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Las Puertas del Infierno (escultura)



La puerta del Infierno (en francés La Porte de l'Enfer) es un grupo escultórico monumental creado por el artista francés Auguste Rodin, con la colaboración de la escultora francesa Camille Claudel,[1]​ entre 1880 y 1917. La obra está compuesta por distintas figuras inspiradas principalmente en la Comedia de Dante Alighieri, Las flores del mal de Charles Baudelaire y por el libro Metamorfosis del poeta latino Ovidio.[2][3]

Aunque Rodin no logró ver la fundición de la obra,[4]​ después de su muerte se realizaron ocho fundiciones en bronce (originales múltiples) a partir del modelo en yeso. Estas versiones se encuentran en museos de Francia, Estados Unidos, Suiza, Japón, Corea del Sur y México.[5]

En 1871, al final de la Guerra franco-prusiana, Rodin se auto-exilió en Bruselas, Bélgica. Trabajó con el escultor Ernest Albert Carrier-Belleuse[6]:5 en piezas con un estilo decorativo e incluso academicista.[Nota 1]

En 1875 Rodin viajó por Italia y visitó Florencia para cumplir su deseo de estudiar a los escultores clásicos, particularmente a Miguel Ángel.[Nota 2]​ Durante este viaje, Rodin admiró obras que le servirían de inspiración para La Puerta:[8]:24:

En 1877, su padre Jean-Baptiste y su hijo no reconocido Auguste Beuret tuvieron problemas de salud, por lo que el artista y su pareja Rose Beuret regresaron a París.[6]:5-6 Ese mismo año realizó la escultura La Edad de bronce[7]:pos. 519 que representó su entrada al célebre Salón de París.

La Puerta del Infierno fue encargada a Rodin el 16 de agosto de 1880 por medio de una carta firmada por Jules Ferry, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes de Francia, y comunicado al artista a través de una misiva firmada por Edmond Turquet, entonces subsecretario de Bellas Artes.[9][8]:23 Según los términos de la comisión, Rodin recibiría 8000 francos por la ejecución de una puerta «adornada con bajorrelieves que representaran a la Divina Comedia de Dante».[6]:3 Ésta se tenía que colocar como entrada del futuro Museo de Artes Decorativas de París que seguiría el modelo del Museo de Victoria y Alberto en Londres. Aunque el proyecto nunca se concluyó, la antigua estación de ferrocarriles hoy es sede del Museo de Orsay.

A partir de 1880 empezó la incansable búsqueda del artista; algunos meses después pudo anunciarle a Turquet: «He hecho muchos dibujos y maquetas en barro que creo poder someter a su apreciación.». A esta etapa corresponden varios bocetos, hoy resguardados en el Museo Rodin de París, que dan cuenta de sus primeros estudios e inspiraciones. Según estos dibujos preparatorios dos «figuras colosales» flanquearían el portal: Adán y Eva.

En la primera etapa de creación es clara la referencia a la Puerta del Paraíso de Lorenzo Ghiberti; ambas se dividían en paneles con escenas del Génesis y de los círculos infernales respectivamente. Es imposible fechar con exactitud cada proyecto esculpido o dibujado por Rodin, aunque puede considerarse que estaba avanzado para 1883.[Nota 3]

Rodin creó tres maquetas de la obra:

El 11 de diciembre de 1881, Rodin anunció que planeaba la fundición de la puerta en 5 partes: dos pilastras, un entablamento o tímpano y dos hojas, pero fue hasta 1884 cuando concluyó el primer montaje general de La puerta y sacó pruebas en yeso de las obras que tenía listas en terracota.[14]

Las fuentes literarias que inspiraron La puerta son principalmente dos: la Comedia de Dante Alighieri y Las flores del mal de Charles Baudelaire, uno de los poetas malditos.

La influencia dantesca emerge en el tema del Infierno y en tres personajes:

La influencia de Baudelaire emerge sobre todo en la sinuosidad de las poses. El portal está poblado en su mayoría por mujeres cuya desesperación se expresa en formas seductoras. Cabe mencionar que el escultor ilustró entre 1887 y 1888 la primera edición de Las flores del mal perteneciente entonces al bibliófilo Gallimard. Este ejemplar se sumó al acervo de Museo Rodin en 1931 enriqueciendo así la vasta colección del artista. [15]​ La mayoría de los dibujos que ilustran los poemas fueron realizados por Rodin a partir de esculturas preexistentes. Gran parte de estas figuran en La puerta del Infierno.

