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Lanjarón



Vista de Lanjarón

Extensión del municipio en la provincia.

Lanjarón es un municipio y localidad española de la provincia de Granada, en la comunidad autónoma de Andalucía. Se sitúa en la parte occidental de la Alpujarra Granadina, a unos 45 km de la capital provincial, en el sureste de la península ibérica. Limita con los municipios de Dílar, Capileira, Bubión, Cáñar, Órgiva, El Pinar, Lecrín, Nigüelas y Dúrcal. Gran parte del término municipal, cuya población asciende a 3503 habitantes (INE 2017), se encuentra en el parque nacional de Sierra Nevada.

No hay constancia de ocupación humana hasta el siglo XIII, cuando un grupo de colonizadores bereberes se asentaron aquí. Es posible que fuesen ellos quienes diesen el nombre al pueblo, que seguramente es una castellanización de "Al-lancharon", "lugar de manantiales" en árabe. Se trata de una formación aumentativa en -ón sobre una forma *lanjar, ella misma adaptación árabe (lal-angurun, langarun) de un colectivo abundancial en -ar del término prerromano, quizá celta lancha «lugar abundante en aguas y manantiales o charcos» (quizá en relación última con el latín lacus, «lago»). Es evidente que el significado del topónimo es especialmente apropiado al lugar. Compárese Lancha de Cenes (Granada, Granada) o incluso el doblete Lancharón, en Arenas de San Pedro (Ávila).[1]

Permanecería en manos musulmanas hasta la caída del Reino de Granada, en 1492, cuando pasó a manos cristianas, aunque se permitió permanecer en la localidad a sus originarios moradores. Precisamente ese sería el origen de los más turbulentos acontecimientos en la historia de Lanjarón con motivo de la rebelión de los moriscos. Eran estos los antiguos musulmanes convertidos al cristianismo a la fuerza. Se rebelaron a finales de 1568, en un vano intento por recuperar sus antiguas costumbres y religión.

Llegaron a Lanjarón los rebeldes el 26 de diciembre de dicho año, día posterior a la Navidad, y encontraron a los cristianos viejos, traídos para repoblar el reino, refugiados en la iglesia, temerosos de su suerte. Cercaron e incendiaron la misma y en ella perecieron, abrasadas, dieciséis personas, aparte del propio edificio que quedó completamente arruinado. Finalmente tropas enviadas por Felipe II bajo el mando de su ilegítimo hermano Don Juan de Austria acabaron con la rebelión.

No volvieron a repetirse tan luctuosos hechos en Lanjarón y la vida del pueblo continuó pacífica hasta nuestros días. A finales del siglo XIX sí que se registraron algunas convulsiones, pero esta vez por causas naturales, concretamente terremotos y epidemias de cólera que durante un tiempo asolaron la zona. Al fin entró el siglo XX pero con él no vino la industrialización, que no recaló en Lanjarón. Solo en el último tercio de siglo el turismo dio algo de resoplido a este pueblo.

La economía local estuvo tradicionalmente ligada a la agricultura, habiendo dejado paso últimamente al sector servicios, en concreto al turismo, y a un sector industrial representado por una sola industria, Aguas de Lanjarón.

Si Lanjarón es relativamente conocido en toda España es por la presencia de los diferentes manantiales de los que Aguas de Lanjarón extrae el agua que después vende. Las diferentes campañas promocionales, sobre todo a través de televisión, que esta empresa lleva a cabo, han proporcionado una cierta popularidad al nombre Lanjarón.

También fue importante su industria del mármol usados en monumentos como el Palacio de Peñaflor en la localidad sevillana de Écija.

     Deuda viva del Ayuntamiento de Lanjarón en miles de Euros según datos del Ministerio de Hacienda y Ad. Públicas.[2]

Tras las diferentes campañas televisivas de Aguas de Lanjarón es inevitable asociar el nombre del pueblo con el agua. Son numerosos los manantiales, nutridos con la nieve de Sierra Nevada, que se pueden encontrar en el término municipal, sobre todo en la falda del Cerro del Caballo, por encima del propio casco urbano.

Sus propiedades medicinales no fueron descubiertas hasta finales del siglo XVIII, y no comenzó su explotación comercial hasta finales del XIX, a cargo de la duquesa de Santoña, motrileña con intereses en Lanjarón. Ella inició la edificación de lo que con el tiempo se ha convertido en el actual edificio del balneario de Lanjarón, aunque la mayor parte de lo que ahora puede verse se debe a la familia Carrillo, burgueses santaferinos que expandieron su capital aquí.

Pasó con el tiempo por diferentes manos, de bancos sobre todo. Como negocio complementario se empezó a embotellar y vender el agua, pasando esta línea, con el tiempo, a ser la principal, quedando la de balnearioterapia como secundaria. Finalmente adquirió tanto la embotelladora como el balneario el grupo Danone, que desgajó ambas líneas de negocio vendiendo el balneario a un grupo inversor en el que participa uno de sus propios directivos y la Junta de Andalucía.[cita requerida]

Lanjarón tiene una serie de fuentes de agua fresca y potable, esparcidas por las calles y plazas. La mayoría tiene inscripta una frase breve o un poema, en general de Federico García Lorca, y los locales y visitantes las utilizan para beber y refrescarse.

Las fiestas del pueblo se celebran en torno al 24 de junio, día de San Juan el Bautista, abarcando generalmente el fin de semana más próximo, además del propio día del santo. En dichas fiestas destaca la celebración en la noche de San Juan, de la tradicional «carrera del agua» lo que contrasta con la tradición generalizada de celebrar esta noche alrededor del fuego.

Sin embargo, el patrón del pueblo es San Sebastián, cuya festividad se celebra el 20 de enero con una procesión.

También hay que destacar la Semana Santa, fechas en las que las Hermandades y Cofradías procesionan por las calles del pueblo. El Miércoles Santo con la Cofradía de Jesús del Ecce-Homo y María Santísima de la Salud y Esperanza, el Jueves Santo con la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Viernes Santo con la Cofradía del Santísimo Sacramento y Santo Entierro y la Hermandad de Nuestra Señora María Santísima de los Dolores y Soledad, Madrugá del Sábado Santo con la Hermandad de Nuestra Señora María Santísima de los Dolores y Soledad, Domingo de Resurrección, Procesión del Resucitado por las Hermandades y Cofradías de Lanjarón.

Fue sede del XIII Festival de Música Tradicional de la Alpujarra en 1994.



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