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Larache



Larache (en bereber: Leɛrayec, en árabe, العرايش‎) es una ciudad portuaria localizada en el noroeste de Marruecos. Es capital de la provincia epónima. Ubicada dentro de la región Tánger-Tetuán, está a unos 85 km de Tánger y a 105 km de Tetuán. Se encuentra situada en el litoral atlántico, en la margen izquierda del estuario del río Lucus.

Según el censo de 2004 tenía una población de 107 371 habitantes. En sus inmediaciones se encuentran las ruinas de Lixus, un asentamiento fenicio y posteriormente cartaginés que más tarde se convirtió en colonia romana y parte de la provincia romana de Mauritania Tingitana.

Larache se beneficia de un clima mediterráneo. Las temperaturas son cálidas en verano y suaves en invierno. Larache tiene de promedio entre 700 y 800 milímetros de lluvia al año. En cuanto a las temperaturas, entre 6 °C y 10 °C en invierno, y entre 27 °C y 35 °C en verano.

Antigua ciudad de Lixus (fenicia y cartaginesa). La leyenda quiere situar en Larache el mítico Jardín de las Hespérides, donde se encontraban las manzanas de oro guardadas por el dragón Ladón. La ciudad se considera como una prolongación geográfica e histórica natural de la antigua Lixus,[1]​ que está a tres kilómetros.

Larache fue fundada en el siglo VIII, concretamente en el año 828 según unas fuentes, en que el príncipe idrisí Mohámmed la entregó para su gobierno a su hermano Yahia ibn Idrís, cuando combatientes árabes instalados en Lixus extendieron sus campamentos sobre la otra orilla del río Lucus. En 1471, los portugueses establecidos en Arcila y Tánger remontaron la ría del Lucus y alcanzaron un peaje no lejos de la ciudad, donde edificaron una fortaleza, pero no llegaron a terminarla, porque fueron expulsados por los cabileños y el ejército magrebí mandado por Muley Nácer (dinastía wattásida), que ordenó construir unas murallas y un fuerte llamado "Al-Fath", o llamado también "Castillo de San Antonio" o "Leqbibat", con el objetivo de proteger Larache desde el mar y evitar más incursiones por el río.

El sultán saadita Áhmed Mansur Adahbi en 1578 construye un castillo en las afueras de la medina por la parte del campo, dándole de nombre "An-Nasr" (La Victoria), conocido más tarde por los españoles como el "Castillo de Nuestra Señora de Europa" o popularmente como el de "Las Cigüeñas". En 1610, el sultán Mohammed esh-Sheikh el-Mamún, derrotado por su rival Mawlay Zidan Abu Maali, dio la ciudad al monarca español Felipe III a cambio de su ayuda para recuperar el trono saadita. La ciudad volvió a ser puerto comercial y refugio de piratas. Larache, con el nombre de San Antonio de Alarache, permaneció en poder español hasta 1689, cuando fue conquistada por el segundo sultán alauí, Ismaíl de Marruecos.

En el reinado de Muley Mohámmed ibn Abdel·lah Larache conoció un desarrollo urbanístico y comercial muy importante. Mejoró las infraestructuras, ampliando y equipando el zoco de la ciudad, llamado popularmente "Zoco Chico" o "Sok Sguer" en árabe. Rehabilitó la primera mezquita de Larache. En 1820, la ciudad conoció un castigo y bombardeo por la flota austríaca, y en 1860 por unos buques españoles con motivo del conflicto que desembocó en la Guerra de África, surgido entre España y Marruecos. En 1860, Larache tenía unos 3500 habitantes, la mayoría musulmanes, puesto que de ellos solo 200 eran hebreos y 20 europeos, españoles, la mayoría.

El 8 de junio de 1911 desembarcaron en Larache las tropas españolas, después de 222 años de ausencia. Fue en este lugar donde murió el militar español Rafael Valenzuela Urzaiz, teniente coronel que perteneció a la Legión Española y que participó en la Guerra del Rif. El Protectorado Español de Marruecos estuvo vigente entre 1912 y 1956, tiempo en el que la imagen de Larache cambió mucho en todos los aspectos, urbanísticos y arquitectónicos, como la plaza de la Liberación, antigua plaza de España, el Balcón Atlántico, las nuevas avenidas y arterias de la ciudad. A partir de 1956 hasta la actualidad, Larache pierde muchas de las adquisiciones que tenía; como ser capital de provincia y región del Lukus. Tiene lugar la desaparición de la línea ferroviaria Larache-Alcazarquivir, la marginación de su puerto, la desaparición paulatina del legado hispanomarroquí y la no metamorfosis de la ciudad.

A la ciudad se accede a través de la calle Mohámed V, antigua Reina Victoria, principal arteria de la ciudad española, que llega hasta Plaza de España, hoy plaza de la Liberación, centro neurálgico de la ciudad, donde se unen la medina antigua y el ensanche. Plaza de España se construyó con la idea de crear una conexión entre la ciudad vieja y nueva; es de forma elíptica, para amoldarse a las murallas de la medina, está rodeada de edificios al estilo tradicional. La ciudad antigua en forma triangular se extiende entre el castillo de El-Kebibat, el de La Cigüeña y el puerto, en la antigüedad amurallada.