Tratando de realizar una gran alegoría del amor y la condena. Tal vez, y dada la dedicación del autor una vez cancelado el encargo a esta obra inacabada, se trate de una reflexión sobre la condición humana, con sus luces y sombras. Romanticismo y simbolismo se aprecian en esta obra, que precisamente por su temática se aleja de los intereses de los impresionistas, a los que, sin embargo, se acerca dada su preocupación por los efectos de la luz y por afinidad artística y personal.

La primera descripción literaria del portal se remonta a 1885 cuando el escritor Octave Mirbeau le dedicó palabras memorables en el periódico La France. Los primeros documentos visuales datan de 1887 y son autoría de William Elborne. A partir de estos, siguieron varias reseñas. Todas estas testimonian cambios continuos de La puerta que ejemplifica la forma mentis y el modus operandi del artista, quien difícilmente consideraba acabada una obra.

La única vez que Rodin mostró su conjunto escultórico al público fue durante la Exposición Universal de París de 1900. En aquella ocasión se le reservó un espacio particular en el Pabellón del Alma. Sorprendentemente, La puerta que se expuso se presentaba despojada de sus elementos principales. En lugar de las figuras estaban anotaciones que servían como referencia para la ubicación de cada personaje. Son varias las lecturas que trataron de justificar tal elección. Se pensó que el gusto estético de Rodin había evolucionado hacia una mayor abstracción; otras interpretaciones ven en aquella elección una simple falta de tiempo. Lo cierto es que el escultor nunca explicó claramente esta circunstancia.

Cuando en 1916 Rodin donó su obra al estado francés, se decidió instituir un museo dedicado al maestro. Para la ocasión, Léonce Bénédite, el futuro curador del recinto, dispuso que La puerta del Infierno debía de colocarse ahí. Fue entonces que, bajo la dirección de Bénédite y de acuerdo con el artista, el portal fue recompletado a partir de las observaciones presentes en el yeso de 1900 así como de los moldes creados en 1889. La versión final del conjunto escultórico terminó siendo muy similar al estado al que La puerta había llegado alrededor de 1890. Según las palabras del curador, tal versión constituía su «primera gran obra monumental, cuya concepción plástica Rodin pudo, más tarde y con justa razón repudiar; pero en la que plasmó con profusión su genio , hasta el extremo de que la retomó como la fuente principal de sus inspiraciones posteriores»[16]​. El yeso que resultó de este proceso hoy está custodiado en el Museo d'Orsay de París que se encuentra justo donde se tenía que construir el Museo de Artes Decorativas. La primera edición en bronce fue realizada a partir de mediados de 1920 por parte del Museo Rodin, a esta siguieron siete versiones hoy colocadas en varios países del mundo (véase #Localizaciones).

Las primeras cuatro fundiciones se realizaron por la casa Alexis Rudier con el método del vaciado a la arena:

Con posterioridad otros bronces han sido distribuidos por el Musée Rodin. Estos fueron realizados por la casa fundidora de Coubertin con el método de la cera perdida:

Filadelfia

París

Tokio

Zúrich

Stanford

Ciudad de México

Son varios los personajes que nacieron a partir del gran encargo y que a lo largo del proyecto tomaron vida propia. En particular hay figuras que en un primer momento formaron parte del portal y que luego fueron retiradas.

Entre estas destacan:

Otros elementos fueron agregados posteriormente, principalmente en el tímpano, La faunesa arrodillada y Mujer desnuda y dos cabezas.

Algunas de las figuras representadas las reprodujo el autor más tarde de modo independiente, como es el caso de su famosa representación de El pensador, que se aprecia en el dintel de esta puerta, así como Las tres sombras que aparecen en el ático. El conjunto recuerda al Juicio Universal de su admirado Miguel Ángel, así como a las obras de Gustave Doré para ilustrar la obra de Dante o las obras de William Blake.

Las referencias clásicas son claras: el dintel a modo de tímpano o el ático, así como las pilastras en las jambas, como también los es su referencia a la puerta del Baptisterio de Florencia de la Catedral de Florencia. Por otra parte el papel de la luz, los claroscuros y la poco definida línea de sus figuras, que parecen inacabadas, al igual que en las obras de Miguel Ángel, son elementos netamente modernos que nos permiten aproximarlo a los impresionistas y que determinan claramente su modernidad.[14]



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