El litigio por la posesión del sector oriental de Misiones entre la República Argentina y Brasil, fue resuelto por medio del laudo arbitral del presidente de los Estados Unidos, Stephen Grover Cleveland el 5 de febrero de 1895. Este litigio en Brasil suele ser denominado como Questão de Palmas y también como Questão das Missões.
La disputa había comenzado en 1791 entre los comisionados demarcadores de límites de España y de Portugal y continuó en 1881 entre los gobiernos de Argentina y de Brasil. Entre ese año y 1888 el gobierno argentino reclamó la soberanía sobre el territorio delimitado por los ríos (con sus nombres actuales) San Antonio, Pepirí Guazú, Uruguay, Iguazú, Chapecó y Chopim. Desde 1888 su posición varió, avanzando la disputa desde el río Chopim hacia el río Jangada. El área en disputa era de 30 621 km² y tenía unos 5800 habitantes, casi todos brasileños.
El Tratado de Madrid del 13 de enero de 1750 entre España y Portugal establecía en su artículo 5:
Una comisión demarcadora integrada por los comisionados Gomes Freire de Andrade (portugués) y el marqués de Valdelirios Gaspar de Munive (español), el 8 de marzo de 1759 sobre la base de una exploración realizada con un baqueano misionero y sin remontar su corriente, estableció que la boca del río Pepirí, Pequirí, Pepiry o Pequiry se hallaba a 27° 9´ 23´´ S (la posición real actual es de 27° 5´ 30´´ S) y se lo denominó Pepirí Guazú para no confundirlo con otros ríos del mismo nombre. La longitud no fue determinada, algo que luego sería crucial en la disputa, ya que los dos ríos que luego se atribuirían como Pepirí Guazú están en la misma latitud aproximada. Luego los comisionados nombraron San Antonio/ Santo Antonio al río más cercano que desagua en el Iguazú.
El río Pepirí figuraba ya en el mapa de Ruy Díaz de Guzmán, de 1612, quien lo describe en su poema La Argentina manuscrita como afluente importante del río Uruguay, pero se hallaba en una región poco frecuentada por los guaraníes de las Misiones jesuíticas:
El Tratado de El Pardo de 1761 anuló el Tratado de Madrid, pero el 1 de octubre de 1777 fue firmado un nuevo tratado, el Tratado de San Ildefonso, que en su artículo 8 establecía:
Se observa en este artículo que los nombres dados por los demarcadores de 1760 fueron adoptados: Pequirí o Pepirí-guazú y San Antonio. En 1788 se formó una comisión conjunta para la demarcación en el terreno, siendo el comisario español José Varela y Ulloa y el portugués Sebastiao da Veiga Cabral da Camara. Para hallar el río Pepirí-guazú reconocido en 1760, se formó una expedición compuesta por el astrónomo portugués José Saldanha y el geógrafo español Joaquín Gundín, quienes debían recorrer el río Uruguay-pitá desde sus fuentes hasta su desembocadura en el río Uruguay, desde allí, de acuerdo a las instrucciones recibidas desde España en 1779 (basadas en un mapa de Cano y Olmedilla de acuerdo a la demarcación de 1760), la boca del río Pepirí-guazú se hallaba en la ribera opuesta del Uruguay dos leguas y un tercio río abajo. Los exploradores no pudieron hallar el río, buscándolo entre el 1 y el 10 de mayo de 1788, quedando en evidencia que los demarcadores de 1760 habían llamado Uruguay-pitá a otro río paralelo. La diferencia se debió a que los exploradores bajaron por el río da Várzea, llamado entonces por los portugueses río da Picada o Trigoty confundiéndolo con el Uruguay-pitá de 1760, que era el actual río da Guarita. Al no hallar el Pepirí Guazú a la distancia señalada, tomaron por él al río das Antas. Al regresar al campamento advirtieron el error y la partida recibió órdenes de explorar el río Uruguay en busca del Pepirí-guazú, lo que hicieron los dos exploradores por separado y señalando ríos distintos, el 4 de agosto de 1788 el español señaló el actual Chapecó (llamado río Caudaloso por los portugueses) como el río buscado prescindiendo de los mapas de 1760 que consideraba equivocados y el portugués halló el Uruguay-pitá de 1760 (río da Guarita) y a la distancia buscada el Pepiri Guazú.
En 1789 los nuevos comisarios Francisco Juan Roscio (portugués) y Diego de Alvear (español), ordenaron el reconocimiento de los dos ríos señalados el año anterior. La partida que recorrió el río indicado por los portugueses estaba integrada por José Joaquín Félix de Fonseca y por José María Cabrer y la que recorrió el indicado por los españoles la integraban Francisco das Chagas Santos (portugués) y Andrés de Oyarbide (español). Los primeros no lograron hallar el San Antonio y los segundos debieron retirarse por falta de víveres. Estos últimos efectuaron un nuevo reconocimiento del río en 1791 recorriéndolo hasta sus fuentes en el Cerro de Oyárbide (Morro do Capão Doce) ubicado en las coordenadas 26°42′S 51°24′O / -26.700, -51.400 y tras el retiro del portugués, el 17 de junio de 1791 Oyarbide descubrió las fuentes del río más cercano a él que desagua en el Iguazú, llamado desde entonces por los comisarios españoles, San Antonio-guazú (se pensó que era el actual Chopim hasta que se comprobó que era el Jangada). La disputa entre los comisionados interrumpió la demarcación del tratado, levantaron un acta en San Juan Bautista el 6 de octubre de 1791 y se retiraron, mientras las áreas en disputa permanecieron fuera del control efectivo de las dos coronas hasta que comenzó el asentamiento de colonos brasileños.
