2018.

La ópera es el género desde el cual se ha ejercido preferentemente la crítica social; desde la “Serva Padrona” de Pergolesi, en la segunda mitad del s. XVIII, este ejercicio de denuncia social va en aumento, las ideas de “La Ilustración” calan en el ambiente y los artistas se convierten en los principales propagadores de los nuevos ideales de justicia social y dignidad laboral. Haydn con su sentido inquebrantable de la justicia y la dignidad en relación con las clases más desfavorecidas, de las que él mismo provenía, utiliza el género para reivindicar estos valores, delante incluso de sus propios patrones, y no se amedrenta ante la posibilidad del despido, que supondría su ruina personal.

Con una astucia sin precedentes comienza a rebelarse ante las duras condiciones de trabajo propias y de sus músicos y realiza la primera “protesta sindical” de la historia de la música, su célebre Sinfonía nº 45 “Los adioses”, obra que coloca al príncipe Esterházy en una embarazosa situación que se resuelve a favor de Haydn y sus músicos, no pudiendo resistirse ante semejante genialidad.

De aquí en adelante no titubeará en volver a hacerlo con la misma elegancia y contundencia musical en sus óperas, llenas de elementos de crítica hacia el poder absoluto de los monarcas de la época, los abusos de la aristocracia, las peregrinas costumbres sociales, los manejos de la iglesia, los matrimonios de conveniencia, las relaciones posesivas, los celos enfermizos; todo un desfile temático que expone frente a sus mecenas, a través de las peripecias de unos personajes de carne y hueso inmersos en sus pasiones y enredos que convierten a sus óperas en verdaderos mensajes de humanidad.

“La Fedeltà Premiata” destaca en este aspecto de crítica social, dirigida en este caso hacia la iglesia, en un feroz ataque contra las intrigas, ambiciones y abusos que él consideraba impropios de una institución que tenía que estar al servicio de los creyentes, de los valores universales y la verdad. Personificada la institución religiosa en la figura del sacerdote Melibeo, esta ópera pone de manifiesto cómo una supuesta ley divina, unida a la superstición y el miedo, pueden llevar a toda una comunidad al paroxismo.

Haydn utiliza un lenguaje en el que el dramatismo se mezcla con la comedia y el esperpento, consiguiendo una fusión de registros y sentimientos insuperable, revelándonos la verdadera condición humana y sus contradicciones. La salvación ya solo puede obrarse por medio de la razón y la comprensión madura del verdadero mensaje religioso. Estos valores sitúan a Haydn en la cúspide del movimiento artístico “liberal e ilustrado”, convirtiéndolo en el gran músico moderno que asumió las grandes conquistas de este movimiento y su pensamiento revolucionario.

Esta ópera es un prodigio de lirismo y energía, la música mantiene un pulso firme y está llena de contrastes e innovaciones; ya desde la famosa obertura intuimos el ritmo trepidante de la obra. Es un dramma giocoso de ambiente pastoral. El tono de la ópera oscila entre lo bufo hilarante hasta lo serio e incluso dramático, los personajes se muestran ambiguos y contradictorios, muy alejados de los estereotipos tradicionales.

La obertura es un apoteósico movimiento orquestal del género "de caccia" (caza) de ritmo frenético y vitalidad desbordante. Esta pieza mundialmente conocida, nos prepara magistralmente para el ambiente pastoral que impera a lo largo de la obra.

La Introduzzione es una gran escena en la que alterna el coro con los solistas, en una alabanza a la diosa Diana. Intercala un recitativo accompagnato y un hermoso arioso de Amaranta (Prendi, prendi o Diana) que, cual sacerdotisa a lo "Norma" de Bellini, esconde sus verdaderas intenciones. Esta estructura original y moderna es solo el preámbulo de las innumerables novedades que aparecen a lo largo de la partitura. Las arias que se suceden son el motor de la ópera y mantienen un ritmo tonificante, muy alejado de las óperas de la época, más estáticas. En ellas la caracterización de personajes sitúa a Haydn por encima de sus contemporáneos, creando retratos llenos de vida y también de contradicciones, muy en línea con la psicología moderna.

Entre las novedades que introduce Haydn cabe destacar:

Pero donde Haydn revoluciona definitivamente el género operístico es en los grandes finales de acto. Tanto el finale del acto 1º como el del acto 2º son de enormes dimensiones, sus partes se articulan en intervalos de 3ª conformando fragmentos de gran nervio dramático y teatral en los que se van sumando sucesivamente los diferentes personajes hasta alcanzar un clímax final, todo ello potenciado con el lenguaje sinfónico de la orquesta haydniana. De estos grandes finales tomará nota Mozart para intentar lograr algo parecido en sus últimas óperas, con mayor o menor fortuna (salvo los espléndidos finale de "Don Giovanni" en general no alcanzan la modernidad estructural, sinfónica y teatral del prototipo haydniano y su energía acumulativa).

Todos estos elementos hacen de "La Fedeltà Premiata" una de las auténticas obras maestras del s. XVIII. Bien sabía Haydn de la importancia de esta obra para el género operístico cuando hizo la siguiente afirmación: "Les aseguro que nunca hasta ahora se ha escuchado una obra de este tipo en París, y menos aún en Viena, mi desgracia es que vivo en el campo".

1 flauta, 2 oboes, 1 fagot, 3 trompas (1781), 2 trompetas, timbales, clave (continuo), cuerdas, coro mixto y solistas.

Referencias:[7][1]

(Director/Nerina/Amaranta/Celia/Fileno/Lindoro/Perrucchetto/Melibeo)




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