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Lagunas de Llolleo



Ojos de Mar de Llolleo son tres cuerpos de agua costeros pertenecientes a la cuenca del Río Maipo, ubicados en la comuna de San Antonio, Provincia de San Antonio, Región de Valparaíso, Chile.

Las lagunas, conocidas popularmente como Ojos de Mar de Llolleo, están conformadas por dos mayores (laguna sur de 6,40 hectáreas y laguna norte de 6,78 ha) y una menor (1,36 ha). Son cuerpos de formación reciente producto de una antigua laguna costera que en el año 1948 se separó de la desembocadura del río Maipo a causa de la construcción del molo sur del Puerto de San Antonio.[1]

El origen de la palabra Llolleo, viene del mapudungún, cuyo significado etimológico es Llolle: ´instrumento de pesca´ y Hue: ´lugar´, lo que en castellano significa lugar de llolles, pues los nativos de la Cultura Aconcagua que ocuparon el lugar lo utilizaban para pescar con llollewes.

Geográficamente, esta laguna litoral, surgió con el inicio de las obras para regular la desembocadura del Río Maipo en el año 1939; la que, hasta entonces, se localizaba más al norte, dejando de superficie una barra de arena litoral de —aproximadamente— dos kilómetros de largo.

Es en 1947 que la escollera construida en la orilla norte de la boca del Río Maipo enderezó la desembocadura. Esto provocó un aislamiento del cuerpo de agua que dio origen a la formación de la Laguna Llolleo, la que se mantiene hasta la actualidad —aparentemente— debido a los aportes de aguas subterráneas.[2]

A partir de 1970 su superficie comenzó a reducir,[3]​ junto con la desaparición de la población Juan Aspee.[4]​ El humedal fue perdiendo sus características naturales y áreas de vegas aledañas, debido a que tras el terremoto de 1985 se rellenaron con escombros las riberas

as del sector este, perdiendo así: parte de la superficie, las características prístinas del lugar y las zonas de nidificación de aves acuáticas.

El sector se ha seguido degradando y contaminando al ser utilizado como vertedero y sitio de escombros. Pese a ello, la biodiversidad aún está presente en el humedal.[5]

El Ministerio de Bienes Nacionales en 1998, entrega a la Empresa Portuaria San Antonio[6]​ (EPSA) 100 ha del territorio que yace alrededor de la laguna, llegando casi a la ribera norte de la desembocadura del Río Maipo; territorio considerado como humedal de gran importancia para la biodiversidad.[7]

El sector de los Ojos de Mar de Llolleo fue el más afectado por el tsunami del 27 de febrero de 2010 dentro de la localidad.[8]​ Las tres lagunas costeras fueron afectadas en diversa medida; fue arrasada la barra de arena en la desembocadura del Maipo, se reveló la presencia de residuos sólidos domiciliarios estratificados y residuos hospitalarios en un botadero de escombros y la desaparición de 150 cabañas de material ligero.[9]

Cuerpo de agua del sector norte del Humedal Laguna Llolleo. Imagen tomada en Julio de 2020, agradecimientos a José Luis Brito Montero.

Cuerpo de agua del sector norte del Humedal Laguna Llolleo. Imagen tomada en Junio de 2020, agradecimientos a José Luis Brito Montero.

Humedal Laguna Llolleo, conocido popularmente como Ojos de Mar de Llolleo. Imagen tomada en Junio de 2020, agradecimientos a José Luis Brito Montero.

Humedal Laguna Llolleo, se identifican: algunos de los peces del cuerpo de agua y diversa flora que contiene el humedal. Imagen tomada en Julio de 2020, agradecimientos a José Luis Brito Montero.

Uno de los primeros arqueólogos que estudiaron el sector de la Laguna Llolleo fue Aureliano Oyarzún Navarro, cuya investigación expone la gran actividad de pesca y cacería que tuvieron los nativos del lugar. Oyarzún menciona en una de sus obras el hallazgo de objetos e instrumentos nativos utilizados en aquel lugar, tal como una pesa de red para pesca, entre otros, que encontró en los conchales arqueológicos.[10]

Los kjoekkenmoeddinger o conchales arqueológicos —hoy ya inexistentes— han demostrado la gran actividad en labores de pesca y cacería en el sector, ya que en ellos se han encontrado numerosas puntas de flechas, dando cuenta que la actividad nativa estaba presente en el humedal.