El 14 de diciembre de 1857 fue firmado en la ciudad de Paraná un tratado de límites entre Argentina y Brasil que establecía:
Cada parte debía designar un comisario para realizar la demarcación de la frontera en donde fuera necesario. El Congreso de la Confederación Argentina aprobó el tratado pero le introdujo una modificación al texto:
Aunque el tratado fue aprobado también por el Brasil, las ratificaciones nunca fueron intercambiadas debido a las exigencias del general Justo José de Urquiza para que el Brasil lo ayude militarmente para reincorporar al Estado de Buenos Aires a la Confederación y a la negativa argentina a extraditar a los esclavos brasileños fugados a su territorio (prohibido en la constitución).
En 1862 el gobierno brasileño avanzó sobre los territorios disputados, por lo que el gobierno argentino envió una nota de protesta el 13 de febrero de 1863:
Un decreto imperial del 16 de noviembre de 1859, fue puesto en ejecución en 1881 ordenándose establecer dos colonias militares cerca de los ríos Chapecó y Chopim. Como reacción a esto, el gobierno argentino creyendo que las colonias se instalarían al occidente de esos ríos, protestó diplomáticamente y asumió la posición de los demarcadores españoles de 1791 con respecto a los ríos Pepiry Guazú y San Antonio, declarando que eran el Chapecó y el Chopim respectivamente. El 22 de diciembre de 1881, por ley nacional se federalizó a Misiones, separándola de la Provincia de Corrientes, creando el Territorio Nacional de Misiones. Otro decreto del 16 de marzo de 1882 dividió en 5 departamentos al Territorio Nacional de Misiones, incluyendo en los departamentos Iguazú y Monteagudo a las áreas hasta los ríos Chapecó y Chopim.
Para solucionar la disputa se firmó en Buenos Aires un tratado el 28 de septiembre de 1885 entre el representante brasileño Leonel M. de Alençar y el canciller argentino Francisco J. Ortiz, que establecía el nombramiento de comisiones para el estudio de los ríos y del área disputada.
La comisión concluyó en 1887 que el río San Antonio Guazú del comisionado Oyarbide no era el Chopim, sino que uno ubicado más al este, el río Jangada. Desde ese momento el gobierno argentino reclamó al río Jangada como límite.
El clima de mejora de las relaciones entre ambos países permitió la celebración de un tratado que fijaba un plazo de 90 días a partir de la presentación de los trabajos de las comisiones para resolver la disputa o el tema sería sometido al arbitraje del presidente de los Estados Unidos. El tratado fue firmado el 7 de septiembre de 1889 en Buenos Aires, entre el canciller interino, Norberto Quirno Costa y el brasileño Alencar.
Luego de la caída del Imperio del Brasil y el establecimiento del gobierno republicano en noviembre de 1889, la República Argentina fue el primer país en reconocer al nuevo gobierno saludándolo con la celebración de una fiesta nacional el 8 de diciembre. El nuevo canciller argentino Estanislao Zeballos era contrario a que el conflicto se solucionara mediante un laudo arbitral, dado que los Estados Unidos era un país aliado de Brasil, por lo que intentó solucionarlo mediante nuevas negociaciones directas, a lo que se avino el nuevo gobierno brasileño que mediante su canciller Quintino Bocayuva firmó un nuevo tratado en Montevideo el 25 de enero de 1890.
El tratado dividía la zona en disputa en partes iguales, pero fue rechazado por el congreso brasileño -mayoritariamente monárquico- alegando que los diplomáticos brasileños habían realizado concesiones excesivas.
Ambos gobiernos convinieron en someter la disputa a un laudo arbitral del presidente estadounidense Stephen Grover Cleveland. A partir de 1893 el Barón de Río Branco fue elegido por el presidente Floriano Peixoto para substituir como abogado de Brasil al barón Francisco Xavier da Costa Aguiar de Andrada, fallecido poco antes. Rio Branco presentó a Cleveland una exposición acompañada de documentación reunida en seis volúmenes: A questão de limites entre o Brasil e a República Argentina (1894). El laudo del 5 de febrero de 1895 fue enteramente favorable a Brasil, definiendo la fronteras por los ríos Pepirí Guazú y San Antonio:
En el fallo Cleveland aclaraba que los ríos señalados como límite eran los mismos reconocidos como límite en 1759 y 1760, por la comisión mixta nombrada, de acuerdo al Tratado de Madrid (1750) entre España y Portugal.
La ciudad de Clevelândia en el estado de Paraná, localizada en el área en litigio, fue nombrada en 1892 en homenaje al presidente Cleveland, mientras que la de Dionísio Cerqueira lo fue por el canciller brasileño Dionísio Evangelista de Castro Cerqueira.
El 9 de agosto de 1895 y el 1 de octubre de 1898 se firmaron protocolos para poner en ejecución el laudo. El 6 de octubre de 1898, el ministro argentino Epifanio Portela y el canciller brasileño Dionísio E. de Castro Cerqueira firmaron en Río de Janeiro un tratado definitivo fijando el límite por el álveo de los dos ríos.
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