Entrando por la plaza de España se cruza la puerta de Bab Barra o de la Medina reformada durante el protectorado, accediendo a una plaza porticada, el Zoco Chico (siglo XVIII) o souk sgher, centro neurálgico del zoco, antigua plaza de armas, hoy zoco con arquerías restauradas por los españoles, la preside la mezquita Mayor, que se levantó en el siglo XVIII.

A la izquierda del Zoco Chico se encuentra la Madraza (siglo XVIII), antiguo fóndac, con amplio patio central, junto a ella la puerta del barrio de Kebibat (siglo XIX) que por la antigua calle Hospital, termina en el castillo del mismo nombre, también llamado Castillo de San Antonio construido por los saadíes en el siglo XVI como fortaleza para la defensa de la ciudad. Cierta fortaleza defensiva, fue habilitada por los españoles en 1911 como hospital provincial.

Si continuamos desde el Zoco Chico en dirección norte, nos encontramos la antigua Puerta de Mar al borde fluvial, antiguo varadero, hoy urbanizado con la construcción de una nueva avenida y terrenos portuarios. En dirección este, cerca de la antigua muralla, nos encontramos la mezquita Nasaría (siglo XVIII), el antiguo barrio judío, con sus casas de amplios balcones, la antigua iglesia de San José (1909), de estilo neogótico con una torre, hoy en ruinas, saliendo de la medina por la puerta del muelle (siglo XVII), las antiguas Atarazanas del siglo XVIII, con arcos de herradura, están todavía en uso, y el antiguo hospital de la Media Luna Roja, con su pequeña iglesia.

A la derecha del Zoco se encuentra la puerta de la Alcazaba (siglo XV),[2]​ con su fuente, una de las principales puertas de la ciudad en los siglos XV y XVI. Esta puerta da acceso a la calle Alcazaba, continuando por ella hacia el este se pasa por la plazuela y mezquita de Anwar siglos con alto alminar octogonal. Este edificio se asienta probablemente en un antiguo convento y cementerio cristiano de San Francisco.

Cerca, en la plaza del Majzén, donde se divisan espléndidas vistas del puerto y la colina de Lixus, se sitúan varios edificios notables. El primitivo alcázar (antigua Comandancia General), con la torre del reloj reformada por García de la Herrán, es obra fundamental del estilo neoárabe que floreció en el protectorado; hoy es conservatorio de música. En su interior, decorados, destacan el patio y las escaleras. Junto a esta antigua comandancia se halla el castillo de la Cigüeña, también conocido como "El-Laqaliq" (y otrora "Nuestra Señora de Europa"), construido en el siglo XVI por los saadíes. Su forma triangular y altas murallas recuerdan a los baluartes ceutíes; está rodeado por el llamado "Jardín de las Hespérides." Frente a estos edificios, y al borde de la ladera que domina el puerto, la defensiva "Torre del Judío" (siglo XV), ostenta el blasón de los Austrias y es en la actualidad museo arqueológico; su jardín se extiende hasta las murallas colindantes.

Está situada en la otra orilla de la desembocadura del río Lukus. Para llegar a ella, se puede atravesar el río en barca (cerca del puerto municipal) o ir en coche, en el que se tiene que recorrer unos 10 km para llegar a la playa.

Playa de Larache.

La disposición geográfica y la abundancia de oportunidades de explotación piscícola en Larache propició la construcción de un astillero en 1950 que sigue funcionando a día de hoy, siendo el último astillero artesanal de todo el país.[3]​ Fundado en sus inicios por el ebanista y calafate autodidacta Conrado de Sousa González, propició a la ciudad marroquí una importante expansión económica y laboral. O, como dice personalmente, “he sido un gran creador de empleo en Marruecos”. También dice “nunca he bebido y nunca he fumado, y por eso soy un fiera”.

En la actualidad, su descendencia directa mantiene el negocio a flote, que ahora tiene relaciones comerciales con el grande asiático. Gracias al fomento del empleo y la expansión económica que propició Conrado, Larache es archiconocida nacionalmente por la calidad de su pescado.

La tercera generación Conrado (en árabe dialectal, Kurrado) se encuentra actualmente en diáspora entre Sevilla, Málaga, Denver, Ceuta y Granada. Su nieta Dalila Sousa Dahbi es la primera larachense en pertenecer a la selección nacional de fútbol femenino marroquí,[4]​ por lo que fue reconocida en la ciudad con el premio de la Asociación de Deporte de Larache. Su nieta Laura Sousa Navarro es una sagaz emprendedora de diversos negocios artísticos, entre los cuales se halla fundar la primera sala de baile de tango del norte de Marruecos. Su nieto Agustín de Sousa García es uno de los primeros artistas PROI que vendió una de sus acuarelas en la inauguración de la Sala de Usos Múltiples de la Biblioteca Pública Adolfo Suárez de Ceuta.[5]

En Larache se encuentra la sede de la Asociación de Escritores Marroquíes en Lengua Española. También se encuentra en la ciudad la casa-museo de Mohamed Sibari, uno de los escritores marroquíes en español más importantes.

Durante la época del protectorado existieron en la ciudad equipos de fútbol tales como el Larache Club de Fútbol y la U.D. Las Navas.

Larache es el lugar en el que se ambienta la mayor parte de la literatura de Mohamed Sibari. Su libro Relatos de las Hespérides toma el nombre del jardín de las Hespérides de Larache y todos los relatos incluidos en el libro están ambientados en la ciudad.



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