El registro de estos conchales arqueológicos es evidencia directa de que el humedal era muy rico en biodiversidad, siendo utilizado por los nativos para cazar y obtener diversos recursos para su existencia, tales como capturas de peces, caza de aves, anfibios, reptiles, entre otros.[11]

Según los Censos Neotropicales de Aves Acuáticas,[12]​ realizados por la Unión de Ornitólogos de Chile, diversas especies de vertebrados se encuentran presentes en distintas épocas del año.[13]

Se contabilizan 83 especies de vertebrados, clasificados en cinco especies de mamíferos (tres nativos), cinco especies de peces (dos nativos), tres especies de reptíles (una lagartija y dos culebras nativas), tres especies de anfibios (uno nativo) y 67 especies de aves (64 nativas). Siete de estas especies se encuentran en la categoría de Conservación Vulnerable (un ave, un mamífero, tres reptíles, dos anfibios y un pez).[14]

La Laguna de Llolleo es un humedal que se constituye como refugio, sitio de nidificación, de alimentación y de descanso para varias especies de vertebrados que se localizan en el sector; también es aprovechado por numerosas especies de aves migratorias que utilizan el humedal.

Corresponde a vegetación siempreverde en algunos sectores de la ribera como totora (scirpus californicus), caña común (arundo donax L.) y junco (juncus sp.). En el sector SW concentra presencia de doca (carpobrotus aequilaterus) y de brea o chilquilla (pluchea absinthioides), romaza (rumex cuneifolius) y galega (galega officinalis). Se encuentran también especies rastreras como la correvuela (convolvulus arvensis). El resto de especies se constituye por pastos duros y gramíneas varias. En el sector aledaño al camping hay arbustos como el mioporo (myoporum laetus G.) y plantas ornamentales.

La vegetación se ubica en la orilla W de la laguna. Está compuesta de especies herbáceas que forman un pequeño cordón. Entre ellas se encuentran especies: doca (carpobrotus aequilaterus), hierba del chancho (hypochoeris sp.), chépica - clonqui (ambrosia chamissonis), yuyo (brassica campestris), botón de oro (cotula coronopifolia), manzanillón (chrysanthemum coronarium l.), además de pastos duros pastos duros y varias especies de malezas.

Según el estudio de la frecuencia en el sector, ubicado en el S de la laguna sur y W de la laguna menor. El pajonal de este humedal se encuentra representado mayoritariamente por las especies junco (scirpus sp) con FR = 70%, grama salada (Distichlis spicata) con FR = 70% Y doca (carpobrotus aequilaterus) con FR = 50%. Además, se registraron en los cuadrantes especies como el vautro (baccharis concava), chépica - clonqui (ambrosia chamissonis), hierba de la perlilla (margyricarpus pinnatus) y brea, chilquilla, soroma, peri (pluchea absinthioides).

En este sector se registró una mayor abundancia de la especie: doca (carpobrotus aequilaterus) FR = 90%, seguida de la grama salada (distichlis spicata) FR = 60% y el clonqui (ambrosia chamissonis) FR = 60%. En menor escala se encuentran el vautro (baccharis concava), hierba de la perlilla (margyricarpus pinnatus), junco (scirpus sp), brea, chilquilla, soroma, peri (pluchea absinthioides), chocho (lupinus arboreus), y el yuyo (brassica campestris).

Si bien es abundante y predominante en el lugar, en la mayor parte del sector se encuentra altamente degradada —o simplemente desaparecida— por la intervención humana y los efectos de tsunamis. La mayor abundancia de especies la registra la chépica o clonqui (ambrosia chamissonis) con un 100% de FR, seguida por la doca (carpobrotus aequilaterus) FR de 70% y la grama salada (distichlis spicata) FR de 60%. En los cuadrantes se registraron especies en menor abundancia: hierba de la perlilla (margyricarpus pinnatus), junco (scirpus sp., aster squamatus). y el vautro (baccharis concava).

En el área se encuentra el sapo africano (xenopus laevis) un anfibio introducido. Los reptiles están representados por tres tipos de lagartijas (liolaemus lemniscatus, lLiolaemus chiliensis y liolaemus nitidus) y dos tipos de culebras (philodryas chamissonis y tachymenis chilensis). Los micromamíferos, son, en su mayoría, especies introducidas como la laucha (Mus musculus) y rata negra (rattus rattus). Dentro de los macromamíferos destaca la presencia del roedor nativo coipo (myocastor coypus).[15]​ También hay presencia de especies migratorias como cisnes de cuello negro, garzas y patos silvestre.

Actualmente este vasto territorio rico en fauna y vegetación silvestre —prácticamente— es el único humedal que tiene vida, pues los Humedales el Yali y el Peral presentan una severa sequía. En cambio, la Laguna de Llolleo en San Antonio, aunque experimenta una disminución en sus caudales, permanece viva, debido a que está ubicada frente y bajo el nivel del mar Esta particularidad le permite autoabastecerse de agua a través de napas submarinas.

La gran variedad de vida natural del sistema ecológico que isustenta la Laguna de Llolleo debe ser preservada y protegida por la comunidad.

Conocido también como Mega Puerto o Puerto Exterior de San Antonio, en región de Valparaíso, Chile; tiene como finalidad el aumento en la capacidad de carga y transferencia, de la zona central del país. Su infraestructura incluye tecnología avanzada, para brindar un mejor servicio en los requerimientos de demanda (considerando que en los últimos años ha aumentado significativamente), con planes de acrecentar el comercio exterior en los próximos años y dinamizar el desarrollo económico. Este se defiende por la gran demanda que existe hasta la actualidad, destacando que si no se toman medidas de ampliación y mejoría de servicios; a la siguiente década el puerto: se verá superado.[20]

El proyecto altera significativamente el sistema natural de una serie morfológica local, que incluye terrazas marinas, terraza aluvial, el sistema estuarial del Río Maipo, playas y la Laguna Llolleo. Impactando directamente el sistema ecosistémico, tanto de: los cuerpos de agua, la playa, el sector de dunas y el de vegas aledañas; dándole fin al hábitat de cientos de animales nativos y silvestres.[21]

PGE altera no solo el ecosistema, sino que también, altera el desarrollo socio cultural de la comunidad, ya que la playa Llolleo que es un lugar de culto: al ser cementada para el proyecto: afecta directamente a las comunidades indígenas que desarrollan sus actividades culturales ahí, sin dejar fuera el desarrollo turístico y de recreación que se desarrolla hasta hoy —sobre todo— en periodo estival; que quedaría absolutamente imposibilitado.

La principal amenaza que en el año 2020 esta en boga por su gran impacto medio ambiental, es la que pone en riesgo el sector de llolleo en general; alterando ecosistema y biota del: humedal y sus cuerpos de agua, de dunas y vegas aledañas y también de la playa llolleo. Playa muy utilizada por la comunidad indígena de llolleo y comunidades indígenas de San Antonio; para realizar sus ceremonias religiosas y rituales culturales. Actividades culturales que corresponden al seguimiento prehispánico del Complejo Cultural Llo Lleo que residía en distintos sistemas ecológicos, preferentemente situados en terrazas costeras y fluviales; como lo es la playa llolleo.

Aquello es lo que motiva a las comunidades actuales del sector llolleo; a potenciar la valoración cultural que tiene el sector y a emprender medidas y llamados de participación ciudadana en búsqueda de promover la protección hacia la Laguna Llolleo. Protección necesaria y que en la actualidad está muy en boga, debido a que el proyecto PGE dentro de sus planes de construcción pretende cementar los cuerpos de agua del humedal, las dunas, vegas aledañas, y la playa misma; aun cuando está vigente la Ley N°21.202 Modifica diversos cuerpos legales con el objetivo de proteger los Humedales Urbanos.[22]

El reglamento establece la forma en que los distintos humedales urbanos (los que se encuentran dentro y alrededor de las ciudades y sus suburbios) se reconocerán como tales, ya sea por el Ministerio de Medio Ambiente actuando de oficio, como a partir de solicitudes hechas por los municipios. Por un lado el reglamento, obliga a que todos los municipios dicten ordenanzas de humedales, estableciendo los criterios mínimos de sustentabilidad definidos para redactar esas ordenanzas. Por otro, obliga a incluir a los humedales en los instrumentos de planificación territorial, modificando la ley de urbanismo. Además, establece que los proyectos que puedan afectar a un humedal, ingresen al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA)[23]​ con el fin de evaluar las actividades que afecten su ecosistema.

El Plan Regulador de Valparaíso (2014) define el sector de humedal urbano como: una zona de extensión urbana, pudiendo afectar la condición natural que lo caracteriza.[24]

Hasta la fecha este humedal no cuenta con ningún tipo de protección ni conservación.



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