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Lamashtu



Lamashtu (Lamaštu) o Labartu (nombres acadios), llamada también Dimme (en la mitología sumeria) era un demonio femenino en la mitología de los pueblos mesopotámicos. Era un demonio sumamente maligno, y por tanto muy temido.[2]

Se alimentaba de niños lactantes, a los que raptaba mientras dormían sus madres para comerse su carne y beberse su sangre. También era responsable de los abortos, que provocaba tocando siete veces el vientre de la madre gestante, y de la muerte de los niños en la cuna. También eran sus potenciales víctimas las madres y, ocasionalmente, hombres adultos a los que devoraba.

Era hija del dios An, y muy poderosa también por derecho propio. El único ser capaz de actuar contra ella era Pazuzu, su consorte. Por ello, para evitar su ataque, en los niños recién nacidos y en sus madres se colocaban amuletos con la imagen de Pazuzu.

Se la representaba con cuerpo peludo, cabeza de leona (a veces de pájaro[3]​) con orejas y dientes de burro, largos dedos con uñas también largas, y patas de pájaro con garras afiladas. A menudo se muestra montando un burro y amamantando un perro con el pecho derecho y un cerdo (a veces, otro perro) con el izquierdo, mientras sostiene serpientes (bicéfalas a veces) en ambas manos.

Dentro del juego de rol Pathfinder, Lamashtu es considerada la madre de los monstruos, y fuente de todo lo que es corrupto y bestial. Una deidad monstruosa y terrible nacida en las profundidades de la locura, tanto es una reina demoníaca y una madre venerada por los horrores que acechan en la noche. Las leyendas dicen que de su útero surgieron muchas de las razas monstruosas y maléficas de Golarion. Aunque los demonios mestizos "Trasgos" y "Gnoll" son sus progenies más conocidas, al final su terrible prole cuenta con demasiados como para enumerarlos. Su dominio sobre las bestias hace de los páramos un lugar temible, mientras sus pesadillas invaden la paz del sueño. En sus pensamientos gritan los incontables sueños de los locos, y en su voluntad yace la destrucción de todas las cosas.[cita requerida]

Se dice que rasgó su propio útero y se alimentó de él para tener poder sobre los Nonatos. Luego renegó de su propia carne consumiendo un millar de niños robados. Su leche puede alimentar, envenenar o incluso transformar a aquellos que la beban. Lamashtu roba la semilla de los hombres mientras estos duermen y luego la utiliza para crear demonios mestizos que más tarde envía para avergonzar y herir a sus padres. Se dice que su toque y aliento causa mortandad infantil y aquellos que lo sufren son asaltados por pesadillas. Su fin es crear mal y caos retorciendo la piel y los espíritus de todas las criaturas en cosas deformadas que no pueden ser vistas por inmaculados. No es una constructora de imperios o un señor de la guerra, solo desea corromper a los mortales hasta que el mundo entero sea su prole alterada, una enorme familia monstruosas solo dedicados a ella. Si su mundo está repleto de tribus en guerra, mucho mejor, ya que esto significa que siempre habrá una necesidad de muchos nacimientos para reponer a las filas de los caídos. Disfruta destruyendo a los más inocentes, ya sea mancillando su carne o contaminando sus mentes. Es considerada para muchos como una diosa de la fertilidad, pero aunque aquellos que la rezan seguramente han sobrevivido al parto, sus vástagos están inevitablemente mancillados. Ofrecerle a un recién nacido de alguien distinto como sacrificio para proteger al propio es una práctica aceptable para los desesperados, y muchas historias de cambiados (niños raptados y reemplazados con débiles especies de fatas) son en verdad niños alterados por Lamashtu que parecen normales y que entonces se transforman en la noche en monstruosidades.[cita requerida]

La madre de los monstruos posee dominio sobre todos los monstruos poco inteligentes. Asesinó al dios "Curchanus" y le robó su ámbito de la bestias, que es por lo cual las criaturas indómitas de las tierras salvajes consideran a la humanidad un enemigo. Muchos extraños y únicos monstruos surgen por su capricho, igual que disfruta moldeando la carne de criaturas radicalmente distinta para crear nuevos terrores. Estos atormentados monstruos pueden rezarle por ayuda, y a cambio de lealtad y ofrendas de niños recién nacidos (o a veces sencillamente leche materna o placenta, si está de buen humor), Lamashtu envía a sus seguidores a cazar infieles.[cita requerida]



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