Laura Bonaparte (Concordia, Entre Ríos, Argentina, 3 de marzo de 1925-Buenos Aires, 23 de junio de 2013) fue una psicóloga y una activista argentina de los movimientos de derechos humanos. Sufrió la desaparición de tres hijos, dos yernos y una nuera, y el padre de sus hijos y fue una de las precursoras de la campaña internacional para que se declarara delito de lesa humanidad a la desaparición forzada de personas. Integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea fundadora.
El padre de Laura, Guillermo Bonaparte fue un juez socialista que se encontraba trabajando en Concordia, cuando esta nació.
Llegó a ser presidente de la Suprema Corte de Entre Ríos y renunció cuando la provincia fue intervenida tras el golpe del ’43 por un militar antisemita. Al poco tiempo, su familia se mudó a Paraná. Años después conoció a Santiago Bruschtein, con quien contrajo matrimonio a la edad de 22 años. Laura Bonaparte dejó la ciudad de Paraná y se radicó en Buenos Aires. Su primer hijo, Guillermo, falleció por un virus a los cinco meses de edad. Luego nacieron sus hijos Luis, Aída, Víctor e Irene. Cuando su hija más chica ya iba a la escuela comenzó a estudiar psicología en la UBA. Se recibió y pudo ejercer, siendo en los años 70 pionera en la atención de salud mental de mujeres carenciadas en el Hospital Evita.
Trabajó durante más de 10 años en el área de salud mental del Hospital de Lanús, desarrollando acciones en conjunto con miembros del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y referentes de salud en asentamientos y barrios carenciados. Las sucesivas pérdidas de miembros de su familia la llevaron a integrarse al incipiente grupo de mujeres que habrían de organizarse como Madres de Plaza de Mayo.
Participó de la creación de las FAP, organización de la que se desvinculó poco después. En abril de 1976 se trasladó a México, país en el que viviría hasta 1985.
Durante su exilio continuó desarrollando tareas vinculadas a la defensa de los derechos humanos. Fue observadora de Amnistía Internacional en el marco de los conflictos en El Salvador y Guatemala y viajó al Líbano en solidaridad con las víctimas de la invasión del ejército israelí.
En mayo de 1979, Laura se encadenó a las puertas de la embajada argentina en México para protestar contra la dictadura militar e inició una huelga de hambre junto a Rosario Ibarra de Piedra y el comité Eureka, por los desaparecidos políticos en ese país.
En 1983 viajó a Argentina para participar de la apertura de las fosas comunes de NN en el cementerio de Avellaneda, donde estaba enterrada “Noni” y otros desaparecidos.
En 1985, ya definitivamente en Argentina se integró al Movimiento Solidario de Salud Mental y en 1986 a Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
Viajó a Bosnia para reunirse con las Mujeres de Negro, víctimas de la violencia étnica. Defendió a miembros del colectivo LGBT en Argentina a mediados de los años noventa y en 1995 cedió parte de su casa para facilitar las primeras reuniones de la organización (H.I.J.O.S.).
Laura Bonaparte fue la iniciadora de un recurso judicial para impedir que se privatizara el predio de la ESMA y fue la primera Madre de Plaza de Mayo que ingresó a ese predio, aun cuando todavía estaba la Armada.
En el transcurso de dos años la familia de Laura fue destrozada.
En agosto de 2010, la periodista francesa Claude Mary publicó el libro «Laura Bonaparte - Una madre de Plaza de Mayo contra el olvido».
En 2015 se estrenó el documental «Tiempo suspendido», con guion y dirección de Natalia Bruschtein.
A partir de mediados de 2016, el ex CeNaReSo (Centro Nacional de Reeducación Social), institución dedicada a la salud mental y las adicciones pasó a llamarse Hospital Nacional en Red Especializado en Salud Mental y Adicciones “Licenciada Laura Bonaparte”
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