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Lengua de señas mexicana



La lengua de señas mexicana (LSM) es la lengua mayoritaria de la comunidad sorda de México. Con un número de entre 87.000 a 100.000 señantes (1986 TC Smith-Stark), es más grande que muchas familias enteras de lenguas indígenas en el país. Es, según la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad (texto vigente publicado en el Diario Oficial de la Federación el 30 de mayo del 2011):

Se encuentran grupos de señantes en la Ciudad de México, seguido por San Luis Potosí, Guadalajara y Monterrey, con un número de ciudades más pequeñas con comunidades de señantes. Hay variaciones regionales (80%-90% de similitud léxica en todo el país según Faurot et al. 2001).[1]

Hay variaciones importantes en los grupos de edad y personas de orígenes religiosos completamente diferentes. Existe variación dialectal, esto es, una diversidad lingüística de acuerdo a la región geográfica de la zona del país, un ejemplo de ello es la seña para 'aniversario', existe una seña utilizada como convención por la mayoría de la comunidad Sorda a lo largo del país, pero en la zona del Bajío existe una seña para el mismo concepto utilizada solamente por los sordos de esa zona. Tenemos diversidad en la modalidad histórica, esto es, los sordos de antaño utilizan variaciones con respecto a los sordos usuarios de ésta lengua más jóvenes, esto como resultado de la evolución natural de la lengua. Y existe una modalidad o variación social.

La LSM es muy distinta del español, con las inflexiones del verbo completamente diferentes, distintas preferencias en cuanto al orden de las palabras y poco uso del verbo ser. Sin embargo, hay un uso extensivo de signos inicializados, es decir, señas que incorporan letras del alfabeto manual. Un estudio encontró que el 37% de las palabras son inicializadas, frente al 14% para lengua de señas estadounidense (Faurot et al. 2001). Los mismos autores sugieren que la comprensión de la comunidad sorda de la lengua española es muy baja.

El término "español signado" se refiere a signos que utilizan señas de la LSM siguiendo el orden de las palabras en español, ya que no sigue la estructura correcta, pero con algunas representaciones de la morfología del español. Hay un grupo de sufijos que el español signado usa de una forma similar a la del inglés señado (ASL), por ejemplo, señas para -dor y -ción (para los nombres). Los artículos y pronombres son deletreados. El español signado no debe ser utilizado por intérpretes en ningún contexto, pues no es aceptado por la comunidad Sorda mexicana, debido a que principalmente la LSM es una lengua competente frente a cualquier otra. Posee cadencia, ritmo, énfasis, pausas y duración. La emisión del signo gestual no sólo se remite al movimiento de una parte del cuerpo, sino que interviene por encima de la cabeza hasta debajo de la cadera.

La Lengua de Señas Mexicana (LSM) es una lengua en toda la extensión de la palabra y como tal, tiene sus propias reglas gramaticales. Es una lengua rica y compleja, totalmente capaz de transmitir ideas profundas y complejas, cargadas de sentimiento y de cualquier tema o disciplina científica. Para hablar de la Gramática de la LSM, es necesario primero empezar por conocer algunos de sus elementos. El Alfabeto Dactilológico o alfabeto manual mexicano, es un conjunto de 27 señas que corresponden a una letra del español oral y es indispensable apropiarse de él, para poder aprender la LSM. Sin embargo, en la práctica, la mayoría de las personas sordas evitan deletrear y tienden a hacerlo únicamente cuando no existe una seña generalizada o específica.

La posición para colocar las manos, al momento de empezar a signar, debe ser a la altura del pecho, entre el hombro y el mentón.[2]

la inicialización consiste en configurar una seña, con la letra inicial de la correspondiente palabra escrita en español. Algunos ejemplos de este tipo de señas, serían las palabras cama, manzana, papá o mamá.

La mayor parte de señas que se refieren a nombres propios o lugares (topónimos), también son inicializadas; por ejemplo: Puebla, Coahuila, Oaxaca.[2]

En la LSM no existe el género en la gramática, por lo tanto los artículos definidos como el, la, los, las, o los artículos indefinidos, como uno, una, unos, unas, no existen y por lo tanto, no se utilizan. Para animales o personas, el género no se indica, ya que puede referirse tanto al femenino, como al masculino. Para hacer referencia al género femenino, se suelen utilizar dos métodos (uno más aceptado que otro). El primero de ellos, consiste en agregar el sufijo de femenino, después del sustantivo; mientras que en el segundo, únicamente se agrega la seña de mujer, después del sustantivo empleado. [2]

Los pronombres personales más empleados en la LSM son: Yo, Tú, Él/Ella, Nosotros, Ustedes y Ellos/Ellas. Éstos suelen señalar número, mas no el género, por lo que se habrá de utilizar la misma seña, tanto para el género masculino, como el femenino. En la LSM, los verbos no varían con respecto a los pronombres, por lo que no es necesario que haya concordancia entre éstos. El uso del pronombre usted, en LSM, es prácticamente nulo.

La dirección de la mirada, o la vista, es fundamental en la aplicación, uso y práctica de la LSM; para los pronombres Tú y Ustedes se debe señalar hacia donde estamos mirando. Por otro lado, para los pronombres Él/Ella, Ellos/Ellas, se señala hacia un punto que no esté a la vista. [2]

Se cree ampliamente por la comunidad Sorda que LSM derivó de la lengua de señas francesa, que se combinó con las lenguas de señas pre-existentes a nivel local cuando las escuelas para sordos fueron establecidas en 1869. Sin embargo, es mutuamente ininteligible con la lengua de señas americana.

La LSM pudo haber sido influida también por la Lengua de signos española (LSE).

En 2003, la lengua de señas mexicana se declaró oficialmente una "lengua nacional", junto con las lenguas indígenas y el español, que se utiliza en el sistema nacional de educación para sordos.[3]​ Antes de eso la principal filosofía educativa en el país se centró en el oralismo (voz y lectura de labios) y con pocas escuelas en las que las clases fuesen realizadas en LSM.[4]​ La Ley General Para La Inclusión De Las Personas Con Discapacidad en el artículo 14 señala que: "La Lengua de Señas Mexicana, es reconocida oficialmente como una lengua nacional y forma parte del patrimonio lingüístico con que cuenta la nación mexicana."

Un segmento de 5 minutos en señas de un programa noticiero televisivo nocturno se transmitió en español señado a mediados de 1980, y de nuevo en la década de 1990, fue interrumpido en 1992, y finalmente reanudado como un resumen de 2 minutos de noticias en 1997.